sábado, septiembre 27, 2008

Sir David Attenborough

En uno de los ratos muertos que he tenido esta semana, y ante la inoperancia de la televisión para ofrecerme un entretenimiento mínimamente interesante, he encontrado una revista vieja en la que se le hace una entrevista a Sir David Attenborough. Para los que no le conozcan es el tipo de la foto.

Quizá no le recordéis pero la mayoría de vosotros os habéis echado alguna siesta que otra viendo sus documentales, de eso estoy seguro. El problema es que yo los veía y aprendía mucho de naturaleza y también de las costumbres de los pueblos tan alejados que visitaba este viajero incansable. Cuando le descubrí en La 2 él ya era un señor de pelo cano que siempre vestía camisa azul y pantalones beige. Aquel hombre se explicaba de una forma tan clara que era imposible no prestarle atención si te gustaban los animales. Aquí también hay que adjudicar su parte de mérito al narrador en español que con su entonación grave y solemne daba empaque a las palabras de Sir David.

Pues bien os hablo hoy de este hombre porque yo conocía bastante bien sus series documentales pero no su vida. Cuando era pequeño coleccionaba fósiles y gracias a una joven arqueóloga que le regaló un trozo de ámbar halló la inspiración para uno de sus programas, "The Amber Time Machine", pero eso sería 50 años después. Previamente se graduó en Ciencias en la universidad de Cambridge y tras un fracaso radiofónico recibió la oportunidad de tener su programa de televisión, no sin antes haberse formado como antropólogo en la London School of Economist. Lo hizo tan bien que al poco tiempo le ofrecieron dirigir la BBC-2 y sin dudarlo se lanzó a una aventura que le ha reportado multitud de éxitos y el reconocimiento mundial como uno de los mejores divulgadores del mundo.

Intento buscar semejanzas entre mi persona y la de este hombre al que admiro tanto, pero como llegarle siquiera a la suela del zapato... Yo no colecciono fósiles (aunque alguno tengo en casa), no tengo la voz profunda y contundente que él tiene, pero me gustaría seguir sus pasos. Uno de mis sueños siempre ha sido ser presentador de documentales de naturaleza, de momento me conformo con explicar la ciencia en las aulas y con seguir aprendiendo con sus documentales.

Os dejo con un fragmento de uno de ellos, ésta vez sin su camisa azul, en ocasiones se ponía ésta:
http://es.youtube.com/watch?v=rIBjAV0zbF0

martes, septiembre 23, 2008

Normas, presentaciones y algún juego

Entro en clase, es el primer día y todavía no me he hecho con el plano del edificio y para ser sincero, tampoco me hago a la idea de que soy profesor de pleno derecho. Tras las diversas tribulaciones del claustro de profesores por fin puedo desarrollar mi actividad docente con los que realmente me interesan, los alumnos.

Comienzo con 1º de ESO y me resulta tan fácil que empiezo a creer que no voy a tener problemas con ellos. Lo cierto es que son críos de 12 años recién salidos del colegio y se encuentran bastante perdidos en la odisea de un centro totalmente nuevo para ellos. Además les he hecho esperar porque no me aclaraba con la situación de las aulas y en compensación les he hecho varios juegos de presentación. Para mí es muy importante que se conozcan entre ellos y sean capaces de colaborar unos con otros en pos de un objetivo común, aprender y desarrollarse como personitas. Aunque por otra parte pienso que tienen que estar alucinando al asistir a una clase de Ciencias de la Naturaleza en la que en vez de estudiar, juegan.

Continúo con 4º de la ESO, el curso que más temo sin lugar a dudas. Los alumnos tienen entre 14 y 16 años, es decir, están en plena edad del pavo con las hormonas campando a sus anchas por sus cuerpos, lo cual les hace incontrolables incluso para ellos mismos. Me pongo delante de ellos con semblante serio y les digo "mis normas fundamentales para el buen funcionamiento de la clase, Respeto y Empatía" Me doy cuenta de que ellos también lo están flipando, pero dudo de si por ver a un profesor tan joven o por ser un tío que les da clase y les habla en su idioma, claro y directo, sin medias tintas.

Por último y por casualidad, el orden cronológico de los cursos se corrobora y me toca con los de 1º de Bachillerato. La asignatura que les voy a impartir no me da miedo, pero me sume en un mar de dudas puesto que es nueva y nadie sabe muy bien cómo explicarla (para los lectores curiosos, la asignatura se llama Ciencias para el Mundo Contemporáneo) Una asignatura totalmente novedosa que se fundamenta en la divulgación científica, en el sentido amplio de la palabra, puesto que es obligatoria tanto para los de ciencias como para los de letras, incluso para los de artes.

