domingo, diciembre 16, 2012

Todo sigue igual

Noche de sábado, y cómo muchas de ellas en los últimos tiempos, sin nada que hacer. Tras haber pasado gran parte de la tarde devorando una novela enciendo la televisión con la plena intención de apagar mi cerebro. Ponen una película que hace tiempo ví en el cine y de la cual guardo un grato recuerdo: Un franco, catorce pesetas.

Para los que no la conozcan narra la historia de dos trabajadores de la Pegaso que se quedan en la calle en la España de los 60 y deciden probar suerte en Suiza dónde han oído que hay trabajo y bien remunerado. El choque cultural inicial es brutal, la barrera del idioma, el clima y las costumbres de los europeos les llaman poderosamente la atención. Un ejemplo que muestra el analfabetismo de los españolitos de aquella época en el extranjero es que ni siquiera conocían el papel higiénico ya que ellos lo que utilizaban para limpiarse el culo era el periódico.

Sin embargo, como siempre ocurre, la necesidad agudiza el ingenio y poco a poco aprenden a comunicarse, al principio con gestos y más tarde con palabras en alemán e italiano. La vida les va sonriendo y es apacible en un lugar donde el entorno natural y la gente que lo habita se muestran amables y cercanos con ellos. Tanto que incluso "confraternizan" con la población local.
 
Al cabo de unos meses sus familias se van a vivir con ellos y se establecen definitivamente en los Alpes. Para los niños es una delicia, la escuela es gratuita y como dice el hijo de uno de ellos "hay bosques y ríos, mientras que en Madrid no" Sus padres trabajan y ganan un sueldo decente que les permite vivir con cierta comodidad, ¡hasta se compran un televisor! Pasan los años y los críos ya son más suizos que españoles, pero hete aquí que ocurre lo impensable. Después varios años en Suiza deciden volver a España.

¿Qué tendrá este puto país que siempre queremos volver a él?, ¿o ni siquiera intentamos marcharnos? Será el apego al terruño, la morriña o cualquier otro sentimiento de mierda el que hace que pese a que nos golpee, nos aplaste y nos trate como a un trapo volvamos como un perro apaleado, con el rabo entre las piernas. 

"Al final todos vuelven, siempre os marchais a vuestra patria" son las palabras de la chica que posee la pensión donde han vivido los primeros meses en Suiza. Y cuando llegan se encuentran a la vieja España, un país donde tener un piso supone invertir todos tus ahorros e hipotecar tu vida para siempre por unos metros cuadrados de libertad irreal, con vistas a un patio de luces donde, las bocanadas de humo de tu cigarro cargadas de nostalgia y desazón se pierden entre los gritos de las vecinas que cotillean dos pisos más arriba. Un país donde el honrado, el amable, el honesto no van a ninguna parte, cosa que aprende rápido el niño que pobre de él, no conocía ni siquiera el concepto de "chuleta" fuera del contexto alimenticio ya que en Suiza no existía. Un país donde los hijos de puta proliferan por doquier y medran a la sombra de un populacho que no se menea y que simplemente se dedica a encajar los golpes, quejándose de su mala fortuna al calor de una caña. Eso sí, al igual que en la película, todo parece arreglarse con unas cañas, amargas como la vida.

Y yo me pregunto, ¿ha cambiado algo? ¡Dios que tristeza!

jueves, noviembre 08, 2012

Errores y perdones

Todos cometemos errores, eso es innegable. La ineficacia en la gestión de los recursos disponibles es inherente al ser humano, y por eso fallamos. El gran problema radica cuando esa ineficacia se traslada al plano de la gestión de los sentimientos. En ese ámbito nuestros errores suelen ser tremendos.

Existen errores pequeños, nimios, mínimos fallos que por su trivialidad pasan desapercibidos. Los hay algo mayores y que, sin embargo, son perfectamente subsanables, pero casi todos ellos tienen que ver con el mundo físico. Olvidarse las llaves dentro de casa puede ser un error de diversa importancia en función de la persona que lo sufra, pero de lo que no cabe duda es de que la solución es sencilla, aunque conlleve pagar algo de dinero.

