lunes, diciembre 24, 2007

Mía Sarah

Estuvo a penas una semana en las carteleras de León y fue prácticamente imposible encontarla en videoclub alguno. Mía Sarah es una de tantas buenas películas españolas que pasa sin pena ni gloria por las salas de cine. Recuerdo cuando ví el trailer acompañado de mi amiga Zaida que quise verla en el momento. El reparto era espectacular y la historia parecía buena. Pues bien, ayer con un regalo navideño apareció en la lista de películas gratuitas que se pueden ver en los canales de Ojo (de la empresa Ono)

Sin dudarlo me preparé un sandwich y me dispuse a visionarla encerrado en el salón. Después de casi dos horas mi corazón había vivido un amplio numero de sensaciones, ya que este film cuenta una historia de personas normales, nada de superhombres americanos capaces de tumbar con una patada voladora imposible a tres villanos. En ella se reúnen de nuevo los actores protagonistas de La Lengua de las Mariposas, de la cual ya os he hablado. Manuel Lozano, el niño, que en esta pelicula ya crecidito encarna a Samuel, no lo hace mal y conserva esa mirada curiosa e inocente. Pero sin duda Fernando Fernán Gómez, por el que siento una especial debilidad, realiza una interpretación impresionante como secundario de lujo metiéndose en el papel de abuelo del chaval y escritor de renombre. Completan el reparto Daniel Guzmán y la guapísima Verónica Sánchez que con su sonrisa en plano corto hipnotiza al que está sentado en la butaca.

La historia en sí se basa en la agorafobia que sufre Samuel, y como junto con su abuelo traman diversas tretas para que los psicólogos que van a tratarle salgan espantados de la casa. Hasta que aparece uno con un método nuevo (Daniel Guzmán) el cual acabará enamorándose de la hermana mayor de Samuel (Verónica Sánchez), pero no os cuento más que tenéis que verla. Mención a parte merece la banda sonora que mezcla temas instrumentales con canciones tan bonitas como Call of the Search de Katie Melua (otra de mis debilidades)

Algunos me diréis que es una pastelada, pero lo realmente importante son las conversaciones entre abuelo y nieto que dejan una serie de frases y mensajes sobre los cuales reflexionar después. En fin, una película de diálogos que te hace pensar. Algo muy complicado hoy en día donde el cine esta lleno de mamarrachadas llenas de efectos especiales y mierdas pinchadas en un palo que no valen nada más que para pasar el rato si eres capaz de aguantar semejante gilipollez (veáse Transformers, por poner un ejemplo) Una pena que películas como Mía Sarah no tengan más repercusión en los medios y que caigan en el olvido en detrimento de estos esperpentos.

Os recomiendo que la veáis y me comentéis que os parece. Los que tenéis Ono la tenéis GRATIS en el apartado de cine gratis de Ojo (creo que hasta marzo), y los que no tenéis contratada esta empresa quedad con un amigo/a que lo tenga, que las navidades están para pasarlas con las personas que más quieres.

martes, diciembre 18, 2007

Comunicación verbal e internet

El otro día fui a una cafetería que hay detrás de la Catedral. No recuerdo como se llama el local en cuestión, para mí siempre será el Bambú, aunque ahora parece ser que ha cambiado de dueños y de costumbres. Resulta que se ha modernizado, todo el mobiliario tiene un brillo metálico, muy chic y muy de diseño que diría Boris Izaguirre, pero a mí me resulta frío y muy poco acogedor.

El caso es que estaba allí sentado tomando un capuccino en muy buena compañía y mientras hablabamos de nuestras cosas me sorprendió que había personas que estaban sentadas solas mirando la pantalla de su ordenador portátil. Pregunté que era lo que pasaba y me informaron de que la cafetería era tan moderna que tenía conexión wifi. Esto es, para los que como yo estamos empezando a familiarizarnos con el mundo tecnológico, que te puedes conectar a internet sin necesidad de cables ni nada, simplemente con tu ordenador portátil.

Un profundo recuerdo invadió entonces mis pensamientos: las tardes sentado junto a mis amigos frente a un café, una caña o algo más fuerte si la situación lo requería. Tardes en las que los problemas se hacían menos problemas al compartirlos y las alegrías, por la misma causa, se hacían dobles. Tardes en las que "quedar para hablarlo" con una chica suponía el comienzo de un "royo con una tía" o justo lo contario, el final.

En fin, será la añoranza de aquellas tardes o vete tu a saber qué, pero el caso es que me dió pena ver a aquella gente solitaria en su silla de diseño. Comunicándose con otras personas sin ver los gestos de la cara, los de las manos, sin ver los ojos, sin abrir la boca expresándose somplemente a través de una máquina. Siempre digo que no me gusta tratar temas serios por ese medio de comunicación tan usado que es el messenger y es precisamente por eso, porque se pierde la cercanía, el calor y la expresividad.

Un motivo más para llevarme mal con la dichosa tecnología

miércoles, diciembre 12, 2007

Canciones que ya no duelen

Me sorprendo a mí mismo ecuchando una canción. No solo eso, la estoy cantando a grito pelao. El día ha sido largo y aburrido, una de esas jornadas de estudio intensivo en las que no despegas la vista de los apuntes durante horas y horas. Con el culo aplanado de estar tanto tiempo sentado, me he levantado y me he puesto a cantar y a bailar como un poseso. Esto no es raro en mí, de hecho es bastante común ya que es una manera que tengo de desestresar y desentumecer los músculos. Lo realmente extraño es que sea con esta canción: "Una foto en blanco y negro" del Canto del Loco.

No le tengo un aprecio especial a este grupo, pero reconozco que esta canción me ha marcado bastante. Hace un tiempo era incapaz a escucharla sin que al menos mi corazón sufriera una sacudida, como un electroshock, mal de amores ya sabéis. ¡Cómo no! resultó ser la canción más pinchada en la radio, y en los bares y pubs de León durante una temporada bastante larga (o al menos eso me parecía a mí). Salir de fiesta con mis amigos y escucharla era como recibir una patada en los mismísimos huevos, así que en muchas ocasiones tomaba la determinación de salir del local en cuestión durante unos minutos hasta que otra canción pachanguera sustituyera a esta.

Después de un tiempo y gracias a un buen amigo y a un verano que cambió mi vida por completo volví a escucharla. Aquella vez lo hice de mil maneras: sentado, tumbado, tomando el sol y rodeado de niños en el campamento, pero los sentimientos seguían aflorando. Alex me obligó a escucharla una y otra vez hasta que empecé a pasar de ella poco a poco. Al principio solo escuchaba pequeños fragmentos, pero a fuerza de insistir la completé. Hasta que ha llegado el momento en que no sólo la escucho si no que la canto y la bailo.

En fin, quizá sea que el tiempo cura todas las heridas o la insistencia de un amigo, o que como dice el refrán un clavo saca a otro clavo. En cualquier caso, una canción que ya no duele. No está mal!

jueves, diciembre 06, 2007

Fósiles y pensamientos

Esta semana he estudiado un tema para la oposición que particularmente me apasiona, pero que me ha dejado con un cierto mal sabor de boca. El tema en cuestión abarca la historia geológica de la Tierra, pero por lo que realmente me gusta es por el segundo epígrafe que incluye a la fauna y la flora fósiles. Cuando era pequeño y se estrenó Jurass¡c Park (Parque Jurásico para los de Openning) que supuso una auténtica revolución en mi pequeño mundo, me interesé por el mundo de los fósiles y desde entonces no he perdido ese interés por conocer las fantáticas criaturas que pobleron la Tierra antes que nosotros.

Al principio, como es obvio, los dinosaurios eran la mayor atracción ya que era muy sencillo encontrar reproducciones de tiranosaurios, braquiosaurios o velociraptores en cromos, fotografías e incluso en exposiciones itinerantes con imágenes a escala. Hasta algunas de ellas incluso se movían y rugían, todo un espectáculo para un niño.

Con el paso de los años esa curiosidad por descubrir la historia zoológica más remota me ha llevado a leer algún que otro artículo, y algún libro del hombre de referencia en estos asuntos, Stephen Jay Gould. Incluso he cursado una asignatura de Paleontología en la carrera. Con ella he descubierto la enorme diversidad faunística que se creó en el Cámbrico y la gran extinción de finales del Pérmico. También a valorar más el clima y a apreciar como sus fluctuaciones a nivel global e incluso agentes externos como los meteoritos, han regulado la existencia de unas y otras especies.

