jueves, mayo 29, 2008

Ironías de la vida

Pantalón vaquero, camiseta, botas, chupa vaquera y por supuesto, pañuelo palestino. Así iba la mayoría de los días a la facultad, era mi uniforme como decían mis amigos. No es que fuera reivindicando la libertad del pueblo palestino, ni un estilo de cowboy americano, simplemente era la ropa con la que más cómodo me sentía y con la que más cómodo me siento. Aunque la verdad es que he cambiado la chupa por una cazadora de pana bastante más elegante, y las botas de montaña por otras mucho más finas, con un aire a lo Clint Eastwood, pero sin el polvo del desierto ni las espuelas. Eso sí a mi palestina sigo siendo fiel.

Un día, la fotocopiadora de Biología se estropeó y en vista de el acúmulo de gente que se iba a provocar en las facultades adyacentes (Filosofía y Veterinaria), decidí atreverme a entrar en territorio comanche, la facultad de Derecho. Total iban a ser unos minutillos de nada, no se iban ni a enterar, pero vaya si se enteraron. Cuando entré con mis pintas aquellos extraños seres clavaron sus miradas inquisitivas sobre mí. Ellos vestidos con pantalones de pinzas y camisas de Tommy, y ellas con botas de punta, pantalón de raya diplomática, suéters de Burberry ellas y tan maquilladas que parecían salir de una fiesta privada. Sentí como flipaban en colores al verme allí, era omo ver un elefante en medio de la M-30. El choque de culturas fue brutal, pero afortunadamente no pasó de eso, miradas y comentarios del tipo "¿pero éste hippie qué hará aquí?", "parece de jarrai"...

El caso es que llevo ya un tiempo viendo a niñas pijas vistiendo con pantaloncitos ajustados, jerseis de pico y zapatitos brillantes, con pañuelos palestinos de diversos colores. Según parece están de moda y sobre todo entre las secciones más fashion de la juventud. Antes era impensable ver a una chica de empresariales o a un chico de industriales con este tipo de atuendo. Ya no menciono a los de derecho, ell@s son caso a aparte. Pues bien os invito a que os paseis por dichas facultades o por cualquier calle de vuestra ciudad y comprobéis el número de pañuelos que luce el personal, es sorprendente.

Hace unos años a los que vestíamos así nos miraban raro los mismos que ahora lucen atuendo como si Gucci lo hubiera diseñado para ellos. En fin son las ironías que tiene esta vida. Si no que se lo digan a los catalanes. El Gobierno aprueba la realización de un minitrasvase para paliar la sequía y les viene el mes de mayo más lluvioso de los últimos 60 años, jaja.

miércoles, mayo 21, 2008

Anti-astenia primaveral

La astenia primaveral, es según esa fuente inagotable de sabiduría llamada Wikipedia, una sensación generalizada de debilidad física y psíquica que se traduce en pérdida de apetito, fatiga muscular y psíquica, trastorno del sueño y falta de deseo sexual. Pues bien, a mi me pasa justo lo contrario y es que siempre digo que noto cuando llega esta época, mi cuerpo me dice que los días son más largos (y las ropas más cortas, jeje) y que está preparado para rendir a tope. Llámalo hormona revolucionada, llámalo hervor sanguíneo, llámalo como quieras, pero el caso es que lo siento en mi interior, la primavera ha llegado y ahora mismo está en su pleno apogeo. La astenia no figura dentro de mi vocabulario.

Uno de los síntomas más evidentes de la llegada de la primavera es sin duda que a las nueve de la noche todavía es de día, pero para mí, los olores marcan la estación de las flores. Sigo con la saga del olfato, un sentido que se me agudiza especialmente durante estos meses y que quizá tenga que ver con esa anti-astenia que padezco. Y hay una situación en concreto que me hace sentir incluso que el verano está a punto de llegar.
Hace unos años plantaron en casi todas las calles de mi barrio unos árboles que creo que son de la familia de los sauces (Salicaceae). Todavía no los he identificado, pero me comprometo a que algún día lo haré si es posible. La cuestión es que estos árboles no son demasiado llamativos, quizá su rasgo más distintivo es que el envés de sus hojas es blanquecino y de apariencia plateada. Esto contrasta fuertemente con el tronco que es muy oscuro, casi negro. Pues bién, resulta que cuando las demás plantas de jardines y zonas verdes ya llevan más o menos un mes en flor, cuando parece que la naturaleza no puede dar más de sí, este árbol florece. Y como florece!

