martes, diciembre 29, 2009

La magia de la Navidad

Estos días son días que se pueden enfocar desde diversos puntos de vista. Hay quien es un apasionado de la Navidad, de las calles llenas de gente paseando o haciendo sus compras, de los colores y la luz que en medio de la noche aparece iluminando cada esquina, de los ojos de los niños que miran con asombro los ojos del papá noel sobre el que se sientan para pedirle sus regalos y, de las reuniones con amigos y familares que no ven en todo el año. Otros, por el contrario, odian la Navidad, la hipocresía de la gente que parece transformada en seres automatizados para hacer el bien estos días, la avidez por el consumo reinante en los centros comerciales que se abarrotan de personas atraídas como las abejas al polen, y las discusiones (cuando no peleas) tan típicas en las comidas y cenas familiares.

En fin, como casi todo en esta vida, depende del cristal con el que se mire, el vaso puede estar medio lleno o medio vacío. Yo por mi parte he descubierto este año una nueva visión de estas fiestas, para mí totalmente nueva y alentadora. Por multitud de situaciones vividas en los últimos meses las navidades están siendo para mí un bálsamo de aceite, una cura semejante a la del guerrero tras la batalla cuando regresa a casa y su mujer le agasaja con caricias y masajes. Y es que además de haber apreciado las dos visiones antes mencionadas he descubierto un poquito de eso que algunos llaman "la magia de la Navidad"

Y cuando digo magia, lo digo en el sentido más estricto de la palabra ya que en estos días se ha celebrado en León un festival internacional de Magia, que si la memoria no me falla ya alcanza su sexta edición. A dicho festival han acudido numerosos magos de reconocido prestigio tanto a nivel nacional como fuera de nuestras fronteras y lo mejor de todo, es que a parte de las actuaciones en el Auditorio de León, ha habido magia de calle. Cualquiera podía estar paseando a media tarde por el centro y encontrarse con un mago que le regalaba una actuación bajo el colorido de las luces navideñas.

Siempre me ha gustado la magia, de pequeño me imaginaba como el Gran Houdini escapando de las más inverosímiles ataduras o cómo el no menos Gran Juan Tamariz manejando las cartas con una habilidad increíble, incluso en una versión más macabra, cortando por la mitad a alguno de mis enemigos del cole para que después de que me suplicara clemencia le volviera a dejar el cuerpo totalmente reconstruído, y todo ello, por supuesto dejando boquiabierto a todo el personal. Y siempre me ha encantado porque nunca he tratado de descubrir los trucos, todos sabemos que los hay, pero cuando un mago es capaz de hacerte soñar que lo que está haciendo es real, se produce la verdadera magia.

Estos días el niño que hay dentro de mí y que ya de por sí está a flor de piel, ha salido casi casi a la superficie y todo gracias a la magia de la Navidad.

http://www.youtube.com/watch?v=EICGZq1w6Sg

jueves, diciembre 24, 2009

Cuento de Navidad

Un hombre se sienta en la parada del autobús, ha caminado durante horas y cansado de buscar regalos navideños para su familia, decide regresar a casa en el medio de transporte que tantos recuerdos le trae del instituto. No ha pasado ni un minuto cuando una mujer vestida con un chándal le deja un papelito en las rodillas, parece una inmigrante rumana. En el papel dice amablemente que tiene hijos a los que no puede alimentar y solicita un donativo para paliar ese problema.

Justo al lado del chico hay una señora, llamémosla, Tita. Es mayor, va ataviada con un abrigo de piel y adornada con numerosas alhajas. La mujer inmigrante le entrega el papel, sin leerlo la señora muy enfadada lo rompe en mil pedazos y comienza a soltar improperios como éstos hacia la pobre mujer: "estos rumanos que vienen aquí a pedir y no hacen más que robar, que vayan a molestar a su país", "la madre que los parió, sólo vienen a hacer el mal", "son unos guarros y unos asquerosos". El hombre está a punto de saltar para callarle la boca cuando otra señora, también mayor le replica que no tiene ni idea, que la chica que está a su lado sentada lleva cuidando de ella desde hace siete años y es una bellísima persona, y fíjate tú por donde, es búlgara. Tita refunfuña, pero afortunadamente se calla.

El viaje en el bus transcurre lleno de pena para nuestro hombre, pena al comprobar la sociedad tan racista en la que vive, el miedo al extranjero, a que le quiten el trabajo, el dinero...Llega a su destino, ha quedado con su hermana para terminar las compras en el supermercado del barrio, uno de esos ciertamente elitistas a los que acuden señoras bien parecidas a comprar, es el único abierto, así que a regañadientes el hombre ha acudido a la cita.

Tras llegar por fin a casa, la hermana de nuestro hombre se da cuenta de que le falta la cartera, se la han robado, y ha tenido que ser en el súper. A la carrera vuelve para ver si alguien la ha dejado allí, pero ni rasto. Menuda faena piensa nuestro hombre: "en estas fechas que alguien haga esto" Entonces decide acompañarla para tranquilizarla y agilizar los típicos trámites en estos casos: anular arjetas, denunciarlo en comisaria y sobre todo, elucubrar en busca de posibles culpables, ninguno extranjero, por cierto.

El domingo, dos días después del incidente de la cartera, llaman al telefonillo de casa. El hombre aturdido no reacciona, es muy temprano, pero su hermana se levanta de la cama y tras contestar grita que es la policía y que le traen la cartera. Los agentes le cuentan que se la han entregado sin tocar nada, que incluso tiene el dinero que había denunciado. La chica pregunta quién se la ha devuelto y los agentes le dicen que un chico negro llamado Abdú que tiene un puesto en el rastro, y le dan su número de teléfono. Enormemente agradecida llama, pero nadie contesta. entonces decide ir a ver si encuentra el puesto, pero no aparece por ningún lado. El misterioso alma caritativa parece haber desaparecido.

Nuestro hombre por su parte, vuelve a darle vueltas y su cabeza se llena de frases cómo: "si es que manda narices, ésto lo tenía que haber visto Tita", "no se puede juzgar a la gente por su raza, país de procedencia o su religión", "¡en todas partes hay gente buena y mala", "cuantos prejuicios madre, cuántos!" Al final decide quedarse con la lección que acaba de aprender y sueña con que Abdú es una especie de ángel dedicado a hacer el bien y a recordarle a los prejuiciosos que todos, absolutamente todos los humanos, somos iguales.

Pues bien, este cuento no lo es tanto, como muchos habréis imaginado es una historia real, el hombre soy yo.
Feliz Navidad a todos.

http://www.youtube.com/watch?v=WPoGP0M9MjQ
http://www.youtube.com/watch?v=5kT_59LPisQ&feature=PlayList&p=7D30CED48F375A46&playnext=1&playnext_from=PL&index=13

sábado, diciembre 19, 2009

El docente

- ¿Y de qué trabajas?

- De profesor - contesta el docente esperándose lo peor.
- ¿De profesor? Joder!! Pues que de puta madre, con lo bien que vivís. No hacéis ni el huevo, unas pocas horas a la semana ¿16 no?
- Sí más o menos.
- Ves eso no es nada, encima: vacaciones de Navidad, de Semana Santa y dos meses de verano. ¡¡Quién lo pillara"

Un poco harto de escuchar siempre la misma milonga el docente contesta con desdén: - Pues es bien fácil, estudia una oposición.
- Ya bueno, pero después ¡a vivir! Y con un sueldazo.

A estas alturas el docente está ya tan alterado de oír tópicos y sandeces, que opta por la salida fácil, no discutir y contestar a su interlocutor lo que él está deseando escuchar (pues sí, vivo de puta madre, no la marco y encima tengo un montón de vacaciones que puedo disfrutar con el sueldazo que me paga la Junta)

Pero esta vez no, el docente no ha tenido un buen día, y no puede morderse la lengua sin más, así que suelta el siguiente alegato:

- Mira y atiende bien, después de cinco años de carrera (en el mejor de los casos) y de tirarse un año encerrado en su casa estudiando la oposición para examinarse con otros 500 individuos, el docente debe asumir que aunque apruebe, incluso con buena nota, no va a obtener plaza ni de coña. Con lo cual debe de interiorizar la geografía castellano-leonesa y aprendérsela bien porque la recorrerá de arriba a abajo realizando sustituciones en pueblos que no los conoce ni el que los fundó.

Además en lo que se refiere exclusivamente al trabajo, el profesor no puede limitarse a dar sus clases y punto. Ha de ser un profundo dominador de la materia que imparte y no dudar jamás en cualquier cuestión que el alumnado pueda plantearle, si no será tachado de mal docente. Para motivar a sus alumnos ha de ser un gran orador, tener un poco de payaso, de animador y de cuentacuentos. Es muy importante que deje sus problemas en la entrada de la clase y jamás le deben afectar en su función porque, en el fondo, es un arquitecto que con sus palabras va edificando en el cerebro de sus alumnos, y a menudo, trabaja con un andamiaje demasiado precario que en cualquier momento puede caerse.

