lunes, julio 28, 2008

Gijón diferente

Gijón está ahí, a tiro de piedra. Playa y mucha fiesta nocturna a solo un par de horas de León. Este podría ser el eslogan de un anuncio publicitario para fomentar el turismo cazurro en dicha ciudad astur, pero lo cierto es que no es necesario puesto que la afluencia de leoneses a las playas del Principado es importante.

Este fin de semana aprovechando que mis amigos tenían que hacer vida conyugal con sus novias o estaban de viaje, fui a darme un bañito a Gijón, pero no como un cazurrín más de camping-playa. Si no que dejé en casa la tienda de campaña que tantas veces me ha acompañado y me alojé en casa de una amiga. A tan solo un paso de San Lorenzo y a otro de la zona de farra, con cama, frigorífico, ducha y baño limpito. En dos palabras: un lujo.

Para muchos la ciudad tiene poco que ofrecer a parte del mar y la fiesta. Sin embargo descubrí que no es así nada más llegar. El plan era ir a la Laboral, un edificio enorme que ha tenido numerosos usos y que ahora se ha rehabilitado como centro cultural. Yo no sabía nada de lo que me iba a encontrar, de hecho nunca había oído hablar de dicho lugar, pero me dejé llevar y hallé una experiencia sensorial francamente maravillosa. El ayuntamiento de Gijón había organizado un recorrido por el edificio a la luz de las velas, intercalando la explicación técnica de la guía con actuaciones musicales en directo, representaciones teatrales y como guinda al pastel, la oportunidad de visitar la torre de la iglesia y contemplar las fabulosas vistas nocturnas al compás de los acordes de un violín.

Tras ello mis anfitriones me llevaron a un bar que, al igual que el famoso hotel londinense, lleva el nombre de Savoy. El local estaba ambientado en la norteamérica de los 50 y los 60. Las fotografías de Elvis y de Marilyn y los cuadros de famosos anuncios de Cocacola colgaban de las paredes. Una máquina para poner discos, margaritas para beber y por supuesto, música rockabilly. Otra experiencia para recordar, sin duda ninguna.

Al día siguiente nos fuimos a Luanco, playa y solecito, por supuesto, lo que busca todo hijo de vecino yendo allí, pero también la oportunidad de ver un deporte que normalmente se practica sobre hierba y que a mí, particularmente me gusta mucho, el rugby. Siempre digo que es un deporte de hombres nobles y caballeros, pero me sorprendieron gratamente las chicas que también disputaban su torneo paralelo. Jugaban un rugby preciosista, primando el juego a la mano que tanto divierte al espectador. Además he de reconocer que, en contra de lo que yo pensaba de las jugadoras de este deporte, algunas de ellas lucían unos cuerpos dignos de elogio.

Ya por la noche me rendí al clásico asturiano de sidrina y fiesta total por las calles gijonesas. El domingo, como es normal, a pasar la resaca a la playa. Un tópico lo sé, pero después de lo vivido los dos días anteriores ¿me diréis que hice lo mismo que todos los leoneses en Gijón? Para mí la respuesta está clara.

Para finalizar es de recibo agradecer a mi amiga Ana su hospitalidad y a todos sus amigos la alegría y el buen rollo que como buenos asturianos derrocharon conmigo.

lunes, julio 21, 2008

Puerto de Sagunto II

Como ya dije en la anterior entrada, continúo en esta con lo ocurrido en los 5 días que pasé en el Puerto de Sagunto y, concretamente, hablaré de lo acontecido en las noches levantinas. No os penséis que voy a contar historias personales en cuanto a mujeres se refiere. Eso me lo reservo para mí. Lo que voy a comentar es una tendencia que cada vez prolifera más en los hombres, la metrosexualidad.

Casi todos los días daba un paseo por la playa en compañía de mis amigos y era claramente apreciable la diferencia entre los que estabamos allí de visita y los habitantes nativos de la zona. En estos últimos la moda ha hecho estragos. Todos ellos se depilan, están musculados, se untan cremas por el cuerpo, estan morenos de rayos uva y se pasan el día como Narciso, admirando su propia obra. Una obra que implica horas de gimnasio, dieta controlada con aportes hiperprotéicos e incluso con otro tipo de ayuditas químicas mucho más peligrosas para el organismo.

Así con mi pelo en el pecho, mi michelín y mi color de piel blancuzco me sentía un bicho raro. Pero cuando más extraño me sentí fue por la noche, en la discoteca. Allí parecía un elefante en el Polo Norte, raro de cojones. Afortunadamente no salí solo de maracha por ahí, me acompañaba un amigo que en esto de cuestiones estéticas piensa como yo. Lo más curioso de todo es que vestidos de fiesta tampoco diferíamos tanto del resto ya que las carnes y los pelos quedaban cubiertos bajo la camiseta, pero hasta de esa manera se notaba que no érmaos de allí y ¿sabéis por qué? Pues porque bailábamos. Al parecer si eres metrosexual no puedes bailar (debe ser porque te puedes romper o algo), sólo puedes engancharte a tu bebida isotónica (o si eres muy osado a tu copa) y quedarte parado mirando a las tías, luciendo biceps para que te miren, pero haciendo como que no te importa. Una gilipollez vamos.