Últimamente mis mayores esfuerzos lectores y de enriquecimiento cultural para satisfacer mis ansias de respuestas me han llevado a centarme en la historia del hombre. Su evolución es apasionante, la capacidad de adaptación a distintos ambientes gracias al desarrollo de un órgano hasta entonces olvidado, el cerebro y todas las consecuencias de ese desarrollo. La crecaión de las primeras sociedades, el descubrimiento del lenguaje y de la cultura. En fin, tantas cosas que nos hacen seres humanos.Y como os decía, pese a lo apasionante del tema (al menos para mí) me ha dejado un mal sabor de boca. Dicen que estamos ante la siguiente gran extinción y que una sola especie la está provocando. El planeta sufre por nuestra culpa, somos "su cáncer". Lo curioso es que las anteriores grandes extinciones no las han producido los seres vivos, a excepción quizá de las primeras cianofíceas que cambiaron la composición de la atmósfera dotándola de oxígeno y por tanto de un carácter altamente oxidante y tóxico para los organismos que vivían en ella. Pero nosotros hemos desarrollado nuestros cerebros, somos inteligentes, no somos unas minúsculas cianofíceas. Podemos cambiar las tornas o si no estaremos abocados a la extinción. Y como decía Miguel Delibes de Castro en un artículo que ya he comentado en este blog, no podemos pensar que acabaremos con la Tierra, ella se resarcirá igual que lo ha hecho otras veces a lo largo de su singladura, la cuestión es ¿sobreviviremos nosotros?

miércoles, noviembre 28, 2007

La lengua de las mariposas

Una noche de la semana pasada me quedé de telefonista en casa mientras mi abuelo subía en compañía de mi madre a urgencias. La causa, una infección urinaria, afortunadamente un susto nada más. El caso es que se había hecho tarde, ya era más de la una de la madrugada y seguía viendo la televisión. Allí estaba mirando la caja tonta cuando una noticia dada en un avance informativo, me sobresaltó. No hay manera de tomarse esos cortes en medio de un programa para dar una noticia con calma. Suelen ser desgracias normalmente de índole terrorista, pero esta vez no era eso, era una triste nueva, pero no de ese calado, Fernando Fernán Gómez había muerto.

Uno de los mejores actores de este país que nos ha dejado para el recuerdo películas tan relevantes como "La venganza de Don Mendo", "Belle Époque", "El caballero Don Quijote" o "El abuelo". Éstas son solo algunas de ellas, las que yo he visto, pero su biografía está plagada de actuaciones inconmensurables tanto en el cine como en el teatro. Además este actor peruano de nacimiento, no se quedó solo ahí, sino que su vocación de escritor dió numerosos frutos.

Para mí hay dos obras a las que guardo un especial cariño. La primera de ellas es literaria (también se llevó a la gran pantalla) "Las bicicletas son para el verano". Con ella descubrí como a través de una historia en apariencia simple se pueden decir muchas cosas. También aprendí a leer en-fa-ti-zan-do las frases importantes y a entrar en un mundo que desconocía, el del teatro. Todo gracias a la puerta abierta por una profesora de lengua que se empeñó en darnos a conocer este espacio de la literatura española.

Sin duda, la actuación de este gran hombre que ha quedado grabada a fuego en mi cabeza es su papel de profesor, Don Gregorio, en "La lengua de las mariposas". Una película con un trasfondo político muy marcado, ambientada en la última étapa de la 2ª República Española y el comienzo de la Guerra Civil. Una película triste, pero hermosa a la par. Una película con la que todos los que amamos la naturaleza descubrimos como se podía explicar de una manera inceríblemente bella, lo maravilloso que alberga el medio ambiente. No sólo eso, una película que despertó a muchos, entre los que me incluyo, el gusanillo docente. No el de enseñar puramente la lección, si no el de educar en valores, ese que hoy en día tanto falla. En resumen, una película redonda.

La necesidad de las mariposas de tener la lengua en espiral, las habilidades del tilonorrinco o el origen americano de las patatas son algunas de las explicaciones que don Gregorio le daba a Moncho. Pero para mí, es inolvidable la escena en la que el profesor le esplica a su gorrión lo que es la muerte y el infierno (http://es.youtube.com/watch?v=ng9Kk2j38Q0) Me quedo con la frase: A veces es infierno somos nosotros mismos. Cada vez que ponen este film en la televisión no puedo dejar de verlo, además cada vez que lo veo descubro un nuevo detalle que no conocía y que lo hace aún más enorme. Me pone los pelos de punta, es una de las mejores películas del cine español y la recomiendo encarecidamente.

Desde aquí mi pequeño homenaje a este gran hombre.

martes, noviembre 20, 2007

El pedacito de la tarta

Hay que ser autoexigente, ambicioso y tenaz para conseguir los objetivos que te planteas en la vida. De esto no hay ninguna duda, sobre todo lo compruebo ahora, con la oposicón a profesor de secundaria. Me resulta prácticamente imposible pensar en alcanzar la meta tan complicada que me he fijado sin la mediación de estas capacidades, y de muchas otras tales como: la capacidad de sacrificio, de autodisciplina o el afán superación, por nombrar algunas. No las tengo todas ni mucho menos, pero me esfuerzo en encontrarlas.

Con todo ello, resulta muy complicado cubrir todos los aspectos de tu vida y decides desechar al menos, una porción de la tarta para llevar mejor "la mula". Ese trocito tiene una plaquita de chocolate que lleva escrito con letras de nata la palabra "felicidades" y está acompañada de una fruta confitada. Lo cual le hace el más apetecible del pástel, pero decides hacer una especie de pacto con el diablo en el que tú dejas de lado ese pedacito esperando que si logras el resto de los objetivos, quizá alcances algo parecido a la felicidad.


Dedicas todas tus energías en la consecución de tus metas y por momentos, incluso por largos periodos de tiempo, te encuentras agusto. Llegas a alcanzar un estado de coma profundo, permaneciendo despierto, en el que solamente respondes a estímulos prefijados en tu cerebro como bases para lograr tus planes. Los problemas se disipan, ese aspecto de tu vida que te atormentaba y que decidiste dejar por imposible simplemente desaparece de tu cabeza.

Pero a veces, sin darte cuenta la vida te sorprende poniéndote las cosas fáciles. No sabes porqué, ni siquiera sabes si lo mereces, pero el caso es que ocurre. Un día, sin saber muy bien como, alguno de los ámbitos del camino que todos recorremos se arregla. Suele suceder además que es esa porción que has dejado por imposible la que sufre una metamorfosis total haciendote cambiar de perspectiva completamente. El trocito de tarta que habías desechado aparece en tu boca llenándola de sabores que jamás habías soñado con probar y por un instante flotas.

Es entonces cuando te das cuenta que ese trocito es el mejor de la tarta, no sabes si te producirá un empacho y te sentará mal o si se derretirá, pero algo está claro, con ese pedacito todo funciona con mayor fluidez facilitándote las cosas, como si gracias a él las metas fueran menos duras de alcanzar.

Y es que como dice el tópico, cuando menos te lo esperas, incluso cuando crees que es imposible que sucedan las cosas, simplemente ocurren.

jueves, noviembre 15, 2007

Lo bueno del frío

Con el último cambio de horario para ahorrar energía la noche cae antes sobre nosotros. Los cálidos rayos solares, que en esta época del año ya no tienen la enegía que en el verano, se desvanecen cada vez más rápido dejándo paso al frío y a las heladas. Llevamos algo más de una semana con un potente anticiclón anclado en la Península y esto hace que no llueva y que incluso las temperaturas diurnas sean agradables, pero en cuanto se acerca el ocaso los termómetros descienden y la "pelona" se hace inminente.Hay gente a la que no le gusta el frío, incluso lo odia, opinión muy respetable por otra parte, pero que no comparto en asoluto. A mí me encanta sentir el aire congelado en la cara mientras camino de vuelta a casa. Me tensa los músculos notando como cada fibra de mi cuerpo está en funcionamiento, en una palabra, me hace sentir vivo. Además hay un montón de cosas divertidas que se pueden hacer en estos días, como jugar con las hojas que han perdido los árboles. Podéis pensar que es un acto infantil impropio de un adulto hecho y derecho, pero os invito a probarlo, siempre en compañía de alguien a quien aprecieis. Estoy seguro de que lo pasaréis en grande, recordaréis viejos tiempos y os sentiréis niños de nuevo. Por experiencia propia os lo recomiendo, es uno de esos pequeños placeres que nos acercan a la felicidad.