A mayor escala, la explotación irracional de los recursos naturales por parte del ser humano es un disparate enorme cometido por parte del ser humano, un error que incluso pone en peligro su propia existencia, pero un error al fin y al cabo que se podría paliar con algo de conciencia medioambiental. De todas formas es un error de proporciones desmesuradas y tiene difícil solución, pero a su desarrollo hemos contribuído todos sin excepción. 

Por otro lado, individualmente, errores de bulto solo los cometemos en la gestión emocional, ahí todavía caminamos en pañales, y por pequeños que sean esos fallos se nos hacen enormes. En estos casos, pedir perdón cuando te das cuenta del error cometido se antoja la solución más factible, pero algo tan sencillo se nos hace muy cuesta arriba, incluso con personas a las que queremos o por las cuales guardamos un gran afecto. Imagino que esta dificultad tiene su base en otros sentimientos que tampoco sabemos gestionar demasiado bien como: el orgullo, la empatía o el miedo al rechazo (en este caso, a no ser perdonado)

Siempre se ha considerado que, en estos casos, es mejor actuar que quedarse de brazos cruzados. Además yo entiendo la solicitud de perdón como una redención propia, pero útlimamente me he dado cuenta de que no es así. Una persona puede perdonarte sinceramente e incluso no guardarte ningún rencor por el daño infligido. Aún así, lo más seguro es que no te sientas bien contigo mismo, ya que ese es el perdón difícil de alcanzar, el perdón hacia uno mismo.

El primer paso para avanzar, para poder continuar tu camino es asumir ese fallo y perdonarte sinceramente, pero la segunda parte de esta premisa es de tan complicada realización que, a menudo, se torna imposible. Así cargar con el peso del error cometido se convierte en la cruz que arrastrarás para siempre. Una cruz física se puede acarrear. Acabarás cansado, magullado, amoratado, pero al final llegarás a tu destino, sea el que sea. Por contra, una cruz sentimental, al ser etérea, se instalará en lo más profundo de tu ser siendo imposible sacarla de ahí.

Hoy, no me sale otra: http://www.youtube.com/watch?v=tBpxuG6ihqk

lunes, octubre 22, 2012

Otoñá

Los que me seguís a menudo, ya sabréis que mi época favorita del año es esta que acaba de empezar. El otoño es la explosión de colorido de la naturaleza, siempre a la sombra de la primavera, ,ucho más floral y alegre. El otoño siempre se viste de melancolía y de cierta tristeza, los días lluviosos y la caída de las hojas invitan a ello. Sin embargo es una época asombrosa para salir al monte y disfrutar de las múltiples opciones que nos ofrece. Dos de ellas son las que os relato aquí y os propongo que hagáis.

La primera opción es la de dar un paseo, simplemente un paseo por cualquier paraje arbolado que os quede cerca de casa y si es con buena compañía mejor que mejor. En mi caso el paseo fue por el entorno de Pardomino, al lado del pantano del Porma, en la provincia de León. La compañía fue más que grata mis dos grandes amigos Beto y Álvaro que esta vez hacía de guía por ser él el máximo conocedor de la zona. 
El solecito otoñal brillaba en lo alto y pese a que no calentaba excesivamente, la temperatura era idónea para la caminata. La ruta escogida no tenía desniveles muy fuertes y permitía disfrutar del monte en el que es a mi juicio, su punto álgido. Los álamos de la ribera del arroyo que remontábamos al principio ya tenían las hojas prácticamente amarillas y contrastaban con el verde intenso de los robles, que en la ladera de solana se resistían a aceptar el cambio de estación. En la umbría las hayas empezaban a reabsorber la clorofila y tornaban sus frondes a tonos más ocres, mientras que algunos arces surgían al paso con sus intensos tonos rojizos.
El simple hecho de caminar por un entorno natural y olvidarse por un rato del estrés de la vida cotidiana y del ruido y los problemas de la ciudad merece la pena. Si encima te acompañan dos amigos de esos que se cuentan con los dedos de una mano, con los que compartir bocata y conversación, ni os cuento la satisfacción que podéis llegar a alcanzar.