Las nociones de enfermería son fundamentales para curar las rozaduras, arañazos y moratones que los niños se hacen en el cole. Todo ello sin tocar demasiado a los críos para que no lo acusen de pederastia, pero sin dejar de atenderles para que no le denuncien por desaprensivo. Ha de conocer todos los problemas alimenticios y alergias de sus niños para que no haya problemas en la hora del comedor. Por otra parte, ha de ser un excelente dibujante para apoyar sus explicaciones con imágenes porque de todos es sabido que vale más una imagen que mil palabras.

El docente debe ser un buen juez para evaluar no sólo los conocimientos adquiridos por los alumnos, sino también los valores, las actitudes y las malditas competencias básicas que se han puesto tan de moda. Por supuesto, el docente ha de ser un gran psicólogo y saber cuales son todos los problemas que afectan a todos y cada uno de sus alumnos y, es más, ha se saber resolverlos. Y no sólo los problemas de sus alumnos sino también los de sus familias, con las que constantemente tiene que lidiar. A menudo tiene que tener algo de policía o de investigador privado para descubir malos tratos encubiertos, pasotismo paterno, problemas de alcoholismo, ludopatía o drogas que como es evidente se reflejan en el comportamiento del alumno en clase. Por no hablar de la fortaleza mental para obviar insultos y amenazas tan graves que llegan a ser a punta de navaja, y tratar de evitar caer en una depresión por ello -

Concluye el alegato con una pregunta: - ¿Te has enterado bien? -
- Sí, sí - contesta el interlocutor algo compungido al darse cuenta de que ha dado con un hueso.

- Pues por todo ello nos pagan tan bien y tenemos tantas vacaciones, así que para otra vez te lo piensas antes de hablar majete.

sábado, diciembre 12, 2009

Perdedores

Siempre me han gustado los perdedores, no sé que tipo de extraña atracción realizan sobre mí, pero el caso es que me siento atrapado por esa especie de magia que desprenden. Ese halo de derrota y melancolía por lo perdido genera en mí una seducción difícil de explicar.

Uno de los perdedores que más me gusta se refiere, no sólo a una persona concreta, sino a un grupo completo, los neandertales. Este antepasado del ser humano me causó verdadera fascinación ya la primera vez que leí algo sobre él. Un homínido perfectamente adaptado al duro entorno en el que habitaba y calíficado durante muchos años cómo un ser "inferior", mucho más "retrasado" que el Homo sapiens. Un hombre, a fin de cuentas, que desapareció de la noche a la mañana (hablando en tiempo geológico), dejando un legado importantísimo en toda Europa. Un legado que estudiado a fondo demostró que estos homínidos no eran ni mucho menos cómo se pensaba, eran inteligentes, incluso su capacidad cerebral era mayor que la del ser humano actual, tenían capacidad de abstración, enterraban a sus muertos, realizaban división de tareas, pintaban, esculpían y hasta hay quien afirma que tenían muy desarrollado el lóbulo posterior del cerebro, lo cual puede significar que pese a no tener una gran versatilidad en su lenguaje, podían haberlo compensado con telequinesia.

Otro de los grandes perdedores de la historia es también un grupo, por el cual no sólo me siento fascinado, sino también identificado, como muchos de vosotros ya sabéis. Estoy hablando, por supuesto, de los celtas. Una cultura que se distribuyó por toda Europa dejando un legado que aún perdura hasta nuestros días. Constituyeron una civilización extraordinaria con una lengua propia, un arte centrado en el trabajo del metal y reflejado en torques, armas y cascos profusamente decorados con elementos increíblemente bellos. Su religión dirigida por los druídas y consagrada a la naturaleza, y sus ritos de fuego son todavía hoy fuente de leyendas y mitos. Las construcciones megalíticas, con Stonehenge como máximo exponente, los envuelven en una nube de misterio y por supuesto la música de la que estoy enamorado. Sin embargo la mayoría de la gente sólo los identifica con bárbaros y salvajes cortadores de cabezas cuando la realidad es bien distinta.¨

Últimamente he devorado libros de otro perdedor que me encanta. El último de una dinastía de sultanes que tuvo que ver como el más hermoso de los reinos le era entregado en hernecia con su sentencia de muerte firmada. Tuvo que soportar esa carga durante gran parte de su vida, para al final, acabar rendido a su destino y depositar en manos del enemigo las llaves de esa maravilla llamada Granada. Boabdil es uno de esos personajes históricos que dejan huella. Mucho se ha escrito sobre él, aunque en el recuerdo quedan las palabras cuando por última giró su cabeza mientras se alejaba de la Alhambra y, al contemplar el palacio perdido, se le escapó una lágrima. Palabras que no salieron de su boca, si no de la de su madre, la cual según cuenta la leyenda le recriminó: "llora como mujer, lo que no has sabido defender como hombre."

Quizá sea porque vivo en un territorio que históricamente fue un reino, el más grande de toda España allá por el siglo XII. Una ciudad con una historia milenaria y con unas raíces profundas. Por la que han pasado celtas, íberos, romanos, godos, árabes y portugueses dejando un legado cultural amplio y diverso. Una ciudad sin embargo, olvidada por las autoridades y condenada al ostracismo. Una ciudad de cuyos habitantes sólo se sabe que se les llama cazurros, por tener fama de brutos y tozudos, pero una ciudad que me hace sentir orgulloso de haber nacido en ella.

lunes, diciembre 07, 2009

Hacerse mayor

El otro día me dijo uno de mis mejores amigos: "Tío, nos hacemos mayores, se nos notan las patas de gallo". No pude por más que responder de forma irónica: "Eso son arrugas de reírnos, indicadores de una vida feliz". Pero su frase caló hondo en mí, y me hizo recapacitar: "¿De verdad nos estamos haciendo mayores?" Es más "¿Cuando una persona empieza a hacerse mayor?". Y con esta última cuestión estoy a vueltas todavía.

Habrá quien diga que empiezas a hacerte mayor cuando piensas en chicas, en el momento en que tus hormonas provocan la aparición en tu cuerpo de los carácteres sexuales secundarios: pelo por todos los sitios, cambios repentinos de voz y de carácter, enfrentamientos contra la autoridad en todas sus formas posibles...Otros irán un poco más allá y marcarán el inicio de la vida adulta con las primeras relaciones sexuales. Aquello tan vetusto de "hacerse un hombre". Ni que el sexo fuera como ir a la mili, vamos!

Quizá algunos piensen que hacerse mayor está directamente relacionado con adquirir responsabilidades. Terminar la carrera y obtener un título que te acredite como profesional en algo en lo que, probablemente, no has trabajado en tu vida. Alquilar un piso pagándotelo tú y salir del nido de papi y mami, aunque te sigas llevando los tuper (o como coño se escriba) y no sepas ni freír un huevo. Contratar una tarifa de telefonía móvil (o aún mejor, fijo más internet) que te permita hablar con tus amigos y con tu novia por un módico precio.

Muchos otros asumirán que el desarrollo personal conlleva ganarse el pan con el sudor de la frente. Trabajar es de mayores (eso pensaba yo de niño), llegar a casa derrengado por realizar un trabajo que ni siquiera te gusta y saber que tienes que repetirlo un día tras otro. Incluso para otro amplio porcentaje de personas, hacerse mayor es adquirir compromisos aún mayores, el matrimonio, sin duda, es el paradigma de la madurez. Sólo se es adulto si uno está dispuesto a compartirlo todo con otra persona.

Pues bien, para mí nada de esto implica hacerse mayor. Bien es cierto que muchos de estos escalones los hemos subido (o los subiremos, quien sabe) a lo largo de nuestra vida y que como tal ascenso hacia la madurez, nos han servido para desarrollarnos como personas, para forjar nuestro propio carácter y nuestra propia cultura. Pero también existen una serie de innumerables actos cotidianos que por tener esa condición tan común, consideramos banales y que colaboran con los anteriores en pos de la misma meta: aprender a admitir tus propios errores y tratar de solucionarlos, comprender que somos parte de un todo pero que en nuestra individualidad radica nuestra propia riqueza, tomar decisiones por simples y tontas que nos parezcan...

En conclusión, hacerse mayor engloba muchos factores, pero lo realmente importante (y cómo siempre es mi humilde opinión) es no olvidar nunca que dentro de nosotros hay un espíritu, y qué sólo nosotros podemos hacer que ese espíritu sea joven o viejo. Yo por mi parte trato de conservarlo lo más joven posible, casi casi, infantil. Y como muestra, un botón:
Hace tiempo alguien me dijo que empiezas a hacerte viejo cuando vas a la playa y no te bañas. Hasta ahora siempre me he metido en el agua por fría que estuviera.
Dos visiones:

lunes, noviembre 30, 2009

Fábula de Gabriela y Cecilia

Gabriela cuenta con apenas ocho meses y está en el ecuador de su vida. Es una joven hembra de ratón de campo que camina pensativa entre las hierbas que crecen al pie de las jaras, jaras que inundan con sus aromas el paisaje del monte bajo extremeño. Sus quehaceres diarios no van más allá de atiborrarse de todo brote nuevo que se encuentra a su paso, y cuando se topa con alguna bellota de las encinas circundantes se siente como si hubiera hallado un tesoro. Disfruta con lo que la vida le depara y se siente agusto consigo misma.