Pues así con esta incertidumbre llego a clase y me encuentro con tres maromos que me sacan una cabeza en la puerta. De nuevo con semblante serio les digo "para adentro". Ellos me miran con sorpresa pero obedecen y tras ellos el resto de la clase. En ese momento me siento bien y pienso "Siiii, tengo el poder" Otra vez repito lo del respeto y la empatía y procuro situarme en todo momento en el pensamiento de un adolescente, pero manteniendo las distancias de ser un docente, de hecho les digo "Yo no soy vuestro amigo" y en ese momento la primera de las dos palabras fundamentales para mí cobra su mayor sentido. Sentido que parecen entender a la perfección haciéndome sentir que la idea de que yo sea profesor no es una idea sino una realidad.

Así he comenzado mi aventura como profesor de secundaria. De momento todo va bastante bien, sólo espero que no se tuerzan las cosas y mis alumnos me permitan disfrutar de la docencia porque sólo así ellos disfrutarán también.

lunes, septiembre 15, 2008

Primer contacto

Cuando le dije a la conserje que yo era el profesor que iba a sustituir a Asunción en el área de Ciencias de la Naturaleza una mueca de sorpresa e incredulidad apareció en su cara. Acto seguido apareció el director del centro y tras las presentaciones oficiales me mandó ir a jefatura de estudios para hacerme la ficha y después a secretaría para confirmar la sustitución. Al cabo de 30 minutos ya era profesor por derecho del instituto Vela Zanetti.

Tras este ajetreo de papeles y saludos tocaba claustro. Para los que no sepáis lo que es, consiste en una reunión de todos los profesores del centro para aprobar el proyecto educativo, establecer alguna nueva normativa y sobre todo, para discutir por los nuevos horarios o la falta de previsión para haber solicitado más docentes que aliviasen de carga lectiva a los ya contratados. Y allí estaba yo, en medio de un fregao que no entendía y tan perdido como una gaviota tierra adentro.

Al cabo de una hora y media y ya con mi horario bajo el brazo, finalizó el claustro y me secuestraron para la reunión de los profesores nuevos en la que nos dieron las directrices a seguir durante el curso en cuanto a normativa, faltas de asistencia y de comportamiento. Sin descanso ni para ir al baño tuve otra reunión para hablar del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo que voy a tener en 1º de ESO y por si esto fuera poco, nada más acabar tuve que salir disparado al departamento de Ciencias para recoger el material y hablar con la jefa antes de que ésta se fuera a su casa.

En fin, una locura de reuniones y papeles, pero ahora con mis libros, mi cuaderno del profesor y mis llaves del departamento me siento como un niño con zapatos nuevos y por primera vez docente de verdad. La buena noticia me la dieron justo antes de irme a casa, Aranda estaba en fiestas y hasta el jueves que viene no tengo que dar clase, con lo cual os podéis imaginar que he hecho. Quedarme de fiesta todo el fin de semana, comiendo en la bodega de Raquelín y con la peña El Cubillo, bailando y cantando como un loco. A ellos, Raquelín y la peña, y también a Bea, por supuesto, tengo que darles las gracias porque el finde de un comienzo (todos los comienzos son complicados) se haya convertido en una juerga inolvidable.

miércoles, septiembre 10, 2008

Cuando menos te lo esperas...

Me acuesto un día más después de la decepción de no haberme podido ir a Toreno con una vacante parcial. Un día más en el que la monotonía rellena las horas. Intento hacer mil cosas para no aburrirme, pero al final el tedio logra conquistar el terreno que mínimamente ha cedido en una lectura de un libro o en una pachanga de voley playa. No sé si a esto lo llaman tocar fondo, sé que hay gente que esta mucho peor que yo, pero para mí lo es. El plano laboral está hecho una mierda y del sentimental mejor ni hablar.

Esta semana he enviado más curriculums que en toda mi vida. Trabajos en los que me tengo que comer mis ideales para poder dar clases en un colegio del Opus, curros de mierda en los que me pagan cuatro duros por partirme el espinazo aguantando carros y carretas, contratos temporales de monitor que no llevan a ninguna parte, pero trabajos al fin y al cabo. Cuando la mente está ociosa divagar es una acción imposible de evitar y es mejor ocuparla en lo que sea.