Aunque si hay algo realmente espectacular es el cielo nocturno. Con las heladas la atmósfera se presenta limpia y pura como queriendo dejarse ver, incluso dentro de la ciudad. Las estrellas relucen más claras que nunca y aunque pararse a contemplarlas es casi un acto de valentía, merece la pena de dicarles unos minutos y dejar que la inmensidad del espacio te invada con su hermosura, sutil a la par que grandiosa. Después al llegar a casa se puede disfrutar de otro de los pequeños placeres que conlleva el frío. No hay nada mejor que tomarse una taza de café o de té bien caliente agarrándola con las dos manos y dejando que el calor que desprende pase a tu piel y a tu interior.

Por todo ello me encanta el frío, por esos pequeños placeres que conlleva. Como dicen los sabios, la felicididad no radica en tener todo de todo, sino en saber disfrutar al máximo de lo que se tiene.

viernes, noviembre 09, 2007

Las uvas del tendedero

El otoño es la época en la que la naturaleza, prácticamente mortecina, luce sus mejores galas como queriendo despedirse con un final esplendoroso digno del mejor festín. La oxidación y reabsorción de la clorofila por parte de los vegetales, los cuales se preparan para en invierno, hace que salgan a la luz los ocres, amarillos y rojos asociados a las xantofilas y a los carotenos. En pleno apogeo de este festival los árboles y arbustos nos regalan sus frutos nacidos en la primavera y madurados a lo largo de un verano que este año ha sido muy suave.

Algún día tengo ocasión de escaparme al monte, que aquí en León, está a tiro de piedra y observo a los paisanos de los pueblos recoger de las ramas de los árboles las delicias naturales que éstos les otorgan. Recojo moras de las zarzas como si de un valioso tesorillo se tratara y si encuentro algún castaño al que varear para robarle un puñado de castañas, soy el tío más feliz del mundo. Pero sin querer, camino a casa, me entristezco un poco. Siempre digo que mi gran déficit en esta vida es no tener pueblo. Algunos piensan que soy más de pueblo que las amapolas, y siempre les respondo que ojalá, pero no.
Hoy, al salir al tendedero de mi casa y ver estos hermosos racimos de uvas donados altruistamente por mi tío Cundo, la tristeza me ha vuelto a invadir. Luego he mirado las manzanas, los membrillos, las peras, las calabazas y los repollos que familia y amigos nos han regalado y he pensado que algo del pueblo sí que tengo.
Menos da una piedra y estoy convencido de que algún día seré yo el que regale. Hasta entonces muchas gracias a todos.

jueves, noviembre 01, 2007

Samhain y los Orígenes Celtas

Ayer se celebró en gran parte del mundo mundial la fiesta de los muertos, más conocida como Halloween. Una tradición británica que los emigrantes escoceses e irlandeses llevaron consigo a tierras norteamericanas allá por el siglo XIX. La tradición se extendió como la pólvora, eso sí con los retoques que la cultura yankee quiso darle. Así hoy en día los niños van de puerta en puerta ataviados como brujas, momias, fantasmas y demás seres poco recomendables. Caminan con la consigna de "truco o trato" pidiendo dulces y se atiborran al llegar a sus casas pasando una noche realmente, de miedo.

La cuestión es que esta festividad tiene un origen mucho más lejano, místico y hermoso, un origen celta. Concretamente el Samhain que también se celebraba el día 31 de octubre, aunque tenía un significado bien distinto. Esta fiesta marcaba el final de verano y el comienzo del Año Nuevo Celta. En esa noche, la más mágica del año, la fina línea que une el mundo de los muertos con el de los vivos se hacía más delgada. Pero esto no le daba un aire terrorífico como en nuestros días, si no que servía para orientar a los espiritus hacia el buen camino. Incluso se ponían velas en las ventanas para guiarles en su vagar.

La hogera del Samhain simbolizaba además el fin del año viejo.En ella se quemaban todos los malos recuerdos y los pesares del Año Viejo, para purificar la entrada en el Año Nuevo. Así las gentes podían afrontar los rigores del crudo invierno con la esperanza de llegar al Beltane, y celebrar la llegada de los días de la luz.

Los celtas mantuvieron sus tradiciones pese a la colonización cristiana en forma de día de los muertos (o Halloween). En España de celebra el Día de todos los Santos y pese a que la finalidad de esta festividad celta se ha desviado mucho en la actualidad, me encanta la idea de que que al menos nos quede un pequeño resquicio de nuestros orígenes Celtas.

jueves, octubre 25, 2007

Plutón y las compañías

Hace ya más de una año que la Unión Astronómica Internacional decidió retirar la categoría de planeta a Plutón. Ya no podremos repetir medio cantando y de carrerilla los nueve planetas que componen el Sistema Solar, haciendo especial énfasis el este último para hacer la gracia debido a su parecido con una palabra malsonante de rima fácil.

Al parecer la Asamblea General de este organismo le ha otorgado un rango menor, el de planeta enano debido a que, pese a tener una fuerza gravitatoria que se asemeja a la de cualquier otro planeta y le confiere una forma esférica, orbitando conjuntamente con él se encuentra el que hasta ese momento era considerado su satélite con nombre de barquero griego, Caronte. Éste cuerpo planetario es demasiado grande para considerarlo un satélite y por tanto se considera a la pareja Plutón-Caronte como una especie de sistema binario.

Por otra parte, Júpiter el mayor de los planetas del Sistema Solar, es considerado por algunos científicos como un sistema en miniatura puesto que el planeta "bandeado" con nombre de un dios parece encontarse en un estadío cercano al de una estrella. Su elevado campo magnético (20 veces el de la Tierra) y el elevado número de satélites (16 en total) que orbitan alrededor de él le confieren este estatus tan elevado.

Y es que las compañías son muy importantes, aunque quizá se pueda ver con muchas perspectivas os doy la mía. En la vida lo importante es elegir esas compañías, y que aunque parezcan pocas, como en el caso de Plutón, formen contigo sistemas binarios que te lleven a otros confines del Universo pese a ser rebajados de categoría. Que no te pase como al gigante Júpiter, con muchos pululando a su alrededor pero sin ninguno que termine de ensalzarle de verdad.

En este caso, prefiero ser un enano pequeñito que un gigantón.

domingo, octubre 21, 2007

Recuperando el control

Bueno, ya sé que ha pasado más de un mes desde la última publicación en esta bitácora y que prometí al menos una entradita semanal. De nuevo problemas técnicos con el ordenador me han impedido escribir nada, ya sé que no tengo excusa porque hoy en día puedes acceder a internet en casi cualquier sitio, pero el lugar para redactar estas líneas ha de ser, en mi oponión, un poquito especial. Al menos he recuperado el control sobre las teclas y sobre mi vida, ahora os explico.

Tras un montón de neuronas estrujadas en el fondo de mi cerebro, muchos bajones de ánimo y un desasosiego tal que las lágrimas estuvieron a punto de correr por mis mejillas, tomé la decisión más dura de mi vida. Con la beca de la Junta parecía que mi futuro a corto plazo estaba solucionado y que así sería feliz, pero no podía imaginar la avalancha que se me vino encima. Me dí cuenta de que aquello no me aportaba ni una sola alegría, es más solo me llenaba el corazón de tristeza. Así que me decidí a pasar un año enclaustrado en casa, estudiando una oposición para ser profesor de secundaria.

Siempre me ha gustado trabajar con niños. Sé que es un camino duro, una carrera de fondo con final incierto, pero al menos estoy haciendo lo que quiero y no me siento arrastrado por la corriente como con la beca. Ahora mismo la felicidad completa se antoja lejana, pero mis sentidos me dicen que he elegido el camino correcto y que si tengo la paciencia y la fuerza de voluntad suficientes, algún día la alcanzaré.