Sigue con su paseo a la par que la otoñada empieza a sentirse en el aire fresco de la tarde. Mientras disfruta de las semillas del trébol que ha madurado en un pequeño claro siente un pinchazo en el muslo derecho. Parece un tirón muscular, un calambre que no le impide seguir con su paseo. Poco a poco la pata le empieza a fallar, sufre espasmos y no responde al movimiento. Gabriela no entiende nada, el caso es que no le duele, pero el caminar empieza a ser muy complicado. De pronto otro espasmo, esta vez más fuerte, estremece su cuerpo y todo su tren inferior se paraliza, arrastra dificultosamente las patas hasta que ya no puede más y se detiene.

Sigue sin comprender nada cuando todos sus cabos se atan de repente al ver aparecer a Cecilia. Ahora lo entiende todo, esa víbora hocicuda que repta tranquila hacia ella le ha inoculado su veneno paralizante. Ni siquiera se había dado cuenta de su presencia antes en el claro, no recuerda el momento del ataque, aunque si que se dibuja claramente en su mente la imagen de aquella roca que estaba al lado del trébol. Claro tenía que ser ella!! Gabriela se sabe perdida y Cecilia se siente triunfadora, solamente ha tenido que esperar a que el veneno haga efecto y seguir el rastro oloroso del ratón moribundo a sabiendas de que no podría ir muy lejos.

Las fauces de la vívora se abren y comienzan a engullir a Gabriela empezando por los cuartos traseros. La ratona, aunque paralizada, todavía sigue consciente y asiste impotente a su propio ocaso. Sus saltones ojos se le salen de las cuencas mientras su cola ya avanza por el esófago del ofidio. Contempla por última vez el hábitat en el que ha crecido e increíblemente se siente relajada y satisfecha. Poco a poco la vista se le nubla, justo antes de que la vívora cierre sus mandíbulas. Ha llegado el final.

Gabriela sabía que se exponía a que le sucediera algo así al salir al monte, pero no podía vivir eternamente en su madriguera, no concebía una vida en la que la preocupación dominara sus días, eso no era vivir le decía a sus compañeros. A menudo nos asaltan pensamientos similares en muchos ámitos de nuestras vidas y siempre va a haber vívoras al acecho, pero debemos valorar cómo queremos vivir, lo importante es que al echar esa última mirada nos sintamos satisfechos de nuestras vivencias.
Un poco de aire escocés:

sábado, noviembre 14, 2009

Rémoras y garcillas

Cuenta una historia que tal día como un martes, a eso de las doce de la mañana, un profesor aprovechó los minutos del recreo para tomar un café que le ayudara a despejar las neuronas. Tras unas horas dando clase y hablando sin parar de ácidos nucléicos, digestiones enzimáticas y rocas corneanas los impulsos nerviosos que éstas debian conducir comenzaban a tomar rutas equivocadas provocándole una tremenda sensación de agobio. Durante unos minutos incluso pensó que estaba impartiendo aquellas lecciones sin ningún criterio y por momentos, al mirar la niebla caer sobre los pinos, imaginó que sus palabras se derramaban en los cerebros de sus alumnos al igual que lo hacían aquellas nubes en el monte.

Subió el profesor a su aula sin demasiado convencimiento, el tema que tenía que tratar a continuación no era precisamente motivador para él, puesto que el estudio de las relaciones interespecíficas que se establecen entre los seres vivos le parecía demasiado sencillo, hasta repetitivo, para sus alumnos de bachillerato. Comenzó con la competencia y la definición de nicho ecológico y mientras hablaba, una idea asaltó su cabeza. El año de su debut en la docencia había sido muy académico y había explicado estos asuntos punto por punto, y dejando las cosas muy claras para que no hubiera lugar a equívocos. Pero esta vez no estaba por la labor, le resultaba tedioso encontrase ante una pared formada por individuos resignados a escucharle parlamentar, así que esta vez les tocaría a ellos.
En el siguiente punto no tuvo ningún problema, la relación depredador-presa es bien conocida por todos, pero al preguntar acerca de otras relaciones menos frecuentes como el mutualismo o el comensalismo se llevó una sorpresa. La metodología a seguir fue la siguiente: poner un ejemplo de cada una de ellas y a partir de él, que sus chicos analizasen el beneficio o perjuicio derivado de la unión de ambas especies. Lo que le llevó a su estado de asombro fue comprobar que lo que el profesor había dado por supuesto, es decir, los ejemplos con los que ilustrar las relaciones, no era tal, y sus alumnos ni siquiera habían oído hablar de ellos.

Con todo esto, el profesor se vió dibujando rémoras con sus manos, tratando de ejemplificar como viajan gratis gracias a los tiburones a los que se pegan como lapas, y no sólo eso, si no también cómo los escualos les proporcionan alimento con los restos que a ellos les sobran. Las garcillas bueyeras también fueron pintadas en el aire, para más tarde posarse sobre búfalos de agua y rinocerontes a los que deparasitaron, obteniendo así un beneficio mutuo ambos individuos.

Por un momento el profesor se vió llevando a sus alumnos a través de la imaginación a las profundidades marinas, a la sabana africana y las zonas pantanosas de la India, al igual que el buen maestro de la película "La lengua de las mariposas" llevaba a los suyos al río para mostrarles los secretos de la naturaleza. Esos instantes fueron casi mágicos para el profesor, duraron a penas unos minutos, pero valieron tanto la pena que hasta la niebla pareció disiparse dejando ver la hermosura del pinar.

sábado, noviembre 07, 2009

Miedo

Dicen los gurús del mentalismo y el autocontrol que el miedo es un sentimiento irracional de la mente que se puede controlar. Los biólogos, le damos otro enfoque más evolutivo, para nosotros es un acto de supervivencia y defensa que nos permite reaccionar ante situaciones adversas con rapidez. El miedo tensa los músculos, hace que todos nuestros sentidos se pongan alerta y nos mantiene en estado de alarma ante cualquier posible peligro.

Desde este punto de vista el miedo es positivo, pero estoy seguro de que muchos de vosotros pensáis ahora en una definición muy diferente de miedo. Quizá se asemeje a lo siguiente: un sentimiento de angustia y desasosiego que nos paraliza provocándonos un estado de ansiedad difícilmente superable, y que está asociado a momentos puramente cotidianos como: miedo a las alturas, a verse solo en casa y escuchar un ruido que viene de la habitación más lóbrega del piso o toparse con un animal salvaje en mitad del monte.

Hay quien tiene miedo a cosas menos banales como quien no come un chuletón por miedo a recaer de una vieja afección cardiaca o, quien es incapaz de viajar y visitar a sus familiares debido al pavor que le causa subirse en un avión. Pero sin ningún tipo de duda, al menos es así como yo lo veo, el miedo que más miedo me causa es el miedo que se relaciona con otros sentimientos: miedo a relacionarse con otras personas, miedo al ridículo o miedo al amor.

Tener miedo por tanto es algo natural, y si preguntásemos a un fisiólogo, nos diría que no es más que una reacción del sistema nervioso vegetativo que combina la regulación de emociones (lucha, evitar dolor, huída) con la secreción de dos hormonas: la vasopresina que aumenta en situaciones de miedo y la oxitocina que actúa como su antagónica dando sensación de confianza. Es algo que no podemos regular voluntariamente, nuestro cuerpo lo hace por nosotros, simplemente está ahí y punto.

Lo importante del miedo, y en el caso del miedo asociado a los sentimientos aún más, es la capacidad que todos poseemos de enfrentarnos a él para tratar de superarlo, o al menos mitigarlo puesto que pienso que vencerlo del todo es imposible. Lo verdaderamente satisfactorio es intentarlo, y ahora me voy a centrar en un sentimiento universal, eso que algunos llaman, amor. En mi opinión nunca se debe tener miedo al amor, en todo caso, al desamor. Como ocurre con muchas cosas en nuestras vidas, quien no se arriesga no gana y quizá, ese vértigo es lo que nos atenaza, esa sensación de incertidumbre que no nos deja avanzar. El problema es que siempre pensamos en lo malo que nos puede ocurrir si nos enamoramos: no saldrá bien, me harán daño, haré el panoli...Nunca pensamos en positivo y a veces, sólo a veces, las cosas no salen como las pensamos, salen mejor.

No podía ser de otra manera, gran estribillo:
http://www.youtube.com/watch?v=UZOQDocIFoI

P.D. Entrada dedicada a todos aquellos y aquellas que tienen miedo al amor.

viernes, octubre 30, 2009

Me alegro Arty

Hace unos meses andaba yo trasteando en el mundo de las redes sociales tratando de comprender su funcionamiento. Cada día trato de aprender algo nuevo y aquella era una ventana abierta a múltiples posibilidades. Mis amigos y compañeros de campamento me habían explicado las normas básicas de su manejo: como ver fotos, como colgarlas, como comentarlas, etc...Lo que no me contaron era que cabía la posibilidad de hacerse fan de las cosas que allí iban apareciendo. Un buen día apareció: "El ruso que toca en la calle Ancha" Hazte fan, y me hice.

