sábado, julio 27, 2019

Una de aves tinerfeñas

Allá donde los vientos alisios se encuentran con la montañosa isla de Tenerife se encuentra una de las joyas botánicas de nuestro país, la laurisilva. Entrar en el bosque de Anaga es como adentrarse en un lugar mágico donde tocar las nubes con las manos y sentir la humedad en la cara, olvidarse de los calores del sur y disfrutar de la naturaleza en un entorno apabullante.

Cuando camino por una de sus múltiples rutas de senderismo percibo la riqueza del paisaje preñado de especies endémicas, exclusivas de esta isla. Y es que este tipo de masa forestal es única en el mundo. Un bosque fósil, superviviente de las glaciaciones que tuvieron lugar en el hemisferio norte hace 2,5 millones de años y, como si de una novela de Julio Verne se tratase, evolucionando y desarrollandose en aisalmiento insular obligado.
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A los naranjeros salvajes, las fayas o los viñátigos se unen otras muchas especies animales entre las cuales destacan los insectos. Aunque como buen pajarero que soy voy en busca de la rabiche y la turqué, dos especies de palomas únicas de las Islas Canarias. Sin embargo, tras varios kilómetros de caminata no logro ver ninguna de las dos (aunque si que escucho a la segunda) Logro identificar, eso sí, pinzones comunes y peitrrojos que son subespecies isleñas y otro raro endemismo, el herrerillo canario. Incluso me sorprendo al comprobar como los vencejos unicolores me rozan el sombrero mientras vuelan a velocidades increíbles en busca de algo que llevarse a la boca.
Aunque no he visto a las palomas me voy de la laurisilva con un buen saldo de aves que anotar en mi cuaderno de campo y con mucha información privilegiada que uno de los trabajadores del Parque Rural de Anaga, pajarero como yo, me ha proporcionado para seguir haciendo salidas ornitológicas en la isla.

En el sur todo parece invadido por el turismo. Macrohoteles en los que los guiris se ceban durante todo el día sin siquiera pisar la playa. No hablemos de hacer una pequeña ruta por la Zona de Especial Protección para las Aves Rasca-Guaza. Y casi mejor, que ellos se queden en sus colmenas de guiris, mientras yo camino por uno de los cardonales-tabaibales mejor conservados de Europa en busca de más aves. Al poco de iniciar el sendero que me lleva al faro de Rasca veo al primer alcaudón real que vendrá seguido de una ristra de pajarillos como abubillas, cernícalos y gorriones morunos, todos ellos muy comunes, pero también otros que son muy complejos de ver en la península como la curruca tomillera o imposibles, ya que son endemismos, como el bisbita caminero.

En un rastreo del horizonte diviso una rapaz a lo lejos que me es familiar. Parece un halcón peregrino pero la cabeza se me hace algo más rojiza. Es entonces cuando recuerdo lo que me comentó Rayco, el pajarero de Anaga. Hay un halcón que es exclusivo de las islas y del norte de África, muy parecido al peregrino (de hecho se considera una subespecie del mismo) que se llama halcón tagarote. Son muy escasas las parejas nidificantes en la isla y verlo es muy complicado, pero yo tuve esa enorme suerte. Pensando en ello, llego al faro de Rasca, y allí sentado a la sombra saboreo la nectarina que me he traido y pienso que quiza nunca me haya sabido mejor una fruta. Ya solo me faltaría el guincho, que es como llaman por aquí al águila pescadora, pero ésta no se decidió a aparecer.
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Aún habiendo visto todas estas aves, como soy un ansias, necesitaba ver dos de los emblemas de Tenerife, el canario salvaje y por supuesto la especie bandera de la isla, el pinzón azul del Teide. Así pues, una vez embriagado de los aires del volcán, que de hecho constituye la cima más alta de España, detengo el coche en un punto de la carretera que baja a la población de Chío, donde Rayco me había recomendado que parase. Es un bosque de pino canario perfectamente conservado en el cual me siento directamente a la sombra esperando que la diosa fortuna me sonría. Hay una pequeña fuente a unos diez metros de donde estoy sentado y en unos minutos aparecen tanto el pinzón como el canario. Casi no tengo ni que utilizar los prismáticos ya que están muy cerca y puedo contemplarlos con toda la calma de mundo. En ese momento mi sonrisa de tonto debía de ser digna de foto, y es que estoy emocionado de verdad, casi con lágrimas de felicidad en los ojos ante lo que veo.