Ese fue uno de mis propósitos para el año nuevo, ser feliz. Con la beca no lo estaba siendo ni por asomo y me gusta cumplir lo que prometo (o al menos intentarlo)

martes, septiembre 18, 2007

Aranda 2007

Otra envolvente más. Tras una semana repleta de dudas morales y económicas acerca de desplazarnos o no, nos decidimos a rehacer una vez más la mochila, coger la narguile y emprender viaje a tierras burgalesas. Aranda se encontraba en fiestas y la casa de una amiga, que es miembro fundador de la familia brecil, se encontraba vacía. Qué mejor ocasión para ir de berbena y disfrutar de los caldos con denominación de origen, Ribera de Duero. Al llegar el cielo no presagiaba buen tiempo, pero poco a poco las nubes se fueron disipando y dieron paso a una noche muy serena y apetecible, como un reflejo del fin de semana, que empezó con muchas vacilaciones, pero que terminó con un sol radiante que iluminó nuestros corazones.
Después del calentamiento del viernes, el sábado se presentaba como el día fuerte de las fiestas. La bajada de las charangas con las peñas taurinas era la atracción principal, pero primero había que coger fuerzas y no hay nada como una buena parrillada en una bodeguita de pueblo. Los padres de Raquelín nos cedieron amablemente su "merendero", el cual todo dicho sea de paso, estaba decorado con un gusto exquisito, y también nos permitieron probar el vino que ellos mismos elaboraban. Sólo hubo una palabra para describirlo, impresionante. Hasta el mismísimo Baco estaría sorprendido ante tal sabor.

Como digo después de llenar el buche fuimos adoptados por la peña El Cubillo la cual nos acogió en su seno como si fueramos uno más. Una pegatina, una insignia y unos cuantos vasos de vino nos sirvieron para bailar y saltar al compás de la charanga como verdaderos peñistas. La juerga y el cachondeo duró hasta las dos y pico, momento en que los músicos decidieron parar y dejar que nos fueramos a la berbena, donde pese a empujones y caídas de copas varias lo pasamos en grande.

La noche terminó por todo lo alto en los bares arandinos, pero sin duda lo mejor de todo ha sido disfrutar de un fin de semana expléndido que me ha servido para despejar mi cabeza, últimamente demasiado aturullada por los acontecimientos. También para conocer unas fiestas que me han encantado y sobre todo para seguir gozando con la familia brecil. Y es que a veces una decisión que tomas en el último momento puede ser un gran acierto, ya que la vida gira como la rueda de un carro.

Gracias Raquelín

miércoles, septiembre 12, 2007

Centíficos filántropos

Toca trabajo de campo, y preparándo la mochila me he encontrado con un recorte de periódico que guardé durante las vacaciones en tierras sureñas. Es un artículo de El País del 28-08-2007, de muy recomendable lectura, para todos aquellos que nos dedicamos a la ciencia de una u otra manera. No es más que una conversación entre Miguel Delibes de Castro (casi nadie) y un científico joven llamado Enrique Isla. Al parecer no tenía mucha miga para los redactores del citado diario puesto que ocupa la contraportada, pero amí me ha llamado mucho la atención.

Comenzando por el titular, con el cual no puedo estar más de acuerdo, "No somos bichos raros". Parece que el estereotipo del científico se mantiene en la sociedad actual. Una persona con gafas de culo de vaso y despeinado, poco sociable y que solo se relaciona con los animales con los que experimenta en un oscuro y lúgubre laboratorio, o aún peor, se le ve como una persona altiva que demuestra su prepotencia ante la plebe inculta y sin méritos para limpiarle ni tan siquiera la bata blanca.

Seguí leyendo, me acordaba de una gran frase dentro de la conversación y me propuse encontrarla. No tuve que buscar mucho la verdad, aquellas palabras saltaron a mis ojos como un saltamontes que quiere escapar de una musaraña hambrienta. "El científico no es un filántropo, ni un mago. Nadie se mete en esto para ganar dinero, ni para salvar la humanidad" Puede que esté sacada de contexto, o que yo con mis cortas entendederas no haya comprendido el significado, pero os juro que no entiendo nada.

Comprendo que en ciencia no se está para ganar dinero, es harto complicado hacerse rico con esto. Pero de ahí a afirmar que no somos filántropos, ni que queremos salvar la humanidad, me parece exagerado. Por definición un filántropo es aquella persona que se distingue por el amor hacia sus semejantes y por sus obras de bien a la comunidad. Entiendo que como todo hijo de vecino cada cual busca el beneficio propio, pero también creo, y es mi modesta opinión, que precisamente por el hecho de no ganar dinero siendo científico, sino trabajar en este mundo por vocación, todos los que estamos metidos en esto tenemos algo de filántropos.
Quizá si todo el mundo nos viera de esta manera se acabarían los estereotipos. A todos aquellos que aún lo dudan les invito a que se pasen por cualquier departamento de cualquier facultad de ciencias de la vida y conozcan a uno de esos "científicos locos" Estoy seguro de que los prejuicios se derumbarán al instante

lunes, septiembre 10, 2007

Incertidumbres

La palabra clave del día de hoy sin duda alguna es incertidumbre, pero no es la única, está acompañada de agobio y desasosiego. Tres sentimientos que no me gustan nada y que estoy experimentando en mis propias carnes, y lo que es aún peor, en mi propio espíritu.

Todo comienza con la dichosa beca que me han concedido y mi reciente incorporación al departamento en la universidad. Sé de sobra que ser un becario implica sacrificios y malos ratos, en definitiva, pringar como un campeón. Pero también sé que de dicho esfuerzo se obtienen beneficios a largo plazo que no todo el mundo puede alcanzar. Lo tengo claro, sé a lo que me enfrento al haber aceptado la beca de la Junta, y asumo todo lo que la misma implica.

Hoy, después de unos días de aterrizaje en el área de Zoología, de pelear por un rinconcito en uno de los despachos, hoy por fin, me he instalado. Cualquier biólogo con vocación de doctor en mi situación, hubiera vivido el momento de sentarse en la silla y de sentirse uno más del departamento como una experiencia casi religiosa. Pues bien, a mí me ha ocurrido justo lo contrario, me he sentido extraño, como fuera de mi medio vital, parecía como si todo se torciera.

Al cabo de un rato recopilando información acerca de la plaga de topillos que asola los campos de Castilla y que está tan en boga, la sensación de agobio era tan grande que tuve que irme. La cuestión que martilleaba mi cerebro (y que todavia lo martillea) es si la elección ha sido la correcta. No es normal que hable con mis familiares breciles que son maestros y desee estar en su lugar en vez de investigando, que es para lo que he estudiado. Al momento, otra duda aún peor asalta mi cabeza, y la atraviesa como una espada templaria lo hace con el yelmo del infiel venido de oriente, será que la opción que he elegido como profesión no es más que un hobbie ¿Será que lo que realmente quiero hacer es estar rodeado de niños en un aula de un colegio rural?

Ante todas estas dudas y vibraciones neuronales lo único que se puede hacer es recurrir a los amigos para hallar consuelo. Lo bueno de los que tengo yo, es que no solo me consuelan, si no que además de aliviar el desasosiego que inunda mi alma y atasca mis pensamientos, me aportan soluciones. Por eso, solamente puedo dar las gracias, y en especial a mi piccola bambinna, gracias Bea.

lunes, septiembre 03, 2007

Cuando salta la liebre

Dice un refrán muy acertado que cuando menos te lo esperas salta la liebre. En mí caso no puede ser más cierto. Debido al gasto energético derrochado a lo largo de la semana que repercutía en nuestras fuerzas, el viaje de vuelta de nuestras vacaciones en Conil se estaba haciendo aburrido y espeso, como el calor que manteníamos fuera del coche gracias al aire acondicionado. Los ánimos flaqueaban al ver que nos alejábamos de la buena vida y volvíamos a la rutina de nuestra pequeña cuidad.
En estas vacaciones he intentado despejar mi cabecita y favorecer las sinapsis correctas entre mis neuronas para dar una solución a la inestable situación tanto laboral como sentimental. Como os he contado ya, en uno de mis momentos, aislado en una pequeña cala, resolví bastantes de estos temas, pero siempre tenía como factor determinante para que llegaran a buen puerto el azar, y cuando este factor entra en juego todo puede pasar.

Pues bien, como si de un presagio se tratara saltó la liebre en Mérida, mi madre me comunicó la noticia de que la Junta había decidido que mi tesis no era tan mala, me habían concedido la beca gracias a la cual voy a estudiar a este mamífero lepórido. Cuando menos lo esperaba mi vida daba un giro de 180 grados y parecía encauzarse de nuevo. Me pilló muy de sopetón y no supe reaccionar, era una buena noticia porque me asegura un futuro a corto plazo económicamente bastante bien remunerado (visto lo visto) y con la posibilidad de sacarme el título de doctor, que no es poco.

