sábado, marzo 31, 2007

Aníbal Barca y el esfuerzo


Cuenta la historia que en el año 241 A.C. el rey de Cartago perdió una importante batalla en las islas Égates, cediendo el dominio de la isla de Sicilia al poder romano. Se retiró el general al norte de África donde sus mercenarios se rebelaron contra él prediendo también las islas de Cerdeña y Córcega. El gran general, Amílcar Barca, que había conquistado nuevos territorios y había amenazado el poder de Roma con sus incursiones en el sur de la península itálica fue retirado del cargo.

Al mismo tiempo, ante la debilidad de Cartago, los pueblos anteriormente sometidos como los libios y los íberos se sublevaron e intentaron conquistar la ciudad norteafricana más importante. Amílcar fue renombrado general de nuevo y expulsó a los sublevados. El gasto en materiales y hombres fue enorme por lo que Amílcar Barca decidió invadir la península ibérica para hacerse con más parabienes y atributos para Cartago. Desembarcó con sus tropas en Cádiz acompañado de su yerno Asdrúdal y de su hijo de tan solo nueve años, Aníbal. Conquistó la mayoría de los territorios al sur del Ebro, y murió prematuramente rodeado de incógnitas. Unos dicen que ahogado en el río Vinalopó, otros que embestido por una estampida de bueyes y otros que durante el asedio de Héliké.


Parecía que todo había terminado con el tratado de paz que Asdrúbal firmó con Roma para ejercer el dominio de las tierras conquistadas en Hispania, pero aquel niño pequeño, Aníbal, educado en el odio a Roma y llevado desde la más tierna infancia a contemplar el combate y el arte de la guerra, cambiaría el curso de la historia. Quizá el mejor general de toda la historia, Aníbal Barca conocía todos los avances técnicos de los que disponía Cartago en materia naval y militar, era un genio como estratega y un gran diplomático. Decidido a acabar con Roma y marchó a través de los Alpes con un ejército en el que destacaban sus elefantes africanos cedidos por sus vecinos los Numidios. Llegó al norte de Italia donde logró la mayor derrota que el ejército romano jamás sufrió a lo largo de su dominio imperial, fue en la batalla de Cannas. Pero tuvo que regresar a Cartago debido a que sus territorios en África estaban mermando a una velocidad endiablada gracias a la contaofensiva lanzada desde Roma por Escipión "el africano" en sociedad con Masinissa, rey de Numidia.

Aníbal fue derrotado en la batalla de Zama, pero su fama ha perdurado hasta nuestros días. La verdad es que lo tenía complicado porque su padre había sido una auténtica figura cartaginesa, pero gracias a su educación y a su determinación consiguió superar sus logros. Un ejemplo más de que con trabajo duro, esfuerzo y creencia en uno mismo se puede conseguir todo lo que ansiamos e incluso superar al maestro.


viernes, marzo 30, 2007

De bombillas y errores enmendados

Todos conocemos gente que nos ha acompañado a lo largo del camino vital, ya sea a una distancia prudencial o más cerquita. Incluso algunas de esas personas se han acercado lo suficiente como para conocernos un poquito y quizá, sólo quizá, haya surgido una llamita desde lo más profundo de nuestro ser que nos ha encendido la bombillita indicándonos que dicha persona es especial. También ocurre que esas personas que nos han acompañado durante un trecho del recorrido, poco a poco se van alejando. No sabes muy bien porque pero las caricias y los abrazos pasan a los saludos fríos en los que dos besos en la mejilla se consideran un regalo protocolario.

Así, llega un día en que esa persona que había estado tan pegadita a tí ya no lo está, de hecho ya ni siquiera está a una distancia alejada de tu camino, simplemente no está. La ves por los pasillos de la facultad y miras para otro lado para evitar el mero hecho de saludar. Hablas con sus amigas, que en su día se llevaban bien contigo, y con una mirada furtiva la ves sentada sin dirigirte ni el más mínimo gesto.


Un buen día sales por ahí de fiesta con tus amigos y te la encuentras, pero vuelve a producirse la misma situación. No entiendes como habéis llegdo a tal punto. Una de sus amigas te saluda y hablando con ella se enciende de nuevo en tí la bombillita y decides que lo que sucede pasa de castaño oscuro y que las cosas se solucionan hablando. Así que envías un mensaje sin esperanza de respuesta, pero ésta llega más rápido de lo que tu esperas.