El ruso en cuestión (los que sois de León lo conoceréis) es un músico callejero que toca el acordeón en una de las calles más céntricas de la ciudad. Rubio, alto y muy corpulento parece un crío con zapatos nuevos cuando se sienta detrás de su instrumento con su amplia sonrisa, y no penséis que es de estos que aburren tocando una y otra vez la misma canción. Tiene un repertorio muy amplio, y nada de grandes éxitos de los 40 principales, yo le he visto y escuchado desde un tango hasta la novena de Beethoven. Aunque el día que conquistó mi corazón fue cuando le escuché una pieza de la banda sonora de la película Amélie, llovía y él resguardado bajo el soportal del café Victoria tocaba las teclas haciendo que las gotas de agua bailaran al son de aquellos maravillosos acordes.

El caso es que de buenas a primeras Arty, que así se llama el músico, desapareció de las calles de León y al poco tiempo el grupo de fans en Facebook se hizo cada vez más grande, hasta tal punto que superó los 5000. Además llegaron a mis oídos rumores de que se había creado una plataforma de apoyo para que este singular músico volviera a deleitarnos con sus sones y con su alegría. La plataforma ha dado sus frutos y en esta semana el ayuntamiento de León ha permitido a Arty regresar del exilio, al que había sido desterrado después de las protestas de vecinos y comerciantes de la zona que tachaban su música de "ruido".

Alguien propuso que para que supieran lo que era ruido de verdad se hiciera una cacerolada frente al ayuntamiento, o algo todavía mejor, montar una orquesta de cachibaches con artículos de las prolíficas tiendas chinas y así demostrar las pocas dotes artísticas del personal. Afortunadamente no ha tenido que suceder nada de esto y al menos por el momento Arty regresa, mañana y el sábado que viene toca en la Calle Ancha, y a partir del día 15 de noviembre se podrá disfrutar de él de jueves a domingo. Arty ya es un personaje leonés y desde mi punto de vista, así debe ser. Da un toque de encanto a nuestra pequeña ciudad, que por si no tuviera poco con sus monumentos y su arte, ahora está adornada con música de acordeón.

Yo por mi parte estoy orgulloso de haber participado (aunque bien es cierto, casi sin quererlo) en una empresa tan loable y mañana intentaré ir a verle, le echaré unas monedas, como siempre, y espero que él me regale su sonrisa, como siempre.
P.D. Para los que querais ver los detalles y pormenores de las noticias sólo teneis que buscar en el Diario de León de esta semana: domingo, lunes, martes y creo que también miércoles.

lunes, octubre 26, 2009

Oxígeno

No sé porqué la gente recurre a mí para contarme sus problemas. Yo no hago nada para que esto sea así, de hecho no quiero ser el salvavidas de nadie, o aún peor, la salida de emergencia. El caso es que sucede, ain ir más lejos, en estos últimos días dos amigas (y sólo amigas, para los más indiscretos) me contaban sendas desavenencias en sus relaciones sentimentales. A una de ellas la conozco desde hace tiempo y a la otra sólo desde hace unos meses, pero ambas son bastante similares en cuanto a lo que buscan en una relación y también, en cuanto al asunto parejil que les atañe. A mi modo de ver son dos chicas estupendas, pero la persona que tienen al lado no las sabe valorar. No digo que yo sepa hacerlo, de hecho tampoco lo hago, pero me doy cuenta de que son buena gente. Con este panorama y ante sus lamentos sólo puedo decirles algo que suena a topicazo, pero que para mí es muy cierto "Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde" Y estoy seguro de que ambos individuos volverán tras de ellas con el tiempo.

Cuando digo esas palabras, siempre me refiero a relaciones de pareja, pero la semana pasada tomaron un nuevo sentido. Las cosas importantes de la vida son de las que disfrutamos todos los días, por las que no pagamos ni un céntimo, son cosas que siempre están ahí y que a menudo, por ese hecho de continua permanencia, no les damos el valor que se merecen. El sol que sale por las mañanas, el cariño de tu familia, el aire que respiramos...Y es precisamente de este último del que me he dado cuenta de cuanto vale, ya que por tercera me ha faltado.

La semana pasada sufrí un pequeño contratiempo respiratorio, uno de mis dos pulmones dejó de funcionar a pleno rendimiento por causa de un neumotórax. Una burbuja que se encuentra felizmente instalada entre la pleura y el pulmón decidió crecer más de la cuenta encogiendo el órgano respitorio e impidiendo que cumpliese con su cometido. Ya sabía a lo que me enfrentaba (como dije antes, es la tercera vez que me ocurre) pero en esta ocasión no me lo esperaba, hacía mucho que no pensaba tan siquiera en ello. Quizá me había relajado habiendome refugiado en el deporte y las salidas al monte que son tan favorables para el aparato respiratorio. Pero sucedió, el aire empezó a faltar y aunque esta vez fue más leve que las anteriores, el dolor era igualmente intenso.

Una semana ingresado en el hospital, un tubo en el pecho y mucho reposo, lo cual conllevaba mucho tiempo para pensar y analizar lo realmente importante. Tras varios días una única conclusión, el oxígeno es importante, puede sonar a perogrullada, pero recordad "Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde."
El aire sirve para muchas cosas, entre otras, hacer música:http://www.youtube.com/watch?v=grHOcHIhXr8&feature=related

miércoles, octubre 14, 2009

El viejo actor

Está viejo, muy viejo, aunque la verdad es que lo prefiero así. No me gustaría que pasase a formar parte de ese horrible club de viejos que para seguir pareciéndo jóvenes se hacen íntimamente amigos de su cirujano plástico y de la toxina butulínica, sin darse cuenta de que como resultado nunca obtienen el tan ansiado rejuvenecimiento, sino mas bien una especie de máscara que les hace parecer mostruos de cine de serie B.

Está viejo, muy viejo, y eso que la foto es para una revista, en la que se supone le habrán hecho retoques con Photoshop. Aunque a lo mejor, él ha solicitado que le dejen al natural y a mí me gusta así. Las arrugas de su cara son el fruto de la expresión de duro del cine que durante tantos años ha cultivado, y sigue cultivando. Un actor que en sus comienzos no lo tuvo nada fácil, de hecho decían de él en Hollywood que era inexpresivo como un palo, que nunca llegaría a nada en el mundo del cine si seguía emperrado en ponerse delante de las cámaras. Pero tras haber trabajado duro como leñador, bombero y obrero del metal no estaba dispuesto a desaprovechar las clases en la escuela de arte dramático de Los Ángeles.

Recuerdo a mi padre viendo sus películas del oeste, y yo junto a él, fascinado ante aquel mundo que parecía tan lejano, pero que entraba en la sala de mi casa a través del televisor. Tumbado en el suelo, encima de la alfombra, me quedaba embobado viendo a aquel íncreíble actor que llenaba la pantalla con su sola presencia, casi sin hablar. Para mí era increíble la forma en que se deshacía de los que se atrevían a tocarle las narices, mientras de fondo sonaba la inconfundible música de Enio Morricone.

Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio, El bueno, el feo y el malo. ¡¡Vaya peliculones!! Y aquel poncho inolvidable bajo el cual guardaba su delgada figura. ¡Qué niño no quería ser tan rápido con el revólver o fumar los cigarros de medio lado como él! Por supuesto no me olvido de Dos mulas y una mujer, una peli a caballo entre el western y la comedia. Después vendría la saga de los Harry (el sucio, el fuerte, el ejecutor) en los que su dureza se hacía implacable y que mi madre no me dejaba ver porque eran "demasiado sangrientas".

Quizá de la que más recuerdos guardo es de Sargento de hierro, por lo que me hizo reír y porque la he vuelto a ver varias veces, al igual que las otras, pero esta sin duda, en unas cuantas ocasiones más. ¡Cómo olvidarme de aquella mítica frase "He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos que todos vosotros juntos, capullos", o aquella otra "Vais a necesitarme hasta para haceros una paja"

Más tarde vinieron otras en las que ya mostraba su cara más comprometida como en Sin perdón, con otra de las frases más importantes de la historia del cine "Cuando matas a alguien no sólo le quitas todo lo que tiene, si no lo que podría llegar a tener". Mystic River donde le dan el Oscar a mejor director y la también oscarizada como mejor película Million Dollar Baby de la que jamás olvidaré la escena del golpe con la silla. También citaré Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima, demasiado patrióticas para mi gusto. La última, en la que me recuerda mucho al sargento de infantería Highway es Gran Torino y de nuevo vuelve a superarse a sí mismo, con sus arrugas y todo sigue acojonando al personal.