Pero mi lado inconformista no me dejó dormir el resto del viaje pensando en todos los meneos que le había dado a mi cerebro para que se colocaran todas las piezas en su sitio. Cuando ya tenía el rompecabezas de mi vida más o menos terminado, ocurría algo que lo cambiaba por completo. Cuando había dejado de esperar, encontraba, pero esta vez habían pasado dos meses de absoluta reflexión y sabía lo que buscaba. Una liebre, aunque estés cazando perdices, es una perita en dulce que no se puede dejar escapar. Un botín asegurado y a buscar más.

Quizá me hacía falta este verano de divagaciones para tener un objetivo claro. Siempre hay que ver el lado positivo a las cosas, pero nunca hay que conformarse. Lucharé por lo que quiero y esta beca es solo un paso intermedio.




sábado, septiembre 01, 2007

Momentos en Conil (II)

Sí sí, hay segunda parte. Unas vacaciones dan para mucho y si hablamos de momentos más. Además para un chico como yo, que está aprendiendo a disfrutar de los pequeños detalles y placeres que cada día se producen, con una entrada en esta bitácora no tengo ni para empezar. He reservado lo mejor para el final, a mi juicio el mejor momento vivido a lo largo de esta semana en tierras gaditanas.
Aquel día decidimos irnos a Caños de Meca, una población situada a unos pocos kilómetros de donde nos encontrábamos. Yo conocía su tradición hippie y sabía que la gente que iba allí era de otra pasta, con sus rastas y sus vestidos de colores. Nos habían dicho que si nos acercábamos hasta allí querríamos volver, y no pudieron dar más en el clavo.
Después de aparacar el coche, dimos una vuelta por la calle principal en la que había puestecillos con pulseras de cuero, colgantes de mil tipos, anillos, camisetas,...vamos, de todo un poco. También entramos a uno con algo más de estilo en el que todo estaba decorado al estilo marroquí, allí podias adquirir desde una darbuka a una cachimba, pasando por los tés de sabores o las telas orientales, pero sin duda alguna el lugar con más encanto fue el que visitamos después.

Entramos porque nos llamó la atención la enorme jaima que había a pie de acera y cual fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con una lugar maravilloso. Las sillas no existían, solo había cojines tirados por el suelo, los cuales rodeaban unas pequeñas mesas. La luz era tenue, entre el brillo fogoso de una vela y la suave iluminación de una bombilla difuminada por cristales de colores. El local estaba situado justo en un pequeño acantilado, aprovechando la pendiente de la roca. Pedimos algo y mientras bebíamos, observábamos ensimismados el reflejo de la luna llena en el mar. Pero la cosa no quedó ahí, cuando terminamos dedicimos ver aquel lugar más a fondo y descubrimos que era más grande de lo que pensábamos. Junto a nuestra jaima había otra más grande que era una sala de fiestas, bajando unas escaleras llegamos a una terraza que solamente tenía una hilera de mesas ya que estaba situada en la misma roca viva. Continuamos bajando y llegamos a la playa donde había una prolongación del bar en forma de chiringuito, todo hecho de madera y con mesas que se apoyaban el la misma arena. La luna era enorme y resplandecía el el mar como el faro que alumbra al navegante perdido.

Allí, sentado en la arena me dí cuenta de que la vida vale la pena, aunque sea solamente por esos pequeños momentos vividos

viernes, agosto 31, 2007

Momentos en Conil (I)

Después de un verano trepidante en cuanto a campamentos se refiere, tocaba vaciones, y que mejor ocasión que una semana en Conil de la Frontera (Cádiz) con cuatro amigos más. Lo cierto es que, me lo pusieron muy fácil, ellos buscaron el piso y el coche alquilado, simplemente había que poner la pasta y salir pitando al sur. El camino fue largo y tedioso, casi diez horas metido en un Opel Zafira revientan a cualquiera, pero al final llegamos.

Con una semana por delante había mucho que hacer y que ver. Las playas de esta parte de Cádiz se caracterizan por ser impresionantes debido a su longitud, belleza, y a que a penas están agredidas por la especulación urbanística. Pero los primeros días sopló levante y tuvimos que irnos a unas calitas más resguardadas, un pequeño tesoro que posee esta población y que nosotros como buenos piratas del estrecho supimos aprovechar y disfrutar. Allí en una de esas calas al abrigo de los acantilados viví uno de los mejores momentos de esta semana de vacaciones. Mis amigos estaban rendidos y se habían dejado caer en las toallas como las gallinas que se hacen las muertas para que la rapaz acechante las considere un bocado de segunda categoría. Yo por mi parte, estaba pletórico físicamente, mi hiperactividad se ha incrementado en las últimas semanas y no podía estar quieto, si a esto le sumamos mi tendencia a exprimirme el cerebro con todo tipo de situaciones, el paseo por la playa era obligado. La marea estaba bajando cuando comencé a caminar y al llegar al límite de la cala en la que estábamos ubicados me di cuenta de que se podía acceder a otra aún más pequeñita y escondida a través del paso que el mar ofrecía. Me senté en la más absoluta soledad oyendo el suave contoneo de las olas y despejando la cabeza de preocupaciones laborales y sentimentales. Mientras el sol caía en el horizonte me sentía flotar, estaba en el paraíso. No sé el tiempo que estuve allí, solo sé que cuando me levanté mi cuerpo se había quedado tibio y la relajación que mis neuronas habían sufrido era total.
Otro de los grandes momentos vividos en este viaje tiene que ver con la gastronomía. No podíamos ir al sur y no probar el pescaíto frito, así que aprovechamos el viaje a Tarifa para comer por ahí. Con ayuda externa encontramos un bar pequeñito en pleno corazón del casco antiguo, sólo había un problema, teníamos que esperar un buen rato. Decidimos irnos a tomar una caña entretanto y descubrimos un local precioso decorado con una mezcla de estilos entre lo árabe y lo turco. Después del refrigerio nos fuimos a dar gusto al buche y tras unos cuantos platos, como para redondear con un broche de oro la comida, un grupo de música se puso a tocar en la pequeña plaza donde estábamos sentados. Fue como que alguien te estuviera observando y quisiera rizar el rizo de un gran día.



No todo en el viaje ha sido positivo, es normal, pero le he buscado el lado bueno a situaciones que no lo han sido tanto. Así he descubierto que no todo el mundo tiene mi hiperactividad y que no puedo imponer mi ritmo a toda costa. También me he dado cuenta de que soy un culo inquieto que quiere realizar muchas cosas en poco tiempo, y que quizá debería tomarme las vacaciones con más calma. Pero sé que no puedo, soy así y me gusta ser así. En resumen que las vacaciones no solo me han servido para disfrutar, también he aprendido un montón de mí mismo.

domingo, agosto 19, 2007

Campamentos y Calidad humana

Pasito a paso va continuando el camino y acabo de regresar de otro campamento. Esta vez ha sido como estar en casa puesto que ya llevaba dos años yendo a Velilla del río Carrión para desarrollar mi trabajo como Monitor de Tiempo Libre. A lo largo de estos tres años he conocido a unas personas maravillosas que, han pasado de ser meros compañeros, a ser amigos imprescindibles con los que siempre puedo contar.
Lo cierto es que este año se presentaba un tanto complicado debido a las restricciones que habían impuesto las altas esferas en cuanto al consumo de alcohol dentro de las instalaciones, las salidas nocturnas y otras muchas, bastante absurdas por cierto. Algo que me molesta profundamente es que quienes trabajamos en este mundillo somos gente joven y quienes manejan la viruta son asalariados de mediana edad que, salvo raras excepciones, no saben lo que es ser Monitor de Tiempo Libre. No entiendo que por esa simple diferencia de edad se nos trate como niñatos que lo único que hacen allí es sacar dinero para sus vicios durante el invierno. El trabajo con niños no es ninguna tontería y menos cuando tienes que pasar 24 horas con ellos, pero lo que tampoco se debe hacer es coartar la libertad de cada uno para hacer y deshacer en función de su conciencia. Está claro que tienes que cumplir un contrato, el cual no está muy bien definido dicho sea de paso, pero no se puede pretender hacer de un campamento un campo de concentración en el cual los Monitores seamos robots y los niños autómatas que siguen sus órdenes.
El encanto del trabajo con estas criaturitas radica en que tratas con personitas que no sabes por donde te van a salir. El arte de la improvisación, de ser capaz de poseer los recursos suficientes para cambiar la dinámica que está siguiéndose en una actividad en cuestión de segundos se hace imprescindible. Un Monitor debe tener la virtud de la paciencia infinita, pero también las ganas de comunicar e impregnar de su alegría y conocimientos a esos pequeños seres que reciben y acoplan todo lo que ven, oyen y sienten. Sobre todo esto último, son extremadamente sensibles, aunque muchos se ocultan tras una máscara de dureza o de pasotismo. Es aquí donde el trabajo se convierte en un vocación ya que es imposible pasarte la noche en vela por un niño que se ha puesto enfermo o preocuparte hasta el extremo por una niña que no se integra dentro del grupo, y solamente pensar en el dinero. No conozco a ningún Monitor que sea capaz de hacer esto.