La segunda opción requiere un poco más de material y preparación, concretamente una navaja, una cesta (de mimbre a ser posible) y conocimientos básicos de micología (o en su defecto la compañía de alguien que sí que los tenga)
Salir a por setas aúna todos los encantos del otoño. El paseo por el monte es obligado como es normal, aunque he de reconocer que al tener que ir mirando para el suelo no lo disfruto tanto como en la opción anterior. En cualquier caso volvemos a ir a un entorno en el que olvidarnos de todo y además con la posibilidad de traernos la cena a casa. 
El momento en el que encuentras el primer boleto o el primer níscalo es ciertamente gratificante, ya que, en ocasiones parece que se resisten a aparecer y empieza a planear la sombra del abandono de la tarea de recolección. Pero en cuanto la vista se acomoda a la búsqueda, ésta suele ser próspera y fructífera. En mi caso dicha búsqueda tuvo lugar un miércoles horribilis de esos en que los alumnos parecen especialmente cansinos y el cuerpo no te responde como quisieras. Sin mucho convencimiento y tentado por dos colegas del pueblo en el que trabajo, iniciamos la labor. Al encontrar una seta, sin querer gritas para que tus colegas se hagan partícipes de tu alegría y cuando ellos encuentran algo comparten su emoción contigo generándose así un círculo de positividad perfecto. 
Cuando tras unas tres horas de caminata las cestas estan llenas de Boletus edulis te vas satisfecho y con energías renovadas. La perfección la alcancé cuando oí la berrea de los ciervos en vivo y en directo cuando ya nos recogíamos. Los berridos de los machos, motivados por la enorme descarga hormonal que sufren en esta época, resonaban en las laderas y me hacían sentir en armonía con la naturaleza. 

Espero haberos motivado a salir al campo a disfrutar del otoño, mi intención hoy no es otra que invitaros a hacer algo que a mí me apasiona y que además es gratis.

P.D. No quiero ni contaros lo ricos que estaban los Boletus, parece que cuando los coge uno mismo están más sabrosos.


Hoy esta que también me inspira positividad: http://www.youtube.com/watch?v=SHoHIL2ABVQ

sábado, octubre 13, 2012

Inferioridad histórica

Me sorprende que conozcamos más sobre la historia de otros países que de la del nuestro propio. Ambas las hemos estudiado en el colegio, pero no sé porqué casi nadie recuerda acontecimientos como el Concilio de Constanza en el que surge la nación española, o la guerra de sucesión española que acabó con el reinado de la dinastía de los austrias e instauró el de los borbones. Por no hablar del estado liberal español, de las guerras carlistas o de la revolución de 1868. Sin embargo, rápidamente vienen a nuestra memoria imágenes de la toma de la Bastilla, del reinado de Enrique VIII y sus amooríos, o de la guerra de secesión norteamericana.

Supongo, que este hecho se debe, al menos en parte, a que somos un país con un complejo de inferioridad enorme con respecto a los de la Vieja Europa (ni que decir tiene que con respecto a los Estados Unidos también) Todo lo que viene allende nuestras fronteras nos parace maravilloso y se nos hace el culo gaseosa con el renacimiento italiano, la ilustración francesa o los dimes y diretes de la guerra fría, pero no nos damos cuenta que nosotros, los españolitos bajitos y morenos (así nos vemos los demás) fuimos los amos del mundo durante más de 300 años. El imperio español se extendía por América, África, Oceanía e incluso una pequeña parte de Asia y se decía que en e´l nunca se ponía el sol.

Pero a mí la parte que más me gusta de la historia de España es la Edad Media. Un periodo en el que es esta pequeña península confluían tres culturas de notoria relevancia en la historia mundial. Tres culturas, con sus idiosincrasias particulares y sus aportaciones al enriquecimiento de éste que es  hoy nuestro país. Árabes, judios y cristianos convivieron y lucharon durante más de ocho siglos aquí y parece que todo se ha quedado en un lugar muy recóndito de nuestro acervo histórico. La invasión de los omeyas y la fundacion del califato de Córdoba, el incio de la reconquista en Covadonga con don Pelayo a la cabeza, las guerras internas entre los reinos cristianos reconquistados o la disolución del califato en taifas son hechos fundamentales de esa época turbulenta. 