Pocos entenderán esta emoción, pero es lo que tiene ser pajarero y no un turista más.

Gracias Rayco, volveré en busca de las palomas y del guincho.

martes, mayo 07, 2019

Males Universitarios y III

Terminaba la última entrada de esta bitácora reflexionando acerca de la situación actual de la universidad en España, tomando como ejemplo a una universidad pequeña como es la de León.

No es demasiado complejo comprobar que el porcentaje de endogamia dentro de las facultades es muy elevado. Fácilmente encontramos matrimonios, parejas que no han pasado por la vicaría, padres e hijos, primos, cuñados y toda una retahíla de familiares de sangre o putativos. Famoso es el caso de un profesor de Geomorfología el cual, no contento con tener en el mismo departamento a su esposa, tenía a su ex y a la que todos los rumores señalaban como su actual amante. Cual jeque árabe mantenía un harén de mujeres bajo el manto de su posición dominante dentro del departamento ya que, por supuesto, en el machismo reinante él era el jefe.

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No digo yo que el roce no haga el cariño (aunque muchas veces hace rozaduras) y más cuando se pasan muchas horas de investigación en el laboratorio o en el campo, con el olor de las flores y las feromonas circulando por el aire, pero permitidme ser un poco desconfiado y pensar que todas esas personas no son profesores titulares únicamente por sus propios méritos.

Si seguimos tirando del hilo, es evidente que todas esas uniones generan una serie de influencias dentro de los despachos. Con ello pueden gestionar a su modo y manera los proyectos que se solicitan para el departamento, los profesores adjuntos que son necesarios e incluso las posibles tesis doctorales que se otorgarán ese año. Controlando estos tres factores es muy sencillo seguir creciendo y medrando dentro del organigrama de la universidad y así dar el gran salto, primero hacia el decanato y luego hacia el rectorado. Incluso, muchos de ellos albergan una pretensión de índole política e intentan hacer carrera en algún partido, muy a menudo en contra de los propios intereses de la universidad.

Cuando utilizan sus artimañas para solicitar unos proyectos y no otros en realidad lo que hacen es promover su propio prestigio como investigadores porque los enfocan hacia sus propias especialidades. Me explico. Imaginemos que uno de estos profesores es especialista en invertebrados no artrópodos y tiene a su mujer y a un cuñado amén de dos profesores más de su cuerda en el departamento de zoología. Obviamente la votación departamental le será muy favorable y así, en una pescadilla que se muerde la cola ad infinitum, solamente podrán obtener un número elevado de publicaciones ellos mismos, de tal manera que su poder aumentará. No solo eso, el departamento en si ganará un prestigio como especialista en un área muy concreta del conocimiento, y como todos podéis imaginar, a una universidad le interesa darse a conocer a nivel internacional, sea de la manera que sea.

Es evidente y sale de cajón que ellos y ellas (que en esto sí que hay igualdad) dirigirán tesis doctorales que les favorezcan, porque sería de tontos o de quijotes aceptar una solicitud para realizar una investigación en la que no obtuviesen réditos en forma de publicaciones. Y es que sí, al final lo que cuenta es tener cuanto mayor número de publicaciones mejor, es decir, que su nombre figure como el primero en los posibles descubrimientos que se realicen en el departamento. Así se refuerza el prestigio nacional o internacional del que hablábamos antes. La pescadilla ya no sabe ni como enroscarse para morderse aún más la cola.
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Finalmente, estoy seguro de que lo habréis podido deducir, los becarios de doctorado son los que pagan los platos rotos. Ellos son el último eslabón en la cadena. Ellos son los que realmente investigan, los que se levantan a las cinco de la madrugada para ir a censar aves o ponen la alarma en mitad de la noche cerrada porque han de levantarse de la cama para ir a sembrar células en el laboratorio. Así durante cuatro años, bueno, tres normalmente porque durante el último año se dedican a redactar su tesis doctoral. Eso, en los pocos ratos libres que les quedan entre escritura y escritura de papers para sus respectivos jefes. Los cuales como dije antes se llevan el mérito. Y los becarios calladitos y votando lo que tienen que votar no siendo que pierdan la beca Y finalmente ¿qué les queda?