Como remate final hay que decir una cosa, un Monitor de Tiempo Libre que sea comunicativo, simpático, que esté un poco loco y al cual adoren los chavales, no es nadie sin sus compañeros. La calidad humana del grupo de Monitores que he vivido de primera mano en Sierra del Brezo, no se puede explicar con palabras. Pese a todas las vicisitudes acaecidas a lo largo de los días, el trabajo en equipo ha dado sus frutos y hemos sabido colaborar todos hacia un mismo fin. Quiero resaltar que tenía mucho a mi favor ya que la mayoría de mis compañeros también eran mis amigos y las compañeras que no lo eran se convirtieron rápidamente en confidentes y algo más. Es increíble como con personas que conoces de tan poco tiempo puedes tener una confianza tan grande como para hablar las cosas a la cara con toda sinceridad y sin causar malos royos.

Llega el momento del deseo:
"Ojalá tenga siempre a mi lado a personas tan grandes como mi familia brecil incluídas las últimas incorporaciones"

miércoles, agosto 01, 2007

Aventura en Noja

Hace ya un mes que no publico nada en esta bitácora, pero tengo una buena excusa. Como decía en mi última entrada, la vida es como el juego de la oca, y os contaba que había retrocedido hasta la casilla de inicio. Pues bien, he avanzado un poquito en forma de campamento de verano y como allí no tenía acceso a internet no he podido contar nada, pero ahora mismito os hago un resumen.

Después del varapalo de la beca, la suerte cambió (¿quizá la piedra de toque que esperaba?). Una llamada de un buen amigo y un contrato de un mes para trabajar como monitor de tiempo libre en un campamento que se realiza en Noja. La playa no es mi fuerte, pero en ese momento lo único que me planteaba era no estar todo el verano en León pensando en las musarañas. A lo largo los 30 días se iban a realizar tres turnos con 50 niños cada uno. Las actividades eran totalmente nuevas para mí, nunca había hecho snorkel ni body-surf, y en cuanto a las piraguas, se me daban bien en agua dulce, pero nunca había probado en el agua de mar.

Al cabo de unos días ya tenía un cierto dominio del instrumental que utilizábamos y hasta me animé a dar alguna clase, pero siempre era corregido por los monitores que llevaban más tiempo yendo a dicho campamento. Todos sabíamos llevar la actividad, cada uno a su manera, pero parecía que sólo se podía aplicar la manera "tradicional", así que con las alas cortadas decidí mantenerme al margen y servir simplemente como apoyo. Yo aprendí mucho de ellos, pero no me dejaron enseñarles cosas nuevas. Parece que cuando un árbol está muy arraigado ve al nuevo plantón como un virus maligno más que como un aporte de savia nueva.
El premio me lo llevo en forma de aplausos, besos y abrazos que me han regalado los niños y niñas que han pasado por allí: Pablo, Manu, Calvo, Sandra, Paquillo, Adrián, Alex, Lucía, Marta, Helena y muchos otros que me dejo en el tintero, y que me han llenado el corazón y el alma de alegría en momentos difíciles. Tampoco me olvido de los monitores que estuvieron a mi lado y a los que agradezco su comprensión y su paciencia a la hora de escuchar. Ah y también el personal de cocina que pese a estar sumido en otro ámbito siempre estaban ahí, una pieza fundamental moviéndose entre las sombras de los fogones y el bar.


En fin, que la nueva etapa ha comenzado con altibajos, pero con un balance muy satisfactorio. Como las gaviotas jóvenes he levantado el vuelo, pero me siento un poco torpe, veremos como sigue. De momento me planteo el camino pasito a paso y a ver que pasa.

viernes, junio 29, 2007

La Oca de la vida

Cada vez me doy más cuenta de que Forrest Gump estaba equivocado cuando dijo lo de la caja de bombones. No ya por la frase en sí, si no por la imprecisión de la misma. Y es que para mí, la vida es como el juego de la oca. De hecho se parece tanto a este trivial juego de mesa que adquiere tintes maquiavélicos cuando hablamos de ciertas casillas.
Comienzas de pequeño y vas creciendo poco a poco, avanzando en el tablero de la vida como una pequeña fichita dentro de un mundo que ni siquiera atisbas de lo grande que es. Pasas del colegio al instituto, de curso en curso como las casillas del juego. A veces das acelerones vitales como si cruzaras de puente a puente y te llevara la corriente. Son un arma de doble filo puesto que avanzas rápido, pero pierdes experiencias por el camino, te las saltas y rara vez hay segundas oportunidades.

Existen varias casillas en el tablero que te hacen frenar. El pozo, la posada o la cárcel me recuerdan a esas situaciones en la vida en las que te creas falsas expectativas y te das el batacazo contra un muro. Los hombres somos soñadores por naturaleza, no está mal serlo. De hecho yo lo soy y muy orgulloso. Lo que pasa es que las dosis de realidad así tan fuertes, te hacen reducir la marcha y ser más cauteloso.

La muerte es la peor porque te hace retroceder al principio, pero creo que aquí sólo se sienten identificados los que creen en la reecarnación. Por mi parte, la casilla que más refleja mi situación actual, son los dados. En esta casilla apuestas alto, puedes avanzar o retroceder varias casillas en una sola tirada. Si da la casualidad que sale bien, es muy beneficiosa porque estás muy cerca de tu objetivo final, pero si sale mal retrocedes mucho.

Algo así es lo que me ha pasado estos días, estaba en un laberinto de ofertas de trabajo y de divagaciones mentales con los estudios, pero me decidí a jugármela a una carta, en este caso en forma de beca. La Junta no ha creído conveniente concederme esa ayuda económica y retrocedo hasta la misma casilla de hace un año. Replanteamiento de objetivos y sobre todo, de manera de llegar a ellos. Pienso en positivo y quizá sea la piedra de toque que necesitaba, pero ahora toca remar a contracorriente, no queda otra.

lunes, junio 25, 2007

Voz de ninfa

Hay veces que sin querer descubres algo que te encanta. Como una pupa de mariposa que permanece en estado de latencia, mientras sus tejidos se transforman, para luego eclosionar en un mundo de colorido inigualable. No sabes muy bien como ha nacido en tí ese "algo", es como si hubiera caído del cielo. Algo así me pasó con Katie Melua.

Esta mujer es una cantante con una voz impresionante. Recuerdo que la primera vez que la escuché fue en la casa del pueblo de un amigo. Habíamos ido allí a pasar el fin de semana y sentados en el suelo, como en una tienda beduina, fumábamos narguile mientras manteníamos una tertulia con música de fondo. De repente se acabó el disco que estabamos oyendo y alguien puso "Nine Million Bicycles", todos nos callamos al escuchar la suave voz. Enseguida pregunté quien era y pusimos el disco entero.

Si soy sincero, me enamoré de aquella voz, era dulce como una caricia que recorre tu médula espinal poniéndote el vello de punta. Especialmente la canción "Spider's Web" es alucinante, pasa del más potente tono al más leve susurro, y lo hace con un tempo y una elegancia impresionantes. Pero lo mejor de todo estaba aún por llegar.

Fuí indagando acerca de la discografía de esta cantante de jazz y me encontré con que no era una mujer mayor ni mucho menos. Katie Melua es una chica de 22 años con unos ojos verdes que quitan el hipo y una tierna sonrisa que volvería loco a cualquiera. Encima, tiene un hoyuelito en el mentón, cosa que siempre me ha gustado especialmente en una chica. Me decía a mí mismo que no podía ser, aquella georgiana de nacimiento e irlandesa de adopción tenía que tener algún defecto, quizá no tocase bien la guitarra o tuviera algun tipo de problema físico. Pues nada más lejos de la realidad, la niña está buenísima y encima toca de auténtico lujo.