De lo que sí nos acordamos todos es del final de la Reconquista con la toma de Granada bajo el mandato de los Reyes Católicos, pero a buen seguro casi nadie sabe nada de como dos figuras tan importantes como Isabel y Fernado llegaron a unir sus reinos y a unificar a España para derrotar definitivamente a los árabes. He de reconocer que yo tampoco me había parado a pensar y a buscar información sobre estos personajes, pero a veces, solo a veces, ocurren pequeños acontecimientos que parecen casi milagrosos y la aparición en televisión española de una serie basada en la historia de Isabel la Católica parece ser uno de ellos.

Casi cuatro millones de televidentes siguen (seguimos, yo también me incluyo) con entusiasmo la narración de cómo Isabel de Castilla llega a coronarse reina. Y aunque sea sólo por ese instante aprendemos un poquito sobre esa parte ínfima de nuestra historia. Lo mejor, lo casi milagroso, es que algunos de esos seguidores no se quedan ahí y buscan información sobre el contexto en el que se desenvuelven los hechos, aunque sea solamente por matar su curiosidad. Y a lo mejor, sólo a lo mejor, algunos de ellos empiezan a interesarse por la rica y fructífera historia de España. 
A ver para cuando surge un hecho similar con mi materia, Biología.

Hoy en enlace corre a acrgo del maestro Pérez-Reverte, espero que os guste: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/546/la-carga-de-los-tres-reyes/

P.D. Ya son más de dos mil las visitas en el último mes, así que sólo puedo daros las gracias y deciros que si llegamos a las 4000 habrá otro regalito.

lunes, octubre 01, 2012

Regalito

Hoy, para mis más fieles seguidores, os pongo un relato breve que saltó de entre las páginas de un libro que mi buen amigo Juanga me mostró este fin de semana. Espero que os guste y os dé que pensar.

DESPECHO (Andrés Newman)

A Violeta le sobran esos dos kilos que yo necesito para enamorarme de un cuerpo. A mí, en cambio, me sobran siempre esas dos palabras que ella necesita dejar de oír para empezar a quererme. 

 

domingo, septiembre 23, 2012

Fenómenos literarios

Cada cierto tiempo se repite, se da un fenómeno literario que arrasa en las librerías y se convierte en el centro de todas las conversaciones de cafetería. Incluso pueden darse varios fenómenos al mismo tiempo, orientados a diferentes tipos de lectores. Referencias recientes existen muchas y a buen seguro seguirán apereciendo otras. Por citar algunas: Dan Brown y sus hostorias de misterio, J.K. Rowling y el mago Harry Potter, Stieg Larsson y todas las novelas negras asociadas a su éxito o el último pelotazo entre las mujeres, Cincuenta sombras...

Sin embargo, entre mis amigos, la saga de novelas que se ha puesto de moda es Juego de Tronos. Para los extraterrestres que no conozcan estas historias decirles que son difíciles de englobar dentro de un género. En ellas se cuentan las intrigas y tramas familiares de un conjunto de reinos ficticios en los que la realidad y la fantasía se mezclan. Conspiraciones y urdimbres varias para alcanzar el máximo poder pasando por encima de quien se ponga por delante. Sexo y sangre a partes casi iguales y relatados ambos sin miramientos y, por momentos, con excesiva crudeza.

Existe hasta una serie de televisión basada en las novelas que ha arrasado con las audiencias de medio mundo. Sin embargo, y sé que esto me va a traer críticas, a mi me parece un fenómeno pasajero. Como todo fenómeno literario que se precie estará en la cresta de la ola durante un tiempo (bastante en este caso puesto que el autor tiene previsto escribir siete libros según creo) pero pasará. Ni mucho menos creo que vaya a alcanzar el rango de clásico como algunos pretenden afirmar comparándolo con El Señor de los Anillos.

Un clásico es mucho más que eso. Tiene que ser leído por varias generaciones y para todas ellas ha de suponer una historia importante en su propia cuenta literaria. Esa que todos vamos construyendo con los años y en la que acumulamos todas las letras leídas guardando en la memoria pequeños recuerdos de las mismas entre los que destacan algunos que nos han marcado. Pues bien, esos recuerdos especiales, son aquellos que forman parte de los mitos literarios, pero no solo eso hace de un best-seller un clásico. Para que un superventas alcance cotas de excelencia tiene que perder el sambenito de best-seller, ya que por definición éstos son libros que se venden mucho y bien durante un corto periodo de tiempo. En cambio, los mitos literarios mantienen sus cuotas de ventas durante años y años.