Al cabo de un par de semanas estáis los dos sentados en una cafeteria con luz tenue y música suave que resulta ideal para hablar, aclarar y solucionar los malos entendidos. Las palabras fluyen con extraordinaria soltura pese al nerviosismo y el pulso temblón y una vez disipados todos los asuntos pendientes la conversación deriva en lo sucedido hace ya bastante tiempo. Entre risas nerviosas y miradas con enjundia ella te confiesa que sus sentimientos en el pasado eran muy diferentes de los que tú te habías imaginado y tu corazón sufre una pequeña sacudida, como la réplica de un terremoto importante. Te ha vuelto a pasar y no sabes como, has vuelto a fallar y te arrepientes de la oportunidad perdida, pero al menos has rectificado y te queda el consuelo de haber arreglado la situación y de poder volver a dejar que esa persona se acerque a tu senda, si ella lo quiere así.

Dicen que rectificar es de sabios y aunque no me siento un sabio, si que estoy contento por haber enmendado un error que ya duraba demasiado tiempo.

miércoles, marzo 28, 2007

Mi caja de Pandora

Cuenta la mitología griega que Zeus enfadado porque Prometeo le había robado el fuego y se lo había dado a los hombres, creo a Pandora, una mujer de extraordinaria belleza que fue dotada de numerosos dones por los dioses del Olimpo. Por último cuando su creación estuvo completada, le dió una caja que no debía abrir nunca, pero la curiosidad de Pandora pudo finalmente con ella y abrió la tapa, liberando a todas las desgracias humanas (la vejez, la enfermedad, la fatiga, el vicio, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen, etcétera). Cerró la caja justo antes de que la Esperanza también saliera, junto con todo lo que quedaba dentro, y el mundo vivió una época de desolación hasta que Pandora volvió a abrir la caja para liberar también a la Esperanza.


Pues bien, aunque no soy tan agraciado como lo era Pandora, yo también tengo mi caja y pienso que todo el mundo tiene una o algún día la tendrá. Todos hemos tenido fracasos sentimentales y hemos guardado todos los recuerdos en una caja para luego tirarla. El problema es que yo no la he tirado, aún la conservo llena de cartas, fotografías, notas y un montón de recuerdos más. No hace mucho me encontraba tranquilamente sentado cuando un pensamiento vino a mi cabeza. No lo dudé, volví a abrirla y un torrente de emociones inundaron mi mente, pero sobre todas ellas prevalecía una, nostalgia. Sí, nostalgia porque pese a que en las relaciones hay momentos buenos y momentos malos, cuando después de mucho tiempo abres tu propia caja de Pandora, lo único que queda son los recuerdos bonitos, maravillosos, de situaciones que llenaron tu vida y tu alma de alegría. Y lo peor de todo es que son eso, recuerdos que son parte de tu pasado.


De repente la tristeza me invadió, una profunda sensación de desasosiego impregnó mi cuerpo, y una lágrima brotó de mi ojo derecho intentando resbalar por la mejilla. Estuve todo el día pensando en la causa de haberme puesto así, me decía a mí mismo que después de más de dos años no podía estar triste, que tenía que quedarme con esos hermosos recuerdos y continuar mi camino vital. Al cabo de un par de cafés y con un cierto dolor de cabeza de tanto estrujarme el cerebro me dí cuenta de lo que me pasaba, en realidad no me había puesto triste por la añoranza de lo vivido sino por la desesperanza en volver a vivirlo. Así que lo ví claro, tomé la caja entre mis manos, respiré bien hondo y la abrí para ver si como le ocurró a Pandora me había dejado la Esperanza dentro.


Han pasado los días y la caja sigue abierta, aunque guardada en un cajón, pero ni rastro de la Esperanza, a ver si un día me la encuentro por la calle.

lunes, marzo 26, 2007

Celtas en realidad

No sé si debería hablar de un programa de televisón en esta bitácora, ya que indirectamente le hago publicidad, pero visto lo visto no puedo dejar de hacerlo. Ayer viendo el programa cuarto milenio, me quedé asombrado del trato que se le dió al hallazgo de unas cabezas, talladas supuestamente por los celtas, en un pueblo de Francia. Se comentaba alguno de los rituales ceremoniales de las tribus galas, en los cuales, a los enemigos vencidos en la batalla se les cortaba la cabeza, para apoderarse de sus almas. El hecho es que la conversación derivó en el misticismo en torno a la muerte y se tachó a uno de los pueblos más influyentes en la época prerromana europea de asesinos despiadados y, poco más que de bestias inhumanas, lo cual produjo en mi interior una sacudida de incredulidad e indiganción.