Por si alguno no se había enterado estoy hablando del que para mí es el mejor actor del cine americano, Clint Eastwood. Desde aquí mi humilde homenaje, ojalá volviera a ser joven otra vez y siguiera haciendo pelis tan buenas.

Ahí van un par de joyitas:
http://www.youtube.com/watch?v=sAp-k_-3ch4
http://www.youtube.com/watch?v=e1v67eNvDfY

lunes, octubre 05, 2009

Tradiciones y matices

Septiembre ya pasó, como quien no quiere la cosa las noches cálidas del verano han dado paso a una oscuridad que tensa los músculos de la cara con su inevitable frialdad. Hay que empezar a pensar en abrigarse, ya no se puede salir a la calle en mangas de camisa, el otoño ya está aquí. Cómo sabéis mis seguidores, es la época del año que más me gusta y sin embargo, la que más paradojas me genera, es una temporada de sentimientos encontrados y contrastes: melancolía y alegría, colorido y tonos de grises.

Pero de lo que vengo a hablar hoy, es de un fenómeno que se da en estos días. Uno de esos rituales tradicionales, que tanto valor cultural poseen y que a veces no reciben la atención que se merecen, la vendimia. Durante toda la semana los jornaleros se dedican a recoger la uva, que está ya en su punto óptimo para producir uno de los caldos más importantes del mundo. Aunque es en el fin de semana cuando familias enteras se reúnen entorno a las viñas. Viñas que crecen en tierras que han sido heredadas de padres a hijos.

A menudo la vendimia es la excusa perfecta para reunir a primos, nietos, sobrinos y de más familia en el campo, incluso a miembros no consanguíneos de la familia, pero que cuentan cómo tal. No hay que negar que el trabajo es duro, los riñones sufren el cansancio de estar agachado durante todo el día. A cambio, los momentos en los que se descansa para almorzar son impagables, en esos ratos un buen trozo de queso curado, una rodaja de chorizo o incluso una caldereta (en el caso de los que más se lo curran), se convierten en los más exquisitos manjares, dignos del más importante califa cordobés, y no precisamente lo son por la compañía con quien se consumen. Eso sí, siempre han de estar regados con un buen vino.

Más tarde los expertos enólogos de cada familia determinarán el tiempo que debe estar fermentando la uva, y cuanto debe permanecer en barrica antes de pasar a ser embotellada. Sin duda, el vino así elaborado no va a figurar en ninguna carta internacional, ni en ninguna ruta enológica, pero no se trata de eso.

Recuerdo que cuando estudiaba el proceso de la fermentación alcohólica y de la maloláctica en la carrera me parecía lo más aburrido del mundo (la bioquímica nunca ha sido mi fuerte). Sin embargo, en estos últimos años que he aprendido algunas cosas sobre el vino, su proceso de elaboración me sigue pareciendo algo casi mágico, a día de hoy, tan rodeado de ese halo de misticismo y romanticismo a la par.

¿Quizá sea que las personas al igual que el vino, al pasar los años vamos adquiriendo diversos matices que no estaban presentes al comienzo de nuestra evolución? En cualquier caso, brindo por ello, salud!

Hoy un clásico
http://www.youtube.com/watch?v=GRngWs_uQyQ&feature=related

domingo, septiembre 27, 2009

Desarrollos varios

Hoy, de nuevo, rescato un concepto del que ya he hablado en esta bitácora: el desarrollo sostenible. Para los más olvidadizos o para aquellos que se hayan incorporado a la lectura de estas líneas en los últimos tiempos repito lo que trata de expresar esta idea. Viene a decir que los humanos debemos aprovechar los recursos que la naturaleza nos proporciona para satisfacer nuestras necesidades, pero eso sí (y aquí viene lo importante) sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.

Esta semana les he explicado a mis alumnos de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente la importancia de alcanzar el objetivo del desarrollo sostenible. Pero también les he tratado de hacer ver que ese desarrollo no puede ser sólo económico, también debe ser un crecimiento ecológico y por supuesto ha de englobar un progreso social a todos los niveles. Por tanto nos encontramos ante tres tipos de desarrollo dentro de un concepto general, lo cual implica una gran dificultad a la hora de alcanzar la meta.

Lo bueno de este concepto es que sobre la base teórica que acabo de resumiros se pueden encontrar diversos matices muy enriquecedores. Cada vez que lo explico hallo nuevos puntos de vista y esta vez hasta me han servido para extrapolarlo al plano vital de cada persona. Es solo una idea, pero a mi juicio es un simil bastante acertado. Lo he llamado desarrollo individual, y al igual que ocurre con el desarrollo sostenible, también engloba varias ideas: desarrollo sentimental, crecimiento emocional y progreso laboral.

Pienso que para desarrollarte como persona, como individuo, debes alcanzar estos tres objetivos vitales. El desarrollo sentimental quizá sea el más complejo de ellos puesto que implica a otras personas, aunque luchar por él nunca está demas ya que ayuda a equilibrar al resto, y cómo me dicen algunos de mis lectores, lo más seguro es que cuando dejes de intentar alcanzarlo, sea el quien te alcance a tí. El crecimiento emocional es básico para ser feliz, es un trabajo diario y en ocasiones duro, aprender a experimentar emociones es una lección básica para nuestras vidas, una lección que debemos aprender por nosotros mismos. Y por último, el progreso laboral es fundamental para lograr una estabilidad económica que nos permita centrarnos más en los dos primeros.

Todo este batiburrillo de ideas del cual no sé si habréis entendido media palabra es sólo una teoría escrita en papel. Una teoría que al igual que ocurre con el desarrollo sostenible no es tan sencilla cómo alcanzar los tres objetivos. Cuando una sociedad que ha alcanzado un desarrollo económico y ecológico considerable no alcanza un desarrollo social todo el sistema se desequilibra y se puede ir al carajo porque ocurre que los tres están interrelacionados entre sí, y esas relaciones son las más complejas de analizar, entender y mantener. Con el desarrollo individual ocurre lo mismo, puedes haber aprendido y aprender constantemente acerca de tus emociones y puedes haber alcanzado un estatus laboral considerable, pero como el plano sentimental falle...

En fin, como digo, solo es una idea salida de una tarde de footing entre pinares, tras una clase en la que aparecieron nuevos matices para un concepto medioambiental. No me hagáis mucho caso.
P.D. A Desde la sombra: No entiendo nada, si quieres decirlo dilo, si no, no, pero no juegues conmigo.

martes, septiembre 22, 2009

Dicen...

Una amiga me preguntaba hace poco acerca de la relación que acababa de comenzar. Conozco al chico con el que lleva unos meses saliendo ya que estudiamos en el mismo instituto y al parecer eso me daba todo el derecho a opinar sobre él. Traté de ser sincero y responder de forma directa, pero me excusé en que mi vida sentimental no está lo que se dice demasiado bien para no dar una respuesta muy tajante, aunque sí que le dije que no me pegaba mucho con ella. Volví a recular después de haber dado mi brazo a torcer y recurrí a un manido tópico que quizá en este caso se cumpla: "dicen que los polos opuestos se atraen" y volví a repetir que yo no era el más indicado para opninar sobre las relaciones de nadie.

A los pocos días de haber mantenido esta conversación con mi amiga me vine a San Leonardo y una tarde quedé con unos compañeros para tomar unas cañas. Socializar siempre está bien y más cuando sabes que te vas a pasar un añito entero en un pueblo pequeño como éste en en cual, una de las actividades principales que puedes llevar a cabo es precisamente esa, socializar. Enfrascados en la conversación estábamos cuando una de las chicas allí presente comentó lo duro que es el trabajo como docente en secundaria. Se refería a las clases en las cuales hay niños que te puedes llegar a hacer la vida imposible y, a que hay gente que no lo soporta. Afirmaba que ahora era cuando entendía a las personas que caen de baja por depresión y un compañero le replicaba lo siguiente: "pues imagina si tu vida fuera de las clases no está bien, dicen que hay gente que no se recupera e incluso deja la docencia".

Al cabo de un rato llegué a casa, llevaba un rato dándole vueltas por el camino, y lo cierto es que cuando por fin me senté en el sofá a ver un poco la televisión, ni siquiera miré para ella ya que en mi cabeza aún retumbaba la conversación mantenida con mis compañeros de trabajo. Así pues, decidí llamar a uno de mis mejores amigos. Tenemos un pacto no escrito en el cual uno hace de confesor del otro cuando hay necesidad, solo hay que decir la contraseña, "¿vamos a dar un paseo al parque?" Lo malo es que ahora el parque queda bastante lejano y la línea telefónica lo suple como puede (nunca lo hará igual que cara a cara). El caso es que tras escuchar mis argumentos y algún lamento que otro me dijo: "nunca se sabe lo que puede pasar, dicen que cuando menos te lo esperas salta la liebre, así que tranquilo y mucho ánimo"

Este fin de semana me fuí con mi familia brecil a Aranda de Duero. La reunión anual para celebrar las fiestas se ha convertido ya en una auténtica tradición, tanto que este año hemos viajado desde diferentes puntos de la geografía española para juntarnos allí. Lo malo de vivir tan lejos unos de otros es que no nos vemos las caras y de nuevo la línea, en este caso cibernética, no suple a la mirada. Una persona de las que estaba allí, y a la cual tengo un cariño muy especial, expresaba con sus ojos (me temo que sin quererlo) un cierto pesar por el amor perdido y las dudas le asaltaban ya que parecía que en su entorno todo el mundo estaba emparejado y ella no. Traté, creo que en vano, de animarla, pero mi inoperancia patológica a la hora de dar algún tipo de pseudo-consejo solamente me permitió abrazarle y susurrarle bajito para que nadie nos escuchara: "no te preocupes, dicen que en esto del amor no hay nada escrito y quizá sea lo mejor que te podía suceder. Un tío que no te valora no te merece".