Ellas al igual que los tíos tomaban su bebida parapetadas en la pista, sin moverse demasiado, luciendo sus tetas de plástico (otra moda muy en boga por aquellas tierras) y esperando a que alguien las dijera algo para sentirse las reinas del lugar. En fin un juego imbécil en el que ni mi amigo ni yo queríamos participar. Yo cuando salgo de fiesta salgo a pasármelo bien y para ello necesito moverme, hacer el indio y sobre todo reírme. Por suerte mi amigo y yo no éramos los únicos foráneos del local, también había chicas que querían pasarlo bien haciendo el mono con nosotros, eso sí, nunca levantinas.

Al parecer, hoy en día, para ser atractivo hay que sacar tu lado femenino a relucir. Cuidarte es bueno y por cuidarse se entiende darse cremitas, depilarse, ir al solarium, vestir ropa de marca...No voy a reivindicar que el atractivo de una persona no está en su físico, si no es su interior porque estoy seguro de que me llamaríais iluso, pero si reivindicaré que los hombres seamos hombres de verdad con pelo en el pecho y con un poquito de barriguita cervecera ¿por qué no? Y es que para mí una manera ideal de cuidarse es disfrutar de los amigos mientras te tomas una caña, al atardecer, acompañada de un pichito de embutido leonés. Cosa que por cierto he hecho todos los días que ha durado mi estancia en el Puerto de Sagunto.

miércoles, julio 16, 2008

Puerto de Sagunto I

Una vez acabada la oposición que me ha absorbido los últimos meses se me presentó una oportunidad de esas que no puedes rechazar. Desde el Puerto de Sagunto (Valencia) me llegó una invitación para disfrutar de la compañía de dos de mis mejores amigos. Playita, solecito, fiesta y por supuesto, buen comer y mejor beber.

Sin apenas descansar, salí de León a las 7:30 de la mañana con unas ganas de pisar la arena increíbles. Nada más llegar allí, cambio de ropa, bañador y a darse un baño. Lo que no me podía imaginar es que el primer día me iba a ocurrir algo tan extraño. Estaba metido en el agua cuando noté algo en la planta del pie, como un pinchazo. Al princio pensé que no era nada, pero cuando saqué el pie del agua vi una picadura semejante a la de un mosquito. Salí a la playa y vi que la picadura tenía una derivación hacia el empeine, así que decidí preguntar en el puesto de socorrismo.

Tras examinar mi pie, el socorrista me dijo que era una picadura de pez araña (Trachinus draco) y me preguntó si no me dolía. "Lo cierto es que no" le contesté y él se quedó sorprendido porque al parecer es muy dolorosa. Según he sabido después el veneno que transmite el dichoso animalito es neurotóxico y peligroso, de hecho se han llegado a producir amputaciones por necrosis. De todas maneras el médico me dió una pomada y ale a correr. Dicen que la felicidad se basa en la ignorancia. Si hubiera sabido todo lo que sé ahora quizá me hubiera pasado estos cinco días de vacaciones dándole vueltas al tema, pero no ha sido así.

Tras el incidente del primer día todo fue genial. Fuimos al parque acuático de Benicassim y allí nos lo pasamos como los enanos, corriendo de una atracción a otra, peores que los niños peueños vamos, que si al kamikaze, ahora a la lanzadera, no no a los tubos (las risas vamos). Para culminar además de la playita de la cual seguí disfrutando, probé los productos de la tierra: paellita de pollo y conejo con ese socarrat que solo saben hacer en la costa levantina, agua de valencia que menos agua lleva de todo, especialmente un zumo de naranja con un sabor potente e inimaginable para los que no vivimos allí.

En fin, cinco días de vaciones que necesitaba, que han sido increíbles por todo, y sobre todo, por la compañía de dos amigos de esos que son de verdad. Dos amigos para toda la vida con los que cualquier alegría es doble y cualquier pena se divide a la mitad.

P.D. Habrá segunda entrega en la que os contaré las noches levantinas.

martes, julio 08, 2008

Errores

Cuando cometes un error, éste puede ser de dos tipos. Aquel que reconoces al momento de cometerlo y por tanto tratas de solucionar en el mismo instante, o bien el que no te das cuenta de que cometes y luego es muy difícil de arreglar, por no decir imposible. Pues bien, los dos tipos de errores los he vivido de una u otra manera en un mismo día, ayer.

El primero lo cometí en la oposición. Sí, después de tanto tiempo preparándola, de tantas y tantas horas de estudio invertidas en un sueño, cuando más tenía que rendir, cuando lo tenía que dar todo de mí, tropecé con la metodología. Estaba exponiendo mi Programación Didáctica y al llegar al quinto punto de la misma me quedé totalmente en blanco. No me acordaba de lo que tenía que decir, bebí un sorbo de agua que a poco no pasa por el gaznate de lo encogido que lo tenía y tras unos segundos de vacilación, reaccioné METODOLOGÍA!!!!Mi mente se iluminó y continué con la exposición. Fue uno de los tragos más duros de mi existencia, pero paso, error cometido y error subsanado.