Mucho le queda a la saga de Juego de Tronos para alcanzar dichas cotas, parece que ahora a todos se les hace el culo pepsicola con Invernalia y sus habitantes, pero cuando pueda decir que después de varios decenios se hacen varias películas sobre sus libros y revientan los cines de todo el mundo no una, ni dos, sino tres veces. Cuando pueda decir que se espera la cuarta con tanta expectación que solamente el tráiler de la misma revuelve todas las redes sociales como ocurre ahora mismo con El Hobbit, hablamos. Mientras tanto será un fenómeno literario más, aunque reconozco que voy a intentar leerlo, aunque sea solo por seguir las conversaciones de mis amigos, jeje.

Para los que todavía no lo hayan visto: http://www.youtube.com/watch?v=FlSLFUhVOKc

miércoles, agosto 15, 2012

Mares azules y verdes

Dicen mis primos de Coruña que no pueden vivir sin el mar. Cuando pasan una temporada lejos de su Atlántico gallego sienten la necesidad de volver, de darse un paseo por la costa respirando el aroma que desprende el profundo azul y sintiendo en la piel el salitre arrastrado por el viento. Me los imagino disfrutando del maravilloso espectáculo de las olas rompiendo contra la roca que trata de resistir sus embates como buenamente puede, o del de los delfines y marsopas saltando en aguas abiertas.

Tienen alma marinera mis primos, se han comprado un barquito con los pocos ahorros que han juntado y aunque no todos son propietarios de tan magna adquisición, la generosidad familiar hace que los disfruten en amor y compañía. Le encanta salir a pescar, bien sea con caña o buceando, a darse un baño o simplemente a contemplar la belleza de su ciudad desde el mar.

Me cuentan todas estas cosas al calor de una jarra de cerveza en una terracita de verano que pone su mirada en el mar. La luz del atardecer ilumina nuestros ojos y el momento se convierte en algo mágico. Entonces me acuerdo de otro momento mágico para mí que tiene que ver con otro mar, el de Castilla. Y les relato el acontecimiento de la manera que sigue:

Amanece en un punto disperso en la tierra de Campos, entre las localidades de Sahagún y Grajal. El fresco de la mañana primaveral se hace notar en el cuerpo y especialmente en los ojos que lloran golpeados por un viento impetuoso. Mi cometido es censar aves para un futuro estudio en la uiversidad de León aunque tampoco le hago ascos a conejos, liebres, corzos y jabalís (si es que aparecen en los transectos)

Equipado con los prismáticos y la libreta recorro los caminos agrícolas entre parcelas interminables de cebada y trigo. Mire donde mire, el verde lo inunda todo como si de un océano vegetal se tratase. El sol poco a poco va tomando altura y cada vez calienta más, pero el viento sigue soplando aunque ya con menor intensidad. A su vez los pájaros reducen la frecuencia de sus trinos, ya que su máxima actividad es a primera hora de la mañana. 

Poco a poco llego al final de mi jornada, guardo los bártulos en la mochila y saco el bocata. La última posta de mi recorrido está situada en lo alto de una pequeña loma y desde allí el paisaje es espectacular. Los campos de cereal se extienden más allá de donde alcanza la vista y las verdes espigas son mecidas por el viento en un baile sensual. Un par de calandrias realizan su vuelo nupcial y me quedo embobado viendo la alegría y perfección de su aleteo sobre el verde mar. Porque eso es lo que es la tierra de Campos en primavera un océano verde, con marineros y leyendas de sirenas. y si no lo creéis escuchad esto: http://www.youtube.com/watch?v=f5Qr9xJ5M_g

jueves, julio 26, 2012

Las fiestas de San Leonardo 2012 y sus olimpiadas

Tengo una vena payasil e infantiloide que me encanta y que sin querer aflora cuando me siento agusto con un grupo de gente o en un entorno ideal. Cuando estos dos factores se unen el momento puede ser tan especial que pase a ser imborrable y puede lograr, al mismo tiempo, que todos los problemas desaparezcan de mi mente mientras dure. Pues bien hace un par de días he vivido uno de esos momentos.