Dicen, dicen... pero sigo sin saber nada acerca de las relaciones, de hecho cada vez que hablo de ellas tengo la sensación de que sé aún menos: no tengo ni idea de polaridades, ni magnetismo y mucho menos de los hábitos saltarines de las liebres.

http://www.youtube.com/watch?v=dNI-iYhYp7A&feature=related

domingo, septiembre 13, 2009

Aterrizaje forzoso

Tras la tranquilidad estival que ha transcurrido sin demasiados sobresaltos la vuelta al cole ha supuesto para mí un torbellino de sensaciones encontradas y de incertidumbres que reaparecen como una herida que no termina de curar nunca. La llegada a San Leonardo de Yagüe ha revuelto mi vida desde los cimientos hasta el techo. Cuestiones que antes parecían zanjadas, vuelven a reabrirse, y todo ello en un sólo día.

Es increíble cómo en el corto espacio de tiempo que supone una mañana de aterrizaje en el instituto pueden asaltarme tantas dudas. Nada más entrar por la puerta, y tras las presentaciones de rigor, me informan de que voy a ser jefe de departamento porque soy el único de Biología que tiene una vacante completa. Pensaréis, - "jefe de departamento" - que bien suena. Pues bien, nada de eso, es un auténtico marrón, sólo sirve para tener que presentar un montón de papeles, actas y demás rollos burocráticos. Además cómo jefe de departamento me toca realizar las programciones de 2º de Bachillerato y revisar las de la ESO y las de 1º de Bachillerato que ya deberían de estar hechas y adaptadas a la LOE.

Por otro lado, al ser el jefe de departamento más joven de todo el instituto por ley me otrogan el inmenso placer (nótese el tono irónico) de ser el secretario en las cominisiones de coordinación pedagógica. De nuevo a levantar actas en las que se recoge todo lo que se dice en esas reuniones. Y no sólo eso, me informan además de que tengo que formar parte de un grupo de trabajo para revisar los documentos oficiales del instituto, en concreto el Proyecto Educativo de Centro. Con todo esto os podéis imaginar que mi cabeza empezaba a hincharse cómo un globo intentando asimilar tanta cantidad de información, y eso que de dar clase todavía no habíamos hablado porque había que repartir los grupos y las aulas.

Después de dos horas de recibir noticiones (nótese de nuevo el tono irónico de la palabra) por fin hacemos el reparto y oh! casualidades de la vida!! soy el único especialista en Biología del centro ya que mi compañero de departamento es maestro y solamente da a 1º y 2º de ESO. Con todo ello, obviamente me toca cubrir los grupos de Bachillerato. - "Un chollo" pensaréis -. Pues no, de nuevo estáis equivocados porque son cuatro grupos y preparar las clases a este nivel no es nada sencillo. Además tengo que dar materias que no son para nada mi fuerte cómo: Biología de 2º de Bachillerato con un componente de Bioquímica que para nada domino, o la que yo pensaba estaba condenada al ostracismo por la educación, Geología, una optativa en la cual me puedo defender, pero para nada explicarla con la calidad que a mí me gustaría.

Cómo véis son suficientes motivos para agobiarme y eso que no os he hablado de la búsqueda de casa donde vivir, de garaje para guardar el coche, de conocimiento del pueblo y de sus gentes. Por no comentar que este año tengo que estudiar como un cabrón para preparar oposiciones (eso ya irá en otra entrada) En fin que con todo esto reaparecen las dudas de las que os hablaba ¿seré capaz de hacer tres programaciones en sólo dos meses?; ¿seré capaz de preparar mis clases y ser coherente conmigo mismo? o ¿terminaré dejándolas medio de lado y me dedicaré a estudiar las oposiciones?; ¿estaré condenado al enclaustramiento durante todo el curso?.

Dudas y más dudas que se resumen en que ahora dudo de mi capacidad como profesor. Madre mía cuantas cosas, aunque cómo decía un deportista famoso, lo importante cuando te caes es volver a levantarte y dar lo mejor de tí. Veremos a ver si soy capaz, de todas formas, resistiré.

PD Estaré unos días sin internet, no me ha dado tiempo a ponerlo en San Leonardo, pero volveré.

viernes, septiembre 04, 2009

Cristales, vasos y planes

Volviendo de Malta salieron los destinos provisionales para cubrir vacantes como profesor de secundaria. Mi compañero David, burgalés de pro, siempre preocupado por los listados me avisó de que me había tocado una vacante parcial en León, en el instituto Padre Isla, ¡¡mi instituto, en el que yo estudié!. Era genial, además a él le había tocado otra en Burgos capital, con lo cual a los dos nos había salido una jugada redonda.

Trabajar en León, en casa y encima, con tiempo para poder estudiar, para ir al gimnasio, para quedar con mis amigos, para irme de fin de semana donde me diera la gana...en fin, todo lo que supone vivir en casa, pero además con un sueldo decente que poder fundir. Aunque no todo era de color de rosa, vivir en casa también supone un cierto control paterno. Quieras o no quieras ellos van a estar ahí y por muy libre que te dejen no va a ser igual que como si estuvieras viviendo tu solo (no sabéis como valoraba el año pasado comer cuando tenía ganas, incluso ni comer, sin que nadie me dijera ni media palabra). Y ya no digamos en el caso de que tengas un affaire pseudo-sexual con una chica, a ver donde te metes.

En fin, el caso es que ya me había hecho a la idea, incluso tenía solicitado un plan de trabajo en el gimnasio para poner un poco a tono mi cuerpo. Hasta había empezado a ir a la biblioteca para comenzar a calentar motores y revisar temas. De hecho allí me encontraba esta mañana cuando David, mi compañero burgalés me llamó. Habían salido las listas definitivas y a los dos nos habían movido, a él le mandaban a un pueblo de la sierra de Burgos (Quintanar) y a mí a otro de Soria, San Leonardo de Yagüe. No me lo podía creer, de trabajar en casa a tener que irme al culo del mundo, de hecho pensé que bromeaba, pero cuando noté la seriedad mezclada con cierta tristeza en su voz, me dí cuenta de que no mentía.

Vine a casa y busqué en internet algo sobre el pueblo, quizá tenía suerte y era grandecito al estilo del Burgo de Osma, pero nada más lejos de la realidad. San Leonardo de Yagüe tiene unos 2500 habitantes, está enclavado al sur de la sierra de la Demanda y al lado del cañón del río Lobos, lo que se dice un pueblecito remoto y perdido. Imagino que ni gimnasio, ni a penas fiesta y gente joven, y de escuela oficial de idiomas ni hablamos. Menudo bajón!! Todos mis planes a la porra!!

Siempre procuro ver el lado positivo a las cosas, pero con este palo me cuesta bastante. Trato de invertir lo que dije antes, ver lo bueno de la independencia paterna, pero independencia ¿para qué? Si no hay gente con la que salir ¿que más da? Si no hay gente joven y en especial, chicas, ¿que más da? Eso si, comer voy a comer cuanado me dé la real gana. Tan abatido estaba que decidí llamar al instituto para ver si me daban alguna buena noticia, y al menos me dijeron que éramos bastantes interinos, aunque con la suerte que tengo últimamente fijo que son viejos y estan todos casados y con hijos, o viven en Soria y van y vienen todos los días. ¡Qué negativo estoy, madre mía!

Me parece que hoy tengo el cristal con el que se ve el vaso medio vacío, así que lo dejo ya. Espero que la cosa cambie pronto, ya os contaré mis aventuras por tierras sorianas. El lunes tengo el primer claustro.

P.D. A "Desde la sombra", no me gustaría irme sin saber quien eres, juegas con ventaja, tu sabes ya muchas cosas de mí y yo nada de tí. Si no quieres que se vea el comentario de respuesta, por lo que sea, yo no lo publico y ya está, pero no me dejes con la intriga.

viernes, agosto 28, 2009

Hamlet y las dudas

"¿Ser o no ser?, esa es la cuestión". La frase más recordada del Hamlet de Shakespeare, la gran duda que asaltaba al príncipe sobre si suicidarse o continuar viviendo en un mundo lleno de desdichas siempre aferrado a su calavera.
A mí me asalta hoy otra duda, no pretendo compararme con el genial autor inglés, ni muchpo menos, pero me gustaría compartirla con vosotros para ver cuales son vuestras opiniones. ¿Salir o no salir? esa es la cuestión.