Pues poca cosa. Una parte de su juventud echada a perder. Un título de doctorado que cada vez está más devaluado en esta sociedad podrida en la que algunos pueden obtenerlo pagando. También les queda la posibilidad de seguir mordiendo la cola a la pescadilla (que a estas alturas ya casi llega a la cabeza) y pedir una beca post-doctoral tras otra. O hasta que por suerte obtengan un puesto como profesor colaborador o profesor adjunto cobrando 380 euros al mes  dando las clases y las prácticas que el catedrático de turno no quiere dar. Llegado este punto algunos han lamido tantos culos y han comido tantas pollas que ya les da igual y continúan en ese círculo vicioso intentando llegar a su nombramiento como profesor titular. Eso, siempre y cuando no aparezca el hijo de fulanito o la hermana de menganita que sin duda les pisarán el puesto. La pescadilla entonces se ha autofagocitado.

Y así termino esta trilogía sobre los males de la univiersidad española. Una reflexión sobre como se destruyen vocaciones en pos de una pseudoélite que se lo termina llevando crudo siempre.

P.D. Estoy seguro de que habrá disparidad de opiniones, que muchos no estaréis de acuerdo conmigo. Espero vuestras opiniones con el mismo respeto con el que recibáis las mías. Un saludo


miércoles, abril 24, 2019

Males Universitarios II

Cuando terminé la carrera y uno de los pocos profesores que me enseñaron de verdad a entender y amar la biología se acercó a mí para ofrecerme hacer una tesis doctoral con él. No sabía lo que se me iba a venir encima. Hubo gente, compañeros y compañeras de clase, que automáticamente me retiraron la palabra. Otros me daban palmaditas en la espalda al tener al alcance de la mano uno de los objetivos más cotizados dentro de la vida universitaria. Yo, dentro de mi inconsciencia habitual, simplemente no entendía nada, ni unas reacciones ni otras.

Todo empezó muy bien. Solicité una beca al ministerio, otra a la Junta de Castilla y León y otra, creo recordar, a la Diputación de León. Con las expectativas muy altas, debido a que mi tesis se alojaría dentro de un macroproyecto de investigación concedido a la Universidad de León, comencé los muestreos de campo. Me estaba dedicando a lo que más me gustaba y, aunque tenía que estar en el los sembrados con el alba para censar aves y me pasaba más de 14 horas trabajando entre campo y laboratorio, difrutaba de lo que estaba haciendo. No cobraba un solo euro, y así pasaron seis meses, hasta que por fin me concedieron la beca, la de la Junta en este caso, dotada con la asombrosa cifra de ochocientos y pico euros. 

En ese momento todo cambió, pasé de ser un colaborador por méritos en el departamento de zoología, a ser un asalariado para quien quisiera librarse de algún trabajito de mierda con el que posteriormente poder poner su nombre a una publicación científica. Y yo, ¡iluso de mí, que pensaba que estaba allí para investigar la avifauna y quizá dar clase en la universidad! Pues nada más lejos de la realidad.
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Poco a poco, golpe de realidad a golpe de realidad fuí aprendiendo que aquello con lo que yo soñaba no era más que eso, un sueño inalcanzable para un tipo como yo. La gota que colmó mi vaso, lo recuerdo tan nítidamente como si fuera ahora, llegó cuando en el pequeño habitáculo en el que me habían alojado, entró mi coodirector de tesis. Con sus santos huevos me instó a pesar y medir unas muestras de alfalfa que los topillos habían cortado aquellos días en los que la población, gobierno incluído, estaban alarmados ante la explosión demográfica de tan pequeño roedor. Y yo, que me sentía obligado al estar recibiendo un dinero que, a estas alturas, asumía me daban por estar al amparo del ala del director y del jeta del coodirector, comencé a estirar los tallos de las herbáceas con una mano y a abrir el calibre con la otra. Mientras manipulaba de esta manera la alfalfa una chispa hizo reacción en mi cerebro. Me levanté de la mesa y con decisión me acerqué al despacho de mi director que casualmente se encontraba allí.