Iker Jiménez, el conductor del programa se vanagloria de dar un trato científico a todos los temas que aborda en su programa, pero esta vez ni se ha acercado. Bien es cierto que los Celtas eran un conjunto de tribus caracterizadas por su belicosidad y sus maneras agresivas en combate (como muchas otras civilizaciones), pero no olvidemos que transmitían su sabiduría, su historia, sus rituales, en una palabra, toda su cultura, mediante la comunicación oral. Los escritos que han llegado a nuestros días, son descripciones de civilizaciones que guerrearon con ellos y los vencieron, por tanto las descripciones realizadas tienen el punto de vista de una cultura totalmente diferente, sobre todo en lo religioso, y no pueden tener un valor científico (el más claro ejemplo es la narración de la conquista de las Galias por Julio César)


Por otra parte, se atribuyen los restos hallados en Francia a tribus galas con mayor o menor acierto, pero estamos ante un solo resto arqueológico y para extrapolar a toda una población que ocupó toda Europa y parte de Asia en su momento álgido, se necesitan más pruebas que un mísero hallazgo. Además se han obviado todos los demás datos comprobados de una cultura rica y fructífera, tachándola como digo, de bestias casi inhumanas.

Para ser justos hemos de decir que los Celtas fueron una civilización increíblemente rica y avanzada para su época, belicosos sí, pero también tremendamente hospitalarios. De hecho hoy en día se conservan las tesseras, que son unas tablillas principalmente de bronce, donde figuraban los nombres de los pueblos y las personas quienes practicaban dicho tratado de hospitalidad. Es una de las pocas fuentes escritas directamente por los pueblos célticos y se colocaban en edificios importantes ya que los firmantes de estos tratados estaban en pie de igualdad. Pese a ser tratados de bárbaros se organizaban en sociedades rurales perfectamente autosuficientes, dominaban el trabajo con la piedra, pero también con el metal, tanto bronce como hierro el cual adornaban ricamente dándo muestras de su habilidad orfebrera, las mujeres eran tratadas con igualdadad dentro de la tribu, poseían un lenguaje propio que todavía hoy se conserva, el gaélico y mantenían una estrecha relación de protección y respeto hacia la naturaleza.
En cuanto a su religión y su mitología podría hablar largo y tendido de los guías epirituales, filósofos, científicos y magos que eran los druídas. También de los bardos, en donde la historia y las tradiciones de la tribu eran inmortalizadas y los auguristas, quienes hacían los sacrificios y adivinaban el futuro. Y qué decir de sus construcciones, dólmenes y menhires son las más conocidas pero también sus ciudades o castros eran muy desarroladas y tenían fortalezas militares y auténticos monumentos dedicados a los rituales de la naturaleza como el famoso Stonehenge.

En fin, que el señor Iker Jiménez y sus colaboradores (especialmente el calvo que habló ayer de este tema, no recuerdo su nombre) deberían de informarse mejor, no dar datos sesgados y sobre todo, no hacer interpretaciones al tuntún para incrementar la audiencia o para dar un aire de misterio más acusado a su programa.







sábado, marzo 24, 2007

Payaso

No me gusta nada el uso que la mayoría de la gente hace de la palabra payaso. Me resulta odioso oír a alguien insultar a otra persona usando ese adjetivo. Yo mismo, en algunas ocasiones lo hago y luego pienso en lo contradictorio que soy a veces. Pudiendo utilizar palabras tan malsonantes como imbécil, lerdo, anormal o gilipollas porque emplear una palabra que da nombre a algo tan hermoso como es el oficio de payaso.

Los payasos son esos personajes del circo que van pintados con una sonrisa permanente y tienen una nariz roja. Visten de vivos colores y calzan unos zapatos enormes que habitualmente son rojos. Éste es el concepto que todos tenemos de ellos, y lo extrapolamos para nombrar a la gente que es graciosa o que hace tonterías. Pero los payasos son mucho más que eso, son psiquiatras capaces de percibir el estado mental de su público, saben si estas de buen humor o estás triste por algo, y actúan en consecuencia logrando que, en cualquiera de los casos, sonrías. De hecho, en medicina pediátrica o infantil los payasos hacen sus funciones habituales, pero además son médicos que inundan de alegría a niños enfermos de cáncer, sida o cualquier otra enfermedad atroz y devastadora.

Por otro lado los payasos son grandes actores, cualquiera no puede ser clown, según tengo entendido las pruebas para entrar en la escuela clownesca son muy duras. Un buen payaso no sólo debe hacer reír, además ha de tener muchas otras habilidades, algunos son equilibristas, unos hacen malabares con pelotas y mazas, otros escupen fuego y manejan con soltura una barra que está incendiada en los extremos y, otros cuentan historias fascinantes o de las que te hacen pensar.