Su olor es intenso y profundo, dulce y agradable e impregna el aire de tal modo que parece como si tuvieras una gota de su esencia bajo la nariz. Dicho olor simplemente me transporta al final de la primavera y al principio del verano, un verano que se presenta incierto este año, pero que los últimos ha sido magnífico rodeado de amigos y niños de campamento. Os invito a que os deis un paseo por mi barrio y disfrutéis de los aromas que en él se respiran, como método antiestrés es inigualable. Pero os doy un consejo, no arranquéis las flores de este árbol, porque pierden su olor, ya que como todo en la naturaleza, donde mejor luce sus galas ya sean cromáticas, olfativas o táctiles, es en el lugar donde ha nacido.

lunes, mayo 12, 2008

Desodorante

Hay quienes lo usan como un distintivo de su olor, como si fuera un perfume caro, eludiendo en ocasiones la limpieza previa de la zona a tratar. Otros lo usan precisamente para enmascarar lo característico de su olor corporal, nauseabundo a veces. Incluso existen personas que lo utilizan como antitranspirante para evitar el engorro del indeseable cerco en las axilas. El caso es que la mayoría utilizamos desodorante, aunque yo particularmente, no lo uso con ninguno de estos fines, simplemente lo uso por costumbre.

Os preguntaréis ¿que coño hace este tío hablando de desodorante? Pues bien, ahora os lo explico. El otro día le pedí a mi santa madre que me comprara un bote de spray puesto que el que tenía se me había acabado. De toda la vida uso una marca muy conocida que no diré para no hacer publicidad a AXE. El caso es que esta marca tiene numerosas fragancias, pero soy bastante fiel a una que tiene un dibujo de color azul y que llevo pulverizando sobre mi cuerpo desde que empecé en la universidad, que fue cuando se anunció a bombo y platillo como la novedad. Especifiqué claramente a mi madre cual debía comprar, pero ella en su santa ignorancia del inglés se dejo guiar por el color y me compró otra distinta.

Cuando lo trajo, no pude evitar una sonrisa de resignación. Encima que me hace el favor no es plan de enfadarme con ella ¿no? Me dí una ducha antes de ir a dar una vuelta y me puse el desodorante "nuevo". Al olerlo, inmediantamente una imagen vino a mi cabeza, Roma. Acto seguido otra más, El entrenamiento del juvenil de Ademar. La sensación era intensa y vívida, casi real. Tardé en reccionar, pero caí en la cuenta, aquel desodorante era el que usaba en el instituto. Los recuerdos eran tan nítidos como hace 8 ó 9 años. Recuerdos que al igual que la vida, tienen un componente dulce y otro amargo.

Es curioso como el olfato puede evocar situaciones del pasado remoto con una claridez inusitada. Es el único sentido en contacto directo con el cerebro, a través de los lóbulos olfatorios del sistema límbico y llegando al hipotálamo. Dos de las partes más antiguas del encéfalo y relacionadas con el vulgarmente llamado "cerebro animal". Además son responsables de los impulsos, las emociones, los sentimientos y la memoria.

Esa es la explicación científica, pero desde siempre, el olfato para mí ha sido un sentido mágico capaz de bailar con las sustancias químicas del aire que respiro y traerme las más bellas danzas en forma de recuerdos. Y eso es lo que queda en la vida, recuerdos.

lunes, mayo 05, 2008

Refranes y dichos

Hay un refrán muy español que dice lo siguiente: "Más vale pájaro en mano que ciento volando" Me parece un refrán para cobardes y además, yo que soy un poco pajarero me gusta más verlos volando y batiendo sus alas en el aire, que acongojados entre mis dedos. Por eso soy más de un dicho del cual he hecho un poco mi bandera: "El que no se arriesga no gana" Por causa de esta frase me he llevado muchos batacazos, pero también alguna que otra alegría. Y ambos, refrán y dicho, me vienen muy al pelo para contar lo que me ha pasado esta semana.

Inmerso como estoy en la recta final de la oposición, lo único que quiero es serenidad para poder concentrarme al máximo en el estudio intensivo de un tema tras otro, el desarrollo de las dichosas unidades didácticas y la redacción de la programación didáctica en el idioma pedante y, a mi juicio, absolutamente innecesario de la burocracia.Pues bien, parece que no es posible y que me toca estrujarme el seso para hallar soluciones a problemas internos que hace un mes ni me planteaba.

El caso es que me han llamado para ofrecerme un puesto de trabajo en una de las pocas empresas de León que se dedican al medioambiente, y en el plano del campo que es lo complicado. Hoy en día en que las gestorías y auditorías están tan en boga, trabajo de lo mío! Eso sí con dos meses de prácticas, a penas posibilidad de promoción y con la más que previsible expectativa de en seis meses estar en la calle.

Con todo esto y tras hacer hoy mismo la entrevista he llegado a la conclusión de que este trabajo es como un pájaro que me ponen en la mano. Un pájaro que al dejarlo libre no tiene espectativas de vuelo por mucho tiempo. En tres palabras, no tiene futuro: "máximo de contrato dos años" palabras textuales del que sería mi jefe. Pienso que es una perita en dulce y que hace un tiempo no dudaría ni un ápice y lo cogería a ojos cerrados, pero ahora SÉ LO QUE QUIERO.

Así que como he hecho siempre, sigo con mi mantra "El que no se arriesga no gana" y me tiro, como me tiré en noviembre, a la piscina de la oposición. ¿Quién sabe lo que ocurrirá? Quizá me lleve de nuevo otro buen hostiazo, pero quizá la jugada salga bien y consiga lo que busco. Al menos, lucharé con todas mis fuerzas para lograrlo.