Entrar allí no era fácil para mí, y mucho menos a sabiendas de la conversación que deseaba mantener con él. Como ya he dicho le admiraba por encima de sus logros académicos. Era una eminencia en el campo de los vertebrados, pero ante todo era una buena persona. Me escuchó, me atendió y comprendió perfectamente mi situación. El desencanto y la desesperación de haberme dejado la piel por una causa que ya no era la mía y que se veía desdibujada ante la obsesión de publicar y publicar. Por no hablar de la fractura en la imagen idealizada de la docencia universitaria. Me despedí (si es que un becario de doctorado puede hacer eso), devolví el dinero de la beca a la Junta y emprendí otro camino.

Allí quedaron algunos profesores válidos, muchos mediocres y la mayoría, investigadores frustrados sin ninguna motivación para explicar sus conocimientos al alumnado universitario. También dejé algunos compañeros de tesis que decidieron seguir adelante con sus despedazados sueños como mártires ante una muerte agónica y eterna. Otros becarios a los que no puedo ni siquiera llamar compañeros, también decidieron quedarse allí, pero estos no tenían sueños investigadores o docentes, tenían enchufes o unas rodilleras muy resistentes y muchas tragaderas para lamer muchos culos y chupar muchas pollas. Hay de todo en el mundo universitario.
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No me arrepiento de ninguna de mis decisiones, es más, estoy orgulloso de todas ellas. Al menos puedo decir que siempre fui sincero y actué con toda la honestidad que afortunadamente me enseñaron en casa. Pero una sensación de tristeza me invade cuando veo que la situación en la universidad, lejos de cambiar se ha mantenido estable como las condiciones de laboratorio a la hora de hacer experimentos científicos.

Y esa situación lamentable será lo que os describa en la próxima entrada que ésta se alarga mucho.

lunes, abril 15, 2019

Males Universitarios

Ya que estamos inmersos en plena campaña electoral, es tiempo de reivindicaciones. Además hoy me he despertado con el colmillo afilado y estoy imbuído del espíritu de la mala leche que me pone ver a toda la tropa de candidatos decir chorradas por la tele. Por ese motivo hoy me dirijo a todos ellos, sean del signo político que sean, me da exactamente igual.

Leo en los periódicos el intento de inicio de carrera política del que fuera rector de la universidad de León, José Ángel Hermida. Intento que ha quedado en poco más que eso ya que la formación política de corte ultranacionalista por la que se postulaba como número uno a las cortes de Castilla y León le ha dado la patada a las primeras de cambio poniendo a otro títere en ese puesto.
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Es notorio y público que en la famosa trama enredadera que implicaba a empresarios y políticos de León algunas de sus ramas tenían mucho que ver con licitaciones de terrenos públicos del campus de Vegazana para el asentamiento de la UCAM. Incluso en los audios se hablaba de cambiar el nombre del propio campus para satisfacer los caprichos del presidente de esta institución privada y católica. Obviamente todo ello conllevaba las archiconocidas "mordidas" que los miembros de la trama se iban a llevar calentitas y a nadie se le escapa que, aunque no figuren en las escuchas de la policia, los altos cargos de la universidad de León estaban al tanto de las operaciones y algo también pillarían.

Puede parecer que esto haya aflorado en los últimos años en los que la corrupción se ha hecho tan omnipresente que palabras como cohecho, desfalco o malversación ya se han incorporado al léxico habitual de todos los ciudadanos de este país. Nada más lejos de la realidad. Ya cuando yo estudiaba en la facultad de Biología y Ciencias Ambientales algunas de estas situaciones se daban con descaro y ante el estupor de todos los estudiantes.