En conclusión, abogo por dejar de usar la palabra "payaso" como adjetivo despectivo. Y por mi parte cuando me llamen payaso responderé de la siguiente forma: "Ojalá fuera un gran payaso". Vostr@s podeis hacer lo mismo. Además pensad, si los payasos de verdad oyen el empleo que hacemos de su oficio como insulto, se iban a poner tristes, y ¿hay algo más triste que un payaso llorando?

martes, marzo 20, 2007

Recapacitando

La tarde del domingo es aburrida y se hace eterna, pero anteayer volví a ver una de mis películas favoritas, Cadena Perpétua. Es íncreible como pese a haberla visto un montón de veces (ya he perdido la cuenta) me engancha y me deja pegado al sofá. Huyendo de los convencionalismos de los largometrajes carcelarios redundantes en peleas entre presos, éste cuenta una historia de amistad, de las de verdad, con personajes muy bien tratados y magistralmente interpretados por Morgan Freeman y Tim Robbins. Dos horas y pico absolutamente entretenidas y desde mi punto de vista, con uno de los desenlaces más emotivos de la historia del cine. Pero bueno, no estoy aquí para realizar una crítica del film, sino para contar lo que me ocurrío mientras la veía.

Estaba tumbado cuando el personaje de Morgan Freeman pronuncia una frase que me hizo incorporarme y recapacitar. Por desgracia pocas películas consiguen esto en la actualidad. La frase en cuestión es la siguiente "Andy era como un pájaro cubierto con plumas de mil colores, de esos que son capaces de iluminar el lugar en el que se encuentran, de esos pájaros que sabes que no pueden estar enjaulados. El día que escapan cubren el cielo con un brillo espectacular, pero aunque te sientes feliz por ellos, dejan un lugar más triste y oscuro, si cabe, de lo que lo era en un principio" Más o menos era así, como digo la ví hace dos días y no me acuerdo de ella punto por punto.

Pues bien, en ese momento me dí cuenta de algunas cosas a las que no les hallaba ningún sentido. Una vez conocí uno de esos pájaros y pretendí enjaularlo, pero no me dí cuenta de que sus plumas se estaban cayendo y sus colores apagando. Un día escapó y voló muy lejos dejándo tras de sí una tristeza que oscurecía mi corazón y mi alma. No se lo perdoné, aquel ave migratoria me había abandonado y cuando volvío en su periódico viaje no quise saber nada de ella. Sólo ahora me doy cuenta de que aquel pájaro no estaba hecho para estar encerrado en una jaula y que cometí un error al intentar conservarlo sólo para mí.

jueves, marzo 15, 2007

La belleza interior

Nunca he dejado de creer en lo que decía la película de La Bella y La Bestia: la verdadera belleza está en el interior. Sé que pensar esto en los tiempos que corren es de ilusos, ya que hoy por hoy se valora infinitamente más la belleza física (efímera por otra parte) que la interior. Pero la naturaleza me ha dado un toque de atención para que no se me olvide.



Todo tiene que ver con Pisolithus arhizus. Es un hongo forestal que habita en bosques tanto de caducifolias como de gymnospermas, y de apariencia poco llamativa. Vamos que es feo de cojones, se parece a una especie de patata vieja, arrugada y pocha. Pero esta apariencia exterior encierra algunas sorpresas en el interior, no en vano este hongo es uno de los más importantes como micorrizador de especies naturales, autóctonas y de repoblación. Ayudando a crecer con vigor y energía a los árboles que forman los bosques más hermosos del paisaje leonés, los cuales atravesamos los locos de la montaña como yo, mientras disfrutamos de las vistas obviando la presencia de nuestro feo amigo. No sólo eso, también exuda un jugo parduzco que se usa como tinte desde tiempos remotos y ultimamente, se está experimentando con él como inmunodepresor en el tratamiento de numerosas enfermedades como el cáncer.



Por otro lado, y ya entrando en el interior del mismo, al cortarlo por la mitad, este hongo nos muestra su verdadera belleza interior. De repente, a través de las hifas empapadas de agua se cuela un rayo de sol que atraviesa una serie de gránulos denominados pseudoperidiolos y se produce un brillo celestial reflejando todos los colores del arco-iris. No sabes como, pero esa especie de patata podrida ha llenado de alegría tu vista y tu alma con su despliegue cromático. En ese momento te das cuenta de que lo que realmente importa es lo que llevamos dentro.



Así que si aceptais un consejo, intentad encontrar la belleza interior en aquellos que os rodean, la exterior es efímera y no te llena tanto.

viernes, marzo 09, 2007

¿Qué hacer?