Salir se ha convertido en algo asó como un ritual que se repite cada fin de semana. Una celebración de hermanamiento entre individuos, normalmente del mismo sexo, que buscan pasarlo bien y, por que no decirlo, también algo más que un acercamiento a algún grupo de individuos del seo opuesto (o de orientación sexual similar, no voy a ser yo ahora políticamente incorrecto en los tiempos que corren). Las estrategias para lograr el objetivo son muchas y muy variadas, incluso se podrían hacer verdaderas tesis doctorales sobre etología humana y cortejo, habréis escuchado un montón de ellas, así que yo me limitaré a dar mi humilde opinión. No sirve ninguna estrategia, simplemente puede darse una alineación planetaria extraña y un grupo de chicos y chicas (¡que digo grupo, con que haya un individuo de cada sexo me conformo!) congenien y se lo pasen en grande durante unas horas.

Habitualmente estos acontecimientos cósmicos no se producen, ya dije que eran sucesos muy extraños y particulares, por lo tanto, lo normal es vivir la noche con tus amigos, o con algunos colegas de fiesta que nisiquiera alcanzan ese estatus. En ese rato pueden sacarse un montón de temas a colación, pero indudablemente, tarde o temprano (depende del grado de alcoholemia en sangre) el grupo acabará hablando de los individuos del sexo opuesto, chicas en mi caso. Lo malo es que slamente se habla, nunca se pasa a la acción e inevitablemente uno de tus a migos, de los que tienen novia, soltará la frase lapidaria sobre chicas y nocturnidad: "Nunca vas a encontrar una chica/novia en un bar".

Las horas pasan y de camino a casa, sólo como casi siempre, la duda inicial vuelve a tu cerebro entumencido por los golpes que el whisky el propina a tus neuronas, de tal manera que se repite una y otra vez la cuestión, ¿salir o no salir? ¿realmente merece la pena? El caso es que si no sales te conviertes en un bicho raro que no sabe relacionarse con la gente. Salir por ahí de fiesta o simplemente a tomar unas cañas es recomendable para socializar pero, ¿es necesario?

No lo sé la verdad, pero en la búsqueda de posibles alternativas para conocer gente, las horas diurnas son todavía peores y más en una ciudad como la mía donde la gente es bastante cerradita (lo siento, pero es verad, hay que empezar a admitirlo) Como muestra un botón: llevo ya más de tres meses yendo al gimnasio a clases de spinning, clases en las que prácticamente vamos las mismas personas día tras día, lo cual supone que al menos de vista, nos concemos todos. Pues bien, todavía no he hablado con nadie, ni un triste "hola" ¡Manda cojones! Cada uno va a su bola a su puto rollo, pero en fin la sociedad es así, creo que no puedo remediarlo y eso me hace sentir todavía más bicho raro.
En fin, que sigo con la duda inicial, así que para ver si me aclaro voy a tomar unas cañas con los amigos. Espero vuestras respuestas.

viernes, agosto 21, 2009

Cuentos chinos

Hay días en los que sin venir a cuento no te sientes bien contigo mismo, es como sí todo el mundo fuera "mejor" que tú en algún sentido. De repente no haces más que sacar defectos a tu vida y la negatividad se adueña de tus días, te vuelves una persona pesimista cuando en realidad siempre tratas de ver el lado bueno a todo lo que te ocurre.
Pues bien para todos a los que os haya sucedido esto alguna vez os transcribo hoy (a mi manera) una leyenda china que trata este tema y que me he leído hace poquito. Se titula "La tinaja agrietada" y dice así:

Cuenta la historia que una mujer poseía dos tinajas para traer agua desde el único pozo que había en el pueblo hasta su casa. Vivía en una de las zonas más áridas de China, donde el agua escaseaba y por eso sólo había un pozo en todo el pueblo.

Una de las tinajas estaba en perfectas condiciones y realizaba su trabajo sin ningún tipo de problema, en cambio, la otra tinaja estaba muy agrietada y a través de sus fisuras se escapaba gran cantidad del agua recogida por la mujer, de tal forma, que a penas llegaba con la mitad de su contenido a casa.

Un buen día, la tinaja agrietada lloró amargamente y le dijo a su dueña que estaba muy avergonzada porque no era capaz de realizar el trabajo para el que había sido fabricada. La mujer miró sonriendo a la tinaja y le dijo lo siguiente: "Fíjate en el camino que recorremos todos los días, ¿no te llama la atención nada?".

-Sí, hay muchas plantas y flores, pero sólo en uno de los lados del camino - respondió la tinaja agrietada.

-¿Sabes por qué? - preguntó con su sonrisa la mujer

- No, no tengo ni idea, ¿por qué?

- Pues porque ese es el lado por el que vas tú cuando volvemos a casa. Cómo parte del agua se te escapa por las grietas, vas regando día a día el suelo con suavidad, lo cual favorece el crecimiento vegetal y el florecimiento de estas hermosas plantas. Así, sin quererlo, logras que un camino árido y seco se convierta en un paseo divertido y colorido. Puedo escuchar el zumbido de los insectos que se alimentan del néctar y el polen de las flores y también, el canto de los pájaros que a su vez, se alimentan de los insectos. ¿Te das cuenta? si no fuera por tus grietas, todo eso no existiría.

A partir de ese día la tinaja agrietada fue feliz y nunca más se sintió inferior a nadie.


La moraleja de este cuento es sencilla, pero a la vez muy importante. Todos, absolutamente todos tenemos grietas en nuestras vidas, nadie es perfecto, lo importante es saber que esos "defectos de fábrica" que a nosotros nos pueden parecer irremediables y gigantes forman parte de nuestra esencia y es posible que otros los vean cómo algo bonito y genial. Nunca se sabe

P.D. Gracias por el comentario Marta

viernes, agosto 14, 2009

Malta y las expectativas

Allá por el mes de marzo, mis amigos y yo decidimos que queríamos ir de vacaciones a algún sitio con sol y playa, estábamos hartos de tanto frío. Hacía poco que había visto un programa en el que Beatriz Montañez mostraba las excelencias de Malta y me enganchó. Dicen que con una buena presentación se puede vender casi cualquier cosa, aunque lo cierto es que no sólo me atrajo por el envoltorio y el lacito de la presentadora, sino también por la historia que se encierra en esta pequeño archipiélago de islas (Malta son tres islas: Malta, Gozo y Comino) situadas en mitad del Mediterráneo,así que la propuse como destino y se aprobó la moción.

Con tanto tiempo de margen pudimos preparar a conciencia el viaje, recogimos datos de los lugares de interés para visitar, buscamos vuelos y hoteles baratos e incluso indagamos sobre precios de la comida y de las cervezas. Pero todo eso encerraba un arma de doble filo muy pelirosa en estos casos, nos habíamos creado unas expectativas muy altas y eso, como digo, puede ser fatal en un viaje porque pese a todo puede resultar decepcionante. Yo por mi parte trato de ser objetivo y anlizar fríamente el viaje con sus cosas buenas y sus cosas malas.

Lo primero a destacar es que el objetivo inicial se cumplió a medias, el sol estaba asegurado y no falló, pero las playas brillaron por su ausencia. La costa maltesa es rocosa y abrupta de tal manera que las pocas playas que había estaban compuestas de pequeñas piedrecitas que se clavaban en los pies. A cambio los saltos desde las rocas para bañarnos eran muy divertidos, pero en contra hay que resaltar que en la mayoría de los lugares en los que nos bañamos la limpieza del agua y sobre todo de los fondos marinos dejaba mucho que desear. Qizá el mejor sitio para bañarse es la Blue Lagoon que está en la isla de Comino y que podéis ver en la foto, pero también encontramos alguna lata que otra y hasta un billete de cinco euros en el fondo.

Para mí, sin duda lo mejor que tiene Malta es la comida y la fiesta nocturna. Al ser una isla el pescado está fresco y muy sabroso, es recomendable probar el pez espada (swordfish) y el atún (tuna), aunque curiosamente el plato más típico es el conejo que lo sirven con una salsa deliciosa. El mejor sitio para probar estos manjares es un pueblo llamado Marsalforn que está situado en Gozo. El momentazo disfrutando de un plato de conejo, un vinito blanco maltés a pie de puerto y viendo el hermoso azul del agua del mar no se paga con dinero.


La fiesta es abrumadora, se concentra en un barrio cercano a la capital Valleta, este barrio es St Julians y allí los pubs emergen como setas al sol tras una tarde de lluvia. Los hay hasta específicos, "Russian bar", "Dutch festa"...incluso hay uno, el "Fuego" que pone música en español y cómo no está lleno de compatriotas nuestros. Pero la fiesta en sí es un poco...digámoslo así, teenager. Demasiadas niñas adolescentes, medio borrachas y poca gente de más edad con la que sentirte un poco identificado. Además la proliferación de italianos es tal que da asco, son unos babosos que van a saco y pueden llegar a joderte la noche en menos que canta un gallo.