Aún recuerdo como nada más ser nombrado director de la entidad bancaria Caja España, el que fuera profesor de Zoología, Juan Manuel Nieto Nafría (exrector y exdecano para más inri) apareció en el aparcamiento con una berlina de alto lujo y chófer propio. Él, que se vanagloriaba de sus descubrimientos en el campo de la entomología, tenía por fin, un medio de transporte acorde a su egocentrismo. Por mi parte, desde mi posición de estudiante no podía entender cómo alguien que se dedicaba a la docencia y la investigación científica podía dejarse seducir por los cantos de sirena de la banca y la política, pero suponía que el dinero era más fuerte, cómo siempre.
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Seguro que conoceréis muchos más casos en los que la vida política y la vida universitaria se entremezclan y a menudo de forma negativa. He aquí que encuentre necesaria esta reivindicación e insisto, me dirijo a todos los políticos de España: dejen a la Universidad Pública que se mantenga fiel a sus principios, es decir, que ante todo sea un centro INDEPENDIENTE de formación e investigación y por supuesto que sea PÚBLICA. 

Para aquellos políticos o aspirantes a ello que sean un poco lentos, o hayan obtenido sus títulos en universidades privadas que los expiden sin necesidad de asistir a clase ni hacer exámenes, simplemente pagando un dinero que se nos escapa a la mayoría de los mortales en edad estudiantil, se lo voy a poner fácil. Si juntan las dos palabras en mayúsculas entenderán que ¡ustedes no pintan nada en estas instituciones!


P.D. Sé que me quedo corto con esta entrada acerca de la universidad, por eso os avanzo que habrá otra reflejando sus males.

viernes, marzo 29, 2019

Poderes extraños

Hay un tipo de personas que siempre me han resultado fascinantes. Personas que tienen un don extraño y en ocasiones inquietante. Aparentemente son personas normales que pueden estar en tu círculo de amistades más íntimas, pueden formar parte de tu familia o incluso ser tu pareja, pero las que me llaman la atención de forma poderosa son aquellas con las que tienes una relación liviana. Una relación de esas en las que no os veis durante períodos muy largos de tiempo, y cuando lo hacéis ponen el marcha esos extraños poderes.

Imagen relacionadaHace poco me reencontré con una de esas personas que siguen estando en mi vida aunque no nos veamos todo lo que nos gustaría. Quedamos a tomar café en uno de esos bares que cumplen la función de ser tu cabaña en el bosque, tu casita al borde de la playa. Esos locales a los que acudes para exorcizar tus males y que en mi caso, no sé por qué, tienen que tener una presencia abundante de madera tanto en las paredes como en la barra.

La puntualidad no es el fuerte de la persona con la que quedé y eso me permitió elegir el lugar donde retreparme. Ya puestos sustituí el café por una buena cerveza tostada y empecé a pensar en los posibles derroteros por los que giraría la conversación. Supuse que, puesto que hacía mucho tiempo que no nos veíamos, el diálogo comenzaría con temas ordinarios acerca del trabajo, la nueva vivienda que acaba de alquilar o sus posibles relaciones sociales. Básicamente lo que el mundo considera "ponerse al día" Pero claro, no tenía ni la más remota idea de cómo continuaríamos, de si no se produciría alguno de los temidos silencios incómodos, de si nos atascaríamos y no tuieramos más remedio que terminar la velada antes de lo previsto.

En esas estaba, cuando entró por la puerta con ese aire desenfadado que tanto le caracteriza. Pidió lo mismo que estaba tomando yo y comenzamos a hablar. Efectivamente los primeros minutos se consumieron entre "tengo un nuevo compañero de trabajo que es un gilipollas integral y me está haciendo la vida imposible" y "lo del alquiler está imposible, todo carísimo, tu te crees que por un cuchitril de 40 metros cuadrados, más viejo que el sol me pedían 700 euros?" Todo según lo previsto, pero sin darme cuenta empezó a ejercer sus poderes extraños sobre mí.