Cuando ya desesperado, lo mando todo al carajo, me levanto de la cama sin a penas haber pegado ojo. Son las 8:30 de la mañana, hago café, luego iré al gimnasio para despejar un poco (ya sabéis mens sana in corpore sano). Siempre apago el móvil por la noche aunque esta vez lo he dejado encendido, supongo que con la vana esperanza de recibir una llamada que me informe de algo sobre las entrevistas que he hecho y como si me estuviera leyendo el pensamiento, el móvil suena.

Un número muy largo significa organismo oficial y vaya si lo es, la Consejería de Educación. Un hombre que me trata de usted me dice que tengo tres opciones para cubrir sustituciones y que tengo que decidirme en 5 minutos porque sino me saca de la lista de interinos. Todavía medio con la legaña pegada y el café en la mano tardo en reaccionar ¡Me han dado trabajo de profesor! ¡Joder, joder, joder! ¿Qué hago, que hago? Parezco un pollo descabezado dando vueltas por casa en pijama. El móvil vuelve a sonar y me decido por una vacante en Aranda de Duero. Un mes nada más, pero bueno, algo es algo. Empiezo el viernes y desde mi bitácora os contaré las peripecias como profesor de secundaria (joder que bien suena).
Hoy me despido con un poema que encontré por ahí, navegando en este mar de ideas que es internet. Un poema que refleja a la perfección lo que me ha ocurrido esta semana y que además habla de una de mis pasiones, las aves. Ahí va:
Cuando más lo necesito
es cuando menos me salen las cosas
Será que cuando las buscas, no llegan
y aparecen cuando no las esperas.
Será que ansiarlas, las repele
y sólo aparecen cuando sienten el deseo.
Como la inspiración
que puede golpearte contundente,
o volatilizarse en la corriente.
Será que siguen su propio ritmo,
su propio vuelo,
como bandadas de aves volando
rozando el cielo.

P.D. Me encanta que leáis y dejéis comentarios en mi blog, pero por favor firmarlos para saber quien los hace. Gracias.

sábado, septiembre 06, 2008

Olores y recuerdos

Hoy me ha vuelto a ocurrir, hoy he vuelto a recordar, y gran parte de culpa la tiene un olor. Los que seguís asiduamente esta bitácora sabéis que tengo una especial sensibilidad hacia los aromas, pero es que este es uno de esos que me ha dejado marcado para siempre. Es un olor intenso y dulce, pero a la vez muy persistente en el ambiente, con lo cual los recuerdos que éste evoca también tardan en desvanecerse entre la bruma del pasado. Y lo malo es que una vez que lo han hecho, basta con que capte una leve brisa que arrastre las partículas cargadas con la química del perfume en cuestión para que un torbellino de imágenes inunde mi mente.

Obviamente el pasado tiene forma de mujer y su fragancia ha dejado huella. Con ella tuve un relación que no sé definir muy bien, una mezcla de todas las relaciones típicas que se producen entre hombres y mujeres. Y de ese revoltijo de clichés surgió algo diferente, algo especial que duró lo que duró, a penas unos meses, pero que sigue apareciendo en mis pensamientos una y otra vez debido a ese olor. Lo bueno (o lo malo, según con el cristal con que se mire) es que los recuerdos que me sobrevienen cuando la pituitaria envía sus señales directamente al cerebro me teletransportan a situaciones maravillosas que vivimos juntos. Los malos momentos que pasamos se han esfumado como los vilanos del diente de león en una tarde ventosa.

Por si esto fuera poco mi área cerebral del recuerdo no se vé solamente estimulada por el sentido del olfato, sino que también el oído pone su granito de arena y se suma al festival de evocaciones. Concretamente una canción es la que en armonía con la fragancia (Amor Amor de Cacharel) provoca e mi mente y en todo mi cuerpo una especie de parálisis, un estado de trance en el que las imágenes se hacen cada vez más nítidas, el resto de mis sentidos se despiertan y perciben sensaciones que parecen reales. Hasta que en el punto álgido de dicho trance puedo sentir incluso emociones vividas con esa chica.

En fin los olores son una debilidad para mí y éste concretamente todavía más. La cuestión es que mi hermana se ha comprado hace poco tiempo el dichoso prefume y todavía no sé que hacer, si tirarselo por el fregadero poco a poco o dejar que lo siga utilizando con las consecuencias que ello conlleva. De momento lo tiene en el baño y lo cierto es que me gusta saber que está ahí y que en cualquier momento se lo puede poner y pillarme por sorpresa.

Os dejo el enlace de la canción
http://es.youtube.com/watch?v=TjetBXDdJCY&feature=related