Y toca jazz. Me sorprendí escuchando este tipo de música. No es que no me gustase, si no que no la había apreciado nunca de esta manera. Quizá era porque no me había llegado el momento, como a la mariposa que sale antes de tiempo del capullo y no le crecen las alas, quizá tenía que crecer yo también. Lo que sé es que he descubierto una voz y una mujer que es lo más parecido a una ninfa que conozco, o al menos así me imagino yo a estos seres.

martes, junio 19, 2007

El Fary

Hoy ha muerto uno de los más grandes artistas de este país, El Fary.
Pensáreis: "¿lo dice en serio?"
Pues sí. Confieso que al principio comencé a escuchar al Fary por la película de Torrente, y por hacer la chorrada, pero poco a poco este entrañable personaje se ha hecho un huequito en mis archivos musicales, y porque no decirlo, en mi corazón. Si soy sincero, nunca me ha gustado la copla ni el flamenco, pero si que tengo cierta debilidad por la rumbita de verbena que anima el ambiente y provoca el baile acelerado de roce de cuerpos sudorosos en las noches de verano.

Un cáncer de pulmón se lo ha llevado. Para el recuerdo quedan ya canciones como Carabirubí, Verano verano, La Mandanga o su gran éxito Torito guapo. Quien más y quien menos las ha cantado alguna vez, viéndose sorprendido por amigos y familiares, que tras la incredulidad inicial ante tan esperpéntica escena, (un chaval joven cantándo por El Fary) se unen como poseidos por el ritmo pegadizo de sus canciones.

Por una vez los medios de comunicación se han puesto de acuerdo para decir que El Fary era un tipo hecho a si mismo. Un hombre amable y bonachón, que comenzó trabajando de jardinero, de taxista y en hostelería. Todo para pagarse la grabación de sus discos, que vendía él mismo en el rastro de Madrid. Bien entradito en años le llegó la fama y comenzó a ascender en las listas de los más vendidos. Era increíble como un hombre bajito y feo podía llevar tras de sí a tanta gente.

La respuesta era muy fácil, era una estrella sin serlo. Era cercano, como el vecino que ves en el bar de abajo de tu casa jugando la partida de mus o tomando unas tapitas en el barrio. Y lo más importante de todo, creía en su sueño, había luchado mucho por conseguirlo y lo había logrado. Por eso desde aquí rindo este humilde homenaje al Fary.

sábado, junio 16, 2007

Pequeños y grandes tesoros

Es curioso como si sabemos abrir bien los ojos, la naturaleza, sin pretenderlo, con su esplendor y riqueza, nos deslumbra cada día. Y es que a pesar del daño que le estamos haciendo, ella no nos guarda rencor y nos regala pequeños y grandes espectáculos sin pedir nada a cambio. Es cierto que a veces se enfada y produce huracanes, lluvias torrenciales o corrimientos de tierra, pero hemos de recapacitar y darnos cuenta de que son fenómenos normales. Lo que no es normal es el aumento de su aparición, y eso sin duda lo hemos causado nosotros, los humanos.


Pero no voy a hablar de medio ambiente si no de los pequeños tesoros que nos regala la naturaleza. Uno de ellos es el descubrimiento de pequeños universos debajo de las piedras, y no es una expresión hecha, lo digo literalmente. Me explico. El otro día en el monte me encontraba recogiendo carábidos para un estudio de poblaciones. Son un tipo de escarabajos epígeos (incluso alguno endógeo) por lo que para recogerlos hay que levantar piedras con la base plana, ya que son las que más utilizan como refugio. Pues bien, al levantar estas pequeñas rocas puedes encontrarte con sorpresas tan maravillosas como un hormiguero que cambia su rutina cuando la luz del sol inunda sus túneles o un lagarto verdinegro que después de la sorpresa inicial se te queda mirando embobado mientras admiras su llamativa coloración.

Otra de las grandes alegrías que nos brinda la naturaleza, sobre todo ahora en primavera, son las horas posteriores a la puesta de sol. Son momentos mágicos en los que el astro rey se ha ocultado, pero su luz permanece todavía en el cielo. Al mismo tiempo que esta se va consumiendo, aparecen el la bóveda cada vez más oscura, las primeras estrellas. Es un auténtico placer apoyarse en la barandilla de la terraza y observar esas pequeñitas luces que vibran en el firmamento. En la ciudad sólo se ven unas poquitas, pero con eso es suficiente para alegrar el alma y el espíritu.
En fin, un biólogo amante de la naturaleza y que aprecia sus pequeños y grandes tesoros ha intentado hoy enseñaros alguno de ellos, pero lo mejor de todo es descubrirlos por uno mismo.

lunes, junio 11, 2007

Hayas, buitres y droga

Ultimamente las cosas no marchan demasiado bien, a la incertidumbre sobre la concesión de una beca se une la duda que provoca el no saber si estas eligiendo el buen camino o si por el contrario, te estás equivocando de pleno. Antiguamente, cuando hacías una carrera tu titulación se valoraba positivamente en las entrevistas de trabajo y el que no curraba era porque no quería. Hoy en día, y sobre todo en ciencia, para trabajar tienes que ser técnico (titulación de formación profesional) o hacer una oposición. Si quieres dedicarte a investigar lo llevas claro, todo está marcado por la concesión de una beca que tarda en resolverse varios meses, durante los cuales dependes de tus padres o de un trabajo basura, mientras, la incertidumbre te come por dentro.

En esas estaba el viernes cuando mi admirado doctor Salgado nos comunicó, en su curso de doctorado, que el sábado nos íbamos de campo. Menudo alegrón me dió. De acuerdo ir de monte de esa manera no es igual que ir por libre, pudiendo hacer una ruta, un pic-nic o lo que más te apetezca, pero algo es algo. Además para mí, el monte es una droga y estas pequeñas dosis me ayudan a quitar el mono.

La salida de campo era al puerto del Pando, un puerto que conocía solamente de oidas por el pueblo que hay a sus pies, Prioro. El cual se hizo famoso este invierno por la caida de un rayo en el campanario de la iglesia causando destrozos varios en el edificio además del susto de los feligreses, que pensaban en que el señor les castigaba por sus pecados.

Al llegar, lo primero que vi fue el impresionante hayedo que está situado en la cumbre y a los señores del aire, cinco buitres que con su silueta de enorme rapaz sobrevolaban los árboles haciéndose notar, cómo diciendo: "este es nuestro territorio y aquí mandamos nosotros". Uno de los muestreos que hicimos fue en el interior del hayedo. Cuando comenzamos era cerca del mediodía y el sol apretaba, pero la sombra que proporcionaban las copas de las hayas hacía que se estuviera de maravilla.
En un momento determinado me alejé de mis compañeros y me senté en un tronco que había en el suelo. La sensación de tranquilidad y paz que me invadió fue impresionante. Sólo se oía el cantar de los pájaros y las hojas superiores de los árboles meciéndose con la suave brisa que las balanceaba como queriendo bailar con ellas. Por un instante olvidé todos los problemas e incertidumbres, lo único que sentía era felicidad. Y es que la montaña provoca en mí ese efecto, como dije antes es mi droga. Y si me dais permiso, os aconsejo que investigueis dentro de vosotros para saber cual es la vuestra, así tendréis algo para evadiros de todo, algo solo vuestro y a la vez, al alacance de cualquiera.


miércoles, junio 06, 2007

Parafernalia medioambiental

Ayer se celebró el Día del Medio Ambiente y como ya es habitual en estos casos se montó la típica parafernalia para salir en la foto. Da igual el motivo, el día de la mujer maltratada, el del orgullo gay o el de las fuerzas armadas, el caso es ponerse allí en el momento del flashazo y aparecer en los periódicos, si no en la protada, al menos sí en las páginas interiores.

En León se produjeron actos promovidos por los colegios y asociaciones de discapacitados como ASPACE, los cuales me parecen dignos de realzar por los fines educativos y concienciadores que tienen, ya que los escolares aprenden lo que es el reciclaje, la contaminación e incluso el desarrollo sostenible. Pero también se dan otro tipo de actividades populares menos educativas y más dadas al quedar bien por parte de las instituciones que a otra cosa, como la que se dió ayer en Botines. Consistía en la entrega gratuíta de plantas a la ciudadanía a cargo del Ayuntamiento. Al ver la foto en el periódico de los paisanos y paisanas tirándose encima de kiosko puesto al efecto, no me sale otra cosa que "pobres plantas" ¿cuántas de ellas sobrevivirán al menos una semana?, ¿así se conciencia a la gente e la problemática medioambiental?"