Resultado de imagen de kwakAl cabo de una cerveza tostada y con la otra esperando en la barra para recibir la crema que solo un buen barman es capaz de servir en su justa medida, la conversación comenzó a volverse más íntima. Los temas más privados empezaron a salir a la luz, esos testimonios que por alguna extraña razón no eres capaz de relatar a nadie, pero que sin saber muy bien cómo van fluyendo delante de este tipo de personas. Su don consigue que no solo cuentes tus secretos más privados sino que lo haces de una forma sencilla y tranquila, sabiendo además, que sin haberlo firmado existe un pacto tácito en el que las palabras, al igual que las paredes de madera, se quedarén en el bar.

Tras tres horas de confesiones, disparates y soluciones a los problemas del mundo volvía a casa meditando sobre la extraña magia que se produce con esas personas. ¿Cómo lo hacen? Obviamente no hallé ninguna, pero me sentía tan reconfortado que me daba exactamente igual. Así pues, a todos aquellos que tenéis poderes extraños sobre mí, muchisimas gracias, espero veros pronto!

Y no, no quiero esperar toda la semana, ni todo el año!
https://www.youtube.com/watch?v=jUFRh20eAJY

martes, marzo 19, 2019

nuevos JASP

En el año 1995 un anuncio de televisión sirvió para nombrar a toda una generación de personas jóvenes con amplios conocimientos y titulaciones que no encontraban trabajo. Muchos lo recordaréis como el anuncio del Renault Clío, pero imagino que la mayoría lo recoradrá como el de los JASP:  jóvenes aunque sobradamente preparados.

Imagen relacionadaEn muchas ocasiones me han incluído dentro de esa generación de individuos que dedicamos, según sesudos estudios científicos y multitud de análisis estadísticos, casi un tercio de nuestras vidas a estudiar para después acceder a un puesto de trabajo acorde a nuestras capacidades y formación. El problema es que en un porcentaje muy elevado de los casos la oferta laboral y el sueldo no concordaban con esos títulos, estudios de idiomas y demás que se exigían para el puesto de trabajo. Así pues pasamos de ser JASP a mileuristas, generación Y o incluso millenials.

Hoy en día no sé como se cataloga a los chicos y chicas que se rompen la cabeza en las universidades de España para sacar un título de grado que les servirá para bien poco si no hacen un máster o tienen algún tipo de padrino especial. Lo cierto es que la cosa no ha cambiado mucho, de hecho, si no me lío demasiado, aún se les sigue llamando millenials.

Pues bien, el otro día conocí a tres de ellos en una visita a la Universidad de León con alumnos de 4º de ESO. El objetivo de la actividad era dar a conocer la Asociación de Biotecnólogos de León y hacer una serie de experimentos sencillos con el fin de despertar inquitudes cientificas entre los adolescentes. Cuando entramos en el aula me llamó la tención que absolutamente ningún profesor de la universidad les prestaba apoyo alguno y ellos solitos se lo guisaban y se lo comían. Especialmente uno de ellos fue el que tomó el papel protagonista a la hora de explicarles los conceptos básicos de biotecnología, origen de la misma y sus aplicaciones en la actualidad. Y me sorprendió sobremanera su capacidad de conexión con los alumnos que momentáneamente se habían convertido en sus discípulos. 

Resultado de imagen de universidad de leon edificio darwin 
La capacidad didáctica, la serenidad a la hora de explicar la materia e incluso la retórica y el uso del humor para mantener enganchados a los chicos me pareció excepcional para un chico de tercero de grado ya que por mi profesión sé lo difícil que es conseguir que un grupo de adolescentes en plena edad del pavo te atienda durante 50 minutos, así que valoré mucho que dicho universitario lo hiciera por más de hora y media. 

Más tarde mantuvimos una agradable conversación sobre el estado actual de la universidad de León y de la española en general llegando a la conclusión de que es desastroso (eso dará para otra entrada del blog) Mientras los tres me comentaban curiosidades acerca del profesorado, de las materias y de las posibles salidas laborales, yo me remontaba a mi añorada época universitaria y se me caía el alma al suelo al pensar: ¡qué poco ha cambiado! Ellos siguen siendo una generación JASP y como en un bucle infinito seguimos sin valorarlos lo suficiente. 