El otro tipo es un error de hace tiempo, un error que no debí cometer, pero en mi desafortunada experiencia con las chicas he tropezado mucho y seguiré tropezando. Ya sabéis "el hombre siempre tropieza dos veces sobre la misma piedra". Y en esto no hay paridad, es el hombre el que tropieza, la mujer tropieza una vez, asimila, guarda información y nunca más vuelve, ni siquiera a rozar el canto de la roca. En mi defensa diré que al menos me he dado cuenta del error y puestos a soltar refranes "más vale tarde que nunca"

En cualquier caso opino que este segundo tipo de fallos no tienen solución factible. Como mucho se pueden dejar zanjados y punto, aunque siempre quedará algo ahí que no esté a gusto de los afectados. Además, en mi caso, se suma un factor ajeno a mi control, el factor mujer. Concretamente una mujer de esas que son capaces de desconcertarte, de no saber si está de buenas o de malas contigo. Una mujer a la cual eres incapaz de sacar nada en su mirada (y creédme esto se me da bastante bien), sólo algún leve gesto te puede indicar algo, pero es una misión suicida aventurarse a interpretarlo.

Después de volverte loco procurando ubicarte piensas en los refranes y dices ¿"de perdidos al río" o "por la boca muere el pez"? Lo cierto es que una cosa lleva a la otra y si te lanzas al río es posible que tu bocaza te mate y, en mi caso, esto es una regla que no falla. Así, a pesar de haber zanjado fallos lejanos en el tiempo, caes en viejos errores que cometes una y otra vez y piensas NUNCA MÁS!!

Concluyendo, siempre cometemos errores y lo importante es subsanarlos en el momento para que no se enquisten jodiendote las entrañas. Por mi parte estoy seguro de que esta es la definitiva y no volveré a cometer el mismo error, ya que si algo bueno tienen estas situaciones es que de ellas se aprende mucho.

martes, julio 01, 2008

España y Luis Aragonés

No pensaba escribir nada hasta el fin de semana, pero las circunstancias lo requieren. Me prometí a mi mismo que habría tres temas de los que no iba a hablar en esta bitácora: política, religión y fútbol. Pero en este caso haré una excepción ya que por fin la selección española de fútbol ha logrado ganar un gran título, nada más y nada menos que la Eurocopa de Naciones. Y lo que es aún mejor, ha unido a un país entero que pegado a las pantallas de la televisión se ha emocionado, ha gritado, a saltado e incluso a alguno se le ha escapado una lagrimilla.

Ayer se reunieron en Madrid cerca de un millón de personas para recibir a los campeones y son muchos los que ahora, a toro pasado, apoyan a unos jugadores que han recibido numerosas críticas, por no hablar de Luis Aragonés. Son los que dicen "yo ya lo dije, sabía que iban a ganar", "yo siempre he estado con Luis" Y una mierda mentirosos!! Me repatean esos hipócritas que se suben al carro en el que ahora todo es alegría, pero sé que cuando vengan las vacas flacas se bajarán como siempre.

No quiero tirarme el moco, pero yo si he creído en la selección española desde el principio y más desde que Raúl no va convocado. El cambio generacional hacía falta y el capitán madridista era su máximo exponente. Los chicos que ahora defienden la roja son jóvenes, son de una generación que nació con Naranjito y que, como decía un eslogan de un anuncio de televisión, son jóvenes aunque sobradamente preparados. Vienen de ganar numerosos títulos en categorías inferiores y ya pedían paso. Pero no sólo son buenos en el fútbol, hay que recordar que tenemos campeonatos del mundo y de Europa en baloncesto, balonmano, voleibol, hockey, y un largo etcétera. En fin una generación magnífica de la que me siento orgulloso de formar parte.

Caso aparte merece Luis Aragonés al cual tengo un cariño especial debido a su parecido en muchos gestos con mi abuelo, al cual idolatro. Un hombre que ha recibido palos de todas partes, prensa, federación y afición le han dado caña de lo lindo y sobre todo con el tema de Raúl. Hay que verlos ahora montándose en la burra. Cuantas bocas ha tapado Luis!! y con una clase digna de un caballero medieval, sin aspavientos, sin restregar a nadie por la cara el triunfo, con humildad y serenidad. Así es como debe ser, lo ha demostrado en el banquillo que es donde mejor se expresa él. Sin duda es el mejor seleccionador de fútbol que ha tenido este país, al menos desde que yo tengo uso de razón. La pena es que se vaya, desde aquí le deseo suerte en su aventura turca.

En fin, que como todo hijo de vecino, el domingo vibré con los chicos de Luis y el lunes me levanté con una sensación de alegría muy bonita porque España había ganado la Eurocopa. La selección de todos los españoles, le pese a quien le pese.