En fin, el Medio Ambiente es todo aquello que nos rodea: el aire, el agua, el suelo,...y por lo tanto, también es todo aquello que nos afecta de una u otra manera. En aras del progreso y la mayor comodidad del personal hemos dañado de tal forma a nuestro planeta, e indirectamente a nosotros mismos, que hay que tomar medidas urgentes y drásticas. Las consecuencias del Cambio Climático no son a largo plazo como muchos piensan, se están produciendo ya, y desde mi humilde perspectiva como biólogo y amante de la naturaleza, no creo que con regalar plantitas se haga nada positivo coño!

Desde todos los AMBIENTES de la sociedad: político, económico, jurídico, empresarial, educativo...se han de poner todos los MEDIOS para paliar los efectos de la desastrosa gestión de los recursos naturales que se ha hecho hasta ahora en nuestro país y en el resto del mundo. Es un camino complicado que no será fácil de recorrer, pero si hay algo positivo en esto es que sabemos el problema, ahora sólamente hay que aforntarlo y luchar por ello ya que nuestras vidas y las de las generaciones futuras dependen de que nos pongamos en marcha ya!!!!

Os preguntaréis porque escribo esto hoy, un día después de la dichosa celebración, pues bien, lo hago porque para mí el Día del Medio Ambiente son todos los días. Es tan importante, tan básico que me asombra ver como grandes países "desarrollados" y superpoblados como Estados Unidos o China no hacen nada por la labor. Sin aire limpio enfermamos, sin agua no sobreviviríamos ni tres días y sin suelos fértiles no tendríamos que comer.

En resumen, más MEDIOS en todos los AMBIENTES y menos parafernalia señores.



sábado, junio 02, 2007

Velitas y tarta

Hay personas que tienen una alerta en su teléfono móvil para avisarles de que es tu cumpleaños. Un buen día un ruido infernal les comunica que ha llegado el momento de felicitar a un amigo. Otros, los que tienen más memoria, o los que han compartido contigo un montón de tartas con una vela más cada vez, lo recuerdan sin necesidad de ningún aparato tecnológico, agenda electrónica o similar.

Lo importante es que el día de tu cumpleaños te felicita un montón de gente, aunque como en todo lo que te ocurre en la vida, los chascos también están presentes. Los hay que te envían el típico mensaje en el que te desean que pases un buen día porque te lo mereces, y tu te preguntas la causa del merecimiento. Los especialistas la escritura acortada de los mensajes son capaces además de desearte un buen año, que se cumplan todos tus deseos, unos tirones de orejas y que te veas rodeado de la gente que te quiere; eso es ahorro del espacio y lo demás tonterías, jeje.

Por otro lado están los que te llaman. Me encanta escuchar a la gente cantándome el cumpleaños feliz a través del teléfono mientras me los imagino en sus casas o en la calle "a grito pelao". Con ellos es con los que más sorpresas te llevas porque lo normal es que la gente que hace mucho tiempo que no ves te envíe un mensaje y ya está. La distancia o la falta de tiempo para quedar y tomar un café, hacen que se vayan separando poco a poco de tí y que la relación se enfríe, lo cual hace que al final no llamen y lo resuelvan todo con un sms de esos. La mayoría de las llamadas son con las que cuentas de antemano, las de los amigos de verdad que siempre, año tras año te recuerdan que te vas haciendo viejo junto a ellos, lo cual dicho sea de paso, es genial y lo mejor que te puede pasar. Pero como dice la canción, "la vida te da sorpresas" y entre todos los números aparece uno que corresponde a alguien con el que hace mucho tiempo que no hablas, te sientes un poco hipócrita porque no contabas con esa llamada, pero a la larga te gusta que pese a todo se acuerden de tí.

En fin, todo esto es para deciros que agradezco las felicitaciones, ya sen por mensajes (algunos de números que no sé cuales son, como el 6795*****) o mediante las llamadas, incluso las tardías. Significa que os acordáis de mí, sea por el método que sea, y eso me hace sentir especial.

¡¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!!

martes, mayo 29, 2007

Pajarillos

En mis salidas de campo no solamente aprendo las técnicas de censo de aves mediante el canto. En los recorridos seleccionados previamente aprendo a mejorar mi agudeza visual y curiosamente, la agudeza mental también se ve beneficiada de dicho esfuerzo campestre. Mientras camino tengo que estar atento de tomar notas acerca del estado fenológico de los cultivos, marcar los puntos de avistamiento en el GPS, estimar temperaturas, coberturas de nubes y potencia del viento, además de guíar a mi director de tesis a través de las cuadrículas marcadas.

Lo cierto es que no es un trabajo demasiado complejo, reconozco que la mayor parte de la energía y concentración indispensables para realizar los muestreos corren a cargo de "mi jefe", pero tampoco es pequeño el esfuerzo de aprendizaje que yo llevo a cabo y más aún si sumamos las divagaciones que tengo entre transecto y transecto, y que son tan propias en mí. La última tiene que ver con dos pajarillos (Passeriformes para los más puestos en la materia) que poseen unos nombres vulgares ciertamente curiosos.

El primero es el Buitrón con ese gran aumentativo final que hace pensar en una gran rapaz o algo así. Pues nada más lejos de la realidad, es un ave que habita zonas húmedas como bordes de lagunas o marismas y también le gustan los cultivos de regadío como los de maíz, por aquello del encharcamiento. Pese a su nombre es un pajarito muy pequeño, a penas llega a los 10 cm por lo que se hace prácticamente imposible identificarlo "de visu", aunque su canto es inconfundible acompañado de un vuelo en el que parece ir a tirones.

Por su parte, el segundo en cuestión es el Pardillo Común, que habita en terrenos abiertos y es muy común. Su plumaje es parduzco con alguna mancha blanca en las alas y en la cola, pero se caracteriza por una mancha roja en el pecho de los machos, que se hace más evidente en la primavera, cuando el afán reproductor hace que luzcan sus mejores galas. Pues bien, este pajarito cuyo nombre posee un diminutivo algo despectivo le saca de 3 a 4 cm de media al mal apodado Buitrón.

Esta diferencia de tamaño en el mundo de las Passeriformes no es moco de pavo, siguiendo con el lenguaje ornítico, con lo cual concluyo que o bien, la persona que decidió denominar así a estas aves tenía un problema de escalas, o puede ser, y es por lo que yo más me inclino, que como en tantas otras situciones de la vida, las apariencias engañan.

viernes, mayo 25, 2007

Tormentas



Llevamos unos cuantos días en los que el tiempo está revuelto. Normal en estas fechas aunque la fuerza con la que han caído las lluvias si que es algo más inusual. Lo cierto es que los chaparrones que han anegado campos de cultivo y cocheras varias no han sido demasiado bien recibidos por la población, pero yo como soy un poco raro me he sentido genial con la lluvia golpeándo mi cara.

Lo mejor de todo es que la meteorología ha propiciado la formación de tormentas con aparato eléctrico. Mucha gente teme este tipo de situaciones atmosféricas, pero a mí me encantan. Son la máxima expresión de la fuerza de la naturaleza, una descarga de energía brutal que me hace sentir pequeñito, casi insignificante. Los truenos y relámpagos se suceden y como cuando era pequeño, cuento los segundos que pasan entre el relámpago y el trueno para saber a que distancia está la tormenta. La verdad es que no hacía falta contar, las que hemos vivido estos días estaban encima de la ciudad. Era impresionante escuchar el estruendo de las masas de aire chocando, mientras los rayos iluminaban las calles oscurecidas por los nubarrones.

Esta semana he tenido trabajo de campo en la estepa castellana y es aún más impresionante ver paso a paso como se forman las tormentas, como el color gris le gana la batalla al azul y comienza a llover. Al principio muy flojito, casi sin querer, pero poco a poco va aumentando hasta que la potencia de las gotas se hace notar debajo del chubasquero. Luego escuchas el primer trueno que hace retumbar la tierra y los campos de cereal, levantas la cabeza y en el horizonte divisas como los rayos caen cerca de la torre de repetición de algún pueblo. La perspectiva es increíble, los pelos de los brazos se erizan y sientes la energía y el poder de la electricidad.
Cuando subí al coche estaba empapado y lleno de barro como un niño pequeño que se ha divertido saltándo en los charcos. Seguramente por eso me gustan tanto las tormentas, porque por un ratito me siento como cuando tenía siete u ocho años y no me importaba nada.