Sirva esta entrada para romper una lanza en su favor y desearles el mejor de los futuros

Por si alguno no se acuerda: https://www.youtube.com/watch?v=rJrsUnxLlpo

lunes, marzo 11, 2019

Pasos hacia atrás

30 de noviembre de 1803. Puerto de La Coruña.

Veintidós niños asustados y boquiabiertos observan con incertidumbre la inmensidad del océano. Se disponen a subir en la embarcación María Pita que les llevará a recorrer los inmensos territorios que por entonces forman parte del imperio español. Les acompañan un grupo de adultos entre los que destacan: el médico Francisco Javier Balmis y la rectora del orfanato Casa de Expósitos de La Coruña, Isabel Zendal Gómez. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna está lista para zarpar.

La larga travesía hasta alcanzar San Juan de Puerto Rico tras pasar por las Islas Canarias se hace tediosa y por momentos peligrosa ante las imprevisibles condiciones meteorológicas del Atlántico. Pero el tesoro que guardan los infantes huérfanos bajo su piel merece cualquier sufrimiento. El doctor Balmis que les había inoculado previamente la vacuna de la viruela a algunos de los niños, consigue mantener el inóculo fresco y en perfecto estado traspasándolo de unos a otros mediante contacto directo. Inngeniosamente en una época en la que no existen las jeringuillas, Balmis en un acto imposible de realizar hoy en día, practica pequeños cortes con cristal en las pústulas de los niños para extraer la muestra e inyectarsela a otros. Un método poco ortodoxo hoy en día, pero sin duda, altamente efectivo y seguro para los propios niños.


Al llegar a Caracas la expedición se divide. Una parte de la misma se dirigirá hacia el sur recorriendo los Andes en paralelo pasando por Cartagena,Quito, Lima, La Paz , Santiago de Chile llegando incluso al extremo sur, a la inexpugnable y ventosa Tierra de Fuego. La otra parte de la expedición se dirigirá hacia La Habana para arribar a Guatemala, Honduras, México y los territorios del norte como Texas, Arizona o Nuevo México. Es precisamente allí donde otros veinticinco niños sustituirán a los primeros para continuar viaje hacia Filipinas y China.

En total se estima que más de 250.000 personas fueron vacunadas de la viruela, una enfermedad que por aquel entonces hacía estragos entre la población de medio mundo. Los protagonistas reales de esta historia, los huérfanos de entre 3 y 9 años no solamente sobrevivieron al viaje y a buen seguro salvaron miles de vidas, si no que fueron adoptados por diversas familias americanas y prosperaron en esas nuevas tierras. 

La expedición Balmis fue un rotundo éxito cumpliendo sus objetivos con creces y aunque hoy en día este doctor es poco conocido más allá de su Alicante natal, sin duda, ha pasado a la historia como el ejemplo de filantropía más noble y más amplio. Conste que estás últimas palabras no son mías, si no del descubridor de la vacuna de la viruela, Edward Jenner.

20 de febrero de 2019. Ministerio de Sanidad de Costa Rica.

Llega la noticia de que un niño de cinco años ha ingresado en el hospital Moseñor Sanabria de la provincia de Puntarenas con claros síntomas de la enfermedad del sarampión. Nada extraño de no ser porque no se registra ningún caso autóctono desde 2006 y ninguno importado desde 2014. Saltan todas las alarmas y se pone en aislamiento al niño y a sus padres, los cuales también presentan una sintomatología evidente.

Resultado de imagen de sarampion costa rica 2019Tras los análisis pertinentes se comprueba que ni la madre ni el niño tienen los anticuerpos para el sarampión que proporciona el tratamiento inmunológico. En otras palabras, no están vacunados. Además el padre, aunque parece que sí que lo está, no tiene la cartilla de vacunación completa.

Lo realmente increíble es que esta familia de turistas no proviene de un país en vías de desarrollo con dificultad de acceso a las vacunas. Han llegado en vuelo directo desde la moderna y avanzada Francia, pero al parecer son seguidores de la peligrosa moda de los antivacunas. 

Antivacunas...me imagino al doctor Balmis revolviéndose en su tumba.