La gran pega que le pongo a Malta es lo poco cuidada que está, todo parece medio derruído y lleno de polvo, quizá esto sea sólo ahora en verano, no lo sé, pero cuando te montas en uno de esos buses del año 50 que están maravillosamente bien conservados para ir a visitar la isla esperas que al menos todo esté como esos autobuses y lo que te encuentras dista mucho de esa idea.

En fin, no os aburro más si os apetece vaís. Yo valorando los pros y los contras encuentro el viaje muy productivo aunque ni mucho menos alcanzó mis expectativas. Ya lo dije al principio, pueden ser un arma de doble filo, cuidado con ellas.

Os dejo con los dos éxitos del verano más repetidos en los pubs malteses:

P.D. A "Desde la sombra" A ver si es verdad y el día que nos encontremos por la calle me veo quien eres, sólo espero que lo hagas.

lunes, agosto 03, 2009

Confianza y volver a disfrutar

Siempre he sido un tipo confiado en las relaciones interpersonales y eso en los tiempos que corren es algo extraño. No me refiero a las relaciones con el sexo opuesto de las que ya he hablado anteriormente en esta bitácora, y que a mi parecer son arena de otro costal, sino que estoy refiriéndome a esas relaciones ocasionales que pueden surgir en cualquier sitio y con personas de cualquier índole y situación.

La norma general hoy en día es desconfiar de los extraños, la gente es mala por naturaleza, o al menos eso nos venden en la televisión, los periódicos e incluso en los pequeños mundos en los que habitamos día a día: familia, amigos, barrio, etc. Hace poco salía en televisión un tipo que regalaba dinero a quien pasara por delante de él en la calle y nadie le cogía el billete por pura desconfianza. No ganaban nada y seguían como estaban, pero si lo hubieran cogido hubieran podiado gastarse 50 euros en lo que les hubiera dado la gana. Pues bien, este fin de semana me pasó algo semejante, una prueba de confianza.
Os pongo en situación: sábado, Ribadesella no da tregua y llueve sin parar durante todo el día. A las 7 de la tarde y ante la imposibilidad de salir del camping sin coger una mojadura impresionante decidimos comprar en el supermercado de al lado algo para beber. Como yo no llevo chubasquero me quedo sólo en el soportal del bar que a esas horas se encuentra hasta la bandera de gente debido a la meteorología. Allí sentado trato de hacer tiempo enviando algún mensaje por el móvil y cuando he terminado oigo una voz que me dice: si quieres siéntate con nosostros. Son tres chicos más o menos de mi edad y la chica que atiende el comercio de al lado del bar.

Otra persona en la misma circunstancia hubiera dicho: "No, no, ya me quedo aquí esperando que mis amigos regresan en un pis pas", pero como ya os he dicho yo no soy así, así que acepté la invitación, me presenté y nos pusimos a hablar. Al principio, como es normal, todos estábamos en fase de adaptación a la nueva situación, y ya no te digo mis amigos que cuando volvieron del supermercado se encontraron de bruces conmigo dándole al palique. Rápidamente nos soltámos y las carcajadas comenzaron a resonar en todo el camping. A ello también contribuyeron las copas que nos pimplamos, he de reconocerlo, pero lo cierto es que con alcohol o sin él, se creó un ambientillo cojonudo entre nosotros, tanto que decidimos salir de fiesta juntos.

Afortunadamente dejó de llover y todavía se nos unió mucha más gente, personal laboral del camping que había terminado su trabajo y que ya nos conocían de estar allí sentados bebiendo, comiendo y riéndo durante toda la tarde. El buen rollo siempre llama al buen rollo. Así salimos a quemar Ribadesella, depués de un día de agua y más agua, y no precisamente en el mar bañándonos (esa era la idea al principio del viaje) había que aprovechar al máximo la tregua meteorológica. Además con gente que conoce el lugar descubres sitios que no hubieras encontrado de otra forma.

El caso es que nos lo pasamos en grande aquella tarde-noche y el domingo hubo el ya clásico intercambio de móviles y e-mails. De no ser porque soy confiado por naturaleza no hubiera vivido una experiencia tan buena. Muchas veces sale mal y te llevas una patada en el culo, pero algunas sale bien y merece la pena. Yo creo que si todos confiaramos un poco más en la gente la situación podría invertirse y situaciones cómo esta quizá fueran más comunes. No digo que les vayamos a dar las llaves de nuestra casa a unos desconocidos, pero sí al menos un pequeño voto de confianza.



P.D. A "Desde la sombra" me gustan mucho tus comentarios y tu manera de pensar, pero me gustaría saber quien eres de una vez.

viernes, julio 24, 2009

Desahogo

Después de un pequeño parón veraniego ocasionado por problemas informáticos vuelvo a la carga, y esta vez más combativo que nunca. Llevo tiempo pensando en hacer una entrada dedicada a una persona con la que estuve saliendo hace ya unos cuantos años y anteayer, viendo "El Pagafantas" por fin me decidí.

Antes de empezar deciros que la película está muy bien, si vais con vuestros amigos a verla con el único objetivo de reíros de vosotros mismos. Aunque también he de advertiros de que tiene algunos momentos en los que puede llegar a poneros triste si empatizais con el protagonista. Yo no me siento como él, pero lo que ví me hizo recordar algunos momentos de los tres años que pasé con la susodicha persona (asturiana para más señas).

Todos mis amigos me dicen que debo quedarme con los buenos momentos vividos en ese tiempo y que debo olvidar lo demás. Lo cierto es que no hubo momentos especialmente malos, ni discusiones día a día, pero no puedo evitar pensar que ella lo tenía todo pensado desde el primer momento, que cuando acabase la carrera se iba a volver a casa y me iba a dejar aquí colgado. En mi cabeza resuenan todavía aquellas palabras de una de las personas más sabias que conozco que me dijo: "Rubenín ten cuidado que ésta termina y no vuelve". ¡Qué razón tenía!

Cuando veo ahora a mis amigos tan felices con sus novias no entiendo que hago mal para no tenerla yo también y tratar de ser feliz en ese aspecto de la vida. No penséis que es autocompasión, simplemente son ganas de satisfacer mi curiosidad innata que me ha llevado a ser científico. El análisis de las situaciones vividas puede tratarse igual que cualquier prueba bioquímica o genética sólo hay que variar el ámbito de estudio. Pues bien, una vez recogidos datos con un periodo de estudio de casi cinco años (que se dice pronto) he realizado todo tipo de análisis estadísticos y he llegado a una conclusión.

La hipótesis planteada era la siguiente: "Los fracasos sentimentales posteriores a la relación "P" (de Pilar) tienen su raíz en la variable asturiana P". A la luz de los resultados obtenidos y tras varias jornadas de interpretación de gráficas me he dado cuenta que la hipótesis se corrobora al 100%, sin margen de error. Todas las relaciones fallidas que he tenido a posteriori tienen su base en la hijadeputa de la asturiana.
Desde que todo acabó con ella no he sido capaz de querer de verdad a nadie, con sus putas promesas que luego se fueron a la mierda ha logrado que no pueda prometer nada a ninguna chica convencido de que lo voy a cumplir. No he perdido la confianza en mí mismo, pero sí en el sexo contrario porque a pesar de sus negativas creo que al igual que hizo la zorra de ella conmigo cuando empezamos y dejó a su novio, tenía a otro tío a su lado cuando lo nuestro se terminó, incluso me inclino a pensar que desde bastante antes de que se terminara. Puta refinada guardándose las espaldas para no estar sola, maldita sea!

Por mi forma de ser no guardo rencor a nadie, o al menos lo procuro, pero con ella no puedo más, la odio con todas mis fuerzas y sólo deseo que los tíos con los que esté en un futuro la traten como una mierda porque se lo merece. Maldita vívora que envenenaste mi sangre, maldita sirena que me embaucaste con tus cantos, ojalá te pudras en el desamor y en la soledad. Me he sentido como un tonto mucho tiempo, pero ahora ya no, ahora soy yo el que manda aquí, vete a tomar por el culo, que igual te gusta. Ya no volveré a pensar en tí nunca más y solamente deseo que tu vida sentimental se convierta en un puto infierno. Adios para siempre.
A todos mis lectores, deciros que lo siento, pero necesitaba este desahogo para librarme de una puta vez del pasado. Todo se acabó y al fin me siento liberado.

Os iba a poner esta canción, una versión de Frank Sinatra interpretada por mi amada Katie Melua en la que solamente debéis cambiar cuando dice "forget him" por "forget her": http://www.youtube.com/watch?v=uO4nM_Iu87c&feature=PlayList&p=943DBDE6CF8EE569&playnext=1&playnext_from=PL&index=66
Pero cuando escribía esta entrada escuchaba máxima fm y me ha gustado mucho la canción que han puesto. Expresa lo que siento ahora con un día soleado como el que ha salido hoy y habiéndo soltado todo lo que necesitaba soltar, quedaros con la que queráis:http://www.youtube.com/watch?v=uKmsMZuN2bw