¿Qué hacer cuando una amiga, esa con la que quedas de cuando en cuando para tomar café, pasa a ser algo más que una amiga? Y aún peor, ¿qué hacer cuando sabes que a esa amiga no le interesas desde la misma perspectiva que ella te ineteresa a tí?


La pregunta se las trae, es tan complicado explicar lo que pasa por tu cabeza que ni tus amigos más allegados te entienden. Quedas con ella a tomar algo, lo que sea: café, corto o un copazo; y mientras te cuenta sus problemas, sus dudas existenciales, tu te quedas embobado mirándola. No sabes ni como actuar porque entre ella y tu ocurre algo raro y a la vez especial, os miráis a los ojos y os entendéis tan bien que no hacen falta las palabras, ya que los pensamientos fluyen como en una especie de conexión telepática. Te dan ganas de estrecharla en tus brazos y plantarle un beso de película, pero te reprimes a sabiendas de que lo vas a fastidiar todo y te conformas con la charla y la compañía.


Luego te vas a casa solo y hecho polvo. Caminas cabizbajo y piensas que eres gilipollas porque te lo ha dejado claro hace tiempo, solamente te quiere como amigo, eres un tío genial pero no para algo más. Entonces te juras a tí mismo que no vas a permitir volver a sentirte así, pero vuelves a quedar con ella y como en un círculo vicioso y autodestructor, te vuelve a ocurrir lo mismo.


Tú no te rindes, como un pobre iluso piensas que mientras hay vida hay esperanza. Además ella sigue quedando contigo (al menos no es una hipócrita que suelta la excusa fácil y luego te da una patada donde más duele) Quizá algún día se de cuenta de que eres un tío cojonudo, acto seguido apartas ese pensamiento de tu mente y te sientes mal por ser tan engreído. ¿Adónde vas dándote esos aires? Te miras al espejo y éste te devuelve la imagen de un tipo triste y abatido.


La dichosa pregunta vuelve a rondar tu cabecita ¿qué hacer?. Entonces suena una canción de revólver que te da la respuesta: "Es mejor caminar que parar y ponerse a temblar"

lunes, marzo 05, 2007

REVIENTA VENTA!!!!



Venta de Baños es un pueblo de la estepa palentina, irremediablemente atado al ferrocarril que, en sus buenos tiempos, elevó considerablemente la población activa a cotas que ni los más viejos del lugar pensaron alcanzar nunca. También es conocido por su famosa basílica visigótica y por tener al lado la factoría de automóviles de Renault. Pero no estoy aquí por eso, sino porque Venta es el pueblo de Javi y este fin de semana lo hemos reventado.


Como siempre hubo que planificar la quedada con tiempo, pero al final salió bien, y nos juntamos los amigos. Esos que, con razón, dicen que se cuentan con los dedos de la mano y que valen más que un tesoro. Yo lo he comprobado y día a día lo corroboro.


Llegamos el viernes y después de asentarnos, usurpar la casa de los padres de Javi e invitarles amablemente a que se fueran, nos fuimos a la bodega de la familia para montar una parrillada. Después de tardar un montón de tiempo en hacer brasas, los chorizos y la panceta (invitación de la madre del más famoso cultivador de células de la universidad de León) entraron como el más dulce manjar que ningún califa haya probado. Si a ello sumamos un vinito de Rioja y la agradable compañía de las amigas del anfitrión, pues para que contar más.


La madrugada continuó entre muchas risas, una pocha y varias copas. Sin darnos cuenta el sábado llegó. Pollo a la cerveza para comer, que es bueno para la resaca y timba de póker. Sin malos rollos que para eso estábamos entre amigos. Después yegó la hora de salir de fiesta para reventar Venta. Jugando un quinito a la luz de un eclipse total de luna todos presagiábamos una noche loca. Y pese a la doble baja prematura por motivos físicos y las caras de perro de los meadores de novias, fue una noche cojonuda.


El domingo empezó con una par de huevos fritos con pimentón! y continuó con un ritmo descendente por el cansancio. Después de la obligada visita a la basílica y de recoger la casa nos volvimos a León. Mientras tanto comenzaba a llover, como si el cielo de Venta se entristeciera por nuestra partida.


En fin, dicen que cuando se produce un eclipse ocurren cosas maravillosas y estraordinarias. Y es verdad, ha ocurrido algo magnífico, la unión de cinco amigos (y uno, valenciano de adopción, que no pudo venir) en un pueblo no demasiado bonito, pero que en estos días ha sido como el paraíso.


¡¡¡¡MIL GRACIAS DE NUEVO JAVI!!!!