miércoles, mayo 09, 2007

Agujetas y endorfinas

Como he dicho en esta bitácora soy un hombre de contradicciones, estoy convencido. Hace ya bastante tiempo hice mis propósitos para el nuevo año y sé que dije que iba a cuidar más mi salud y a hacer más ejercicio físico, eso sí, sin apuntarme al gimnasio.No me veo haciendo pesas horas y horas y paso de pagar la cuota mensual para ir la primera semana y poco a poco dejar de ir. Hay que tener fuerza de voluntad y el tiempo libre suficiente para todo ello.
Pues bien, me he apuntado al gimnasio. La verdad es que ya lo llevaba meditando un tiempo porque correr sólo por el río no me motivaba nada. En mi defensa he de decir que se han producido una serie de circunstancias por las que me he animado a darme caña entre cuatro paredes. Todo se puso a favor, tenía las mañanas libres y un amigo me dijo que podiamos ir juntos. Además no creo en el culto al cuerpo, pero me notaba muy fofete y no me gusta, así que decidí tomar cartas en el asunto.

Fui a las instalaciones y me informé de las clases que se impartían. No quería algo aburrido y monótono, sino algo de música y trabajo físico que me ayudara ponerme en buen tono físico. Me incliné por el body pump, una especie de aerobic con pesas en el que se trabaja todo el cuerpo. La primera clase fue bastante dura, de hecho hubo momentos en los que me temblaba todo el cuerpo a causa del esfuerzo, pero notaba algo extraño, era algo muy parecido a la felicidad.


Hoy después de un día de descanso y pese a las agujetas he vuelto a body pump. Después de diez minutos ya no notaba nada, el dolor prácticamente había desaparecido. Quizá haya hecho un descubrimiento increíble y resulta que el ejercicio físico no era tan malo. De hecho dicen que se liberan endorfinas, hormonas del placer que son sintetizadas por nuestro cuerpo y que son como una droga. En fin, ejercicio físico, algo parecido a la felicidad, buenas vistas (todo hay que decirlo) y droga gratis. No es mala combinación.

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