Una de l@s azafat@s
Como muchos sabéis estuve trabajando y viviendo dos años en San Leonardo de Yagüe (Soria), villa de la cual ya soy profe adoptivo y a la cual asisto verano tras verano en estas fechas para las fiestas de la Magdalena. Tras dos días de cuentos ambientados y representados para niños y adultos, dos días de bailes populares y guitarras con cordaje de raquetas de tenis, tras dos días de comilonas en "familia" y flamenco soriano, tras dos días de mucha alegría y poco sueño, courrió lo que os voy a relatar.

Tarde del lunes, después de una paella el sopor se apodera del grupo y nos sentamos en círculo a tomar un licor espirituoso que nos ayude a hacer la digestión y termine de relajarnos del todo. En esas estamos, cuando aparece un toro fabricado con un carro de supermercado y dos cuernos de cartón que nos embiste con furia empujado por Óscar (miembro de otra peña amiga). Nos levantámos a la carrera y alguno que se viene arriba creyéndose un recortador portugués se pone delante de él. Las risas comienzan a ser cada vez más numerosas y aparece un banderillero con dos bates de béisbol como intrumento de tortura. Al poco hace acto de presencia el picador con un palo de escoba como única herramienta de trabajo. Por fin la faena termina con la muerte del toro a manos del zurdo (que no diestro) que remata al animal con un estoque de espuma.

Tras el espectáculo taurino Óscar y el que suscribe encuentran en el suelo el palo de la escoba, el cepillo y un balón. Con estos tres objetos sus mentes maquinantes ya están calentando motores y se les ocurre representar para el público asistente, que ya comienza a congregarse en abundancia en torno a la peña Exkojono, la modalidad deportiva de curling. Al terminar se oyen algunos aplausos, pero me vengo arriba y decido representar golf. Óscar encuentra el recogedor y ambos lo vemos perfecto como hoyo. Llegado este punto los dos nos encontramos rodeados de gente y ya no podemos parar, comienzan las Olimpiadas Sanleonardinas 2012. 

Durante más de una hora y media representamos todos los deportes habidos y por haber y todo ello siempre con un toque de humor y con la inestimable ayuda de l@s azafat@s Juanga y Adolfo que nos aportan materiales e ideas desde bambalinas. Con una raqueta en la cara y un palo de escoba, esgrima; con una pinza en la nariz, un banco y una piscina imaginaria, natación sincronizada; con un par de sillas y un palo de escoba atravesado entre ambas, halterofilia, con un trozo de pan en la boca y unos guantes, boxeo; y así uno tras otro sin descanso: 20 km marcha, biatlón, salto de longitud, de pértiga, triple salto, anillas, caballo con arcos, lanzamiento de peso, disco y martillo, barra fija, potro, remo, vela, waterpolo...bien alternándonos el uno con el otro, o bien colaborando para una mejor representación. Y al final intercambio de camisetas, podio, entrega de medallas con himno y bandera y hasta control antidoping.
El podio

Cuando nos salimos del papel no pudimos mas que abrazarnos y recibir las felicitaciones del público asistente que a estas alturas ya era abundante y aplaudía a rabiar. Nos decían constantemente que "vaya rato más bueno les habíamos hecho pasar", que si "se habían reído un montón", que "que payasos sois". Lo que ellos no sabían es que nosotros nos lo habíamos pasado aún mejor generando ese momento mágico.

No les llegamos ni a la suela del zapato, pero fue algo así: http://www.youtube.com/watch?v=XRxhFIH8jpo

P.D. Para que alguno me pregunte porque me voy a San Leonardo en julio en vez de ir a la playa

viernes, julio 06, 2012

Fin de curso 11/12

Acabaron las clases y las aulas vacías dejan un ambiente enrarecido en el instituto. No se oyen ya los gritos de los adolescentes que corren por los pasillos ni los ruidos y canciones que salen de sus teléfonos móviles. Sin embargo, la tranquilidad que se respira es tan bienvenida como las vacaciones que están a punto de comenzar.

Es día de reclamación de notas y se nota que no hay chavales. Unos se atreven a vestir atuendos veraniegos como bermudas y chanclas luciendo pantorrillas peludas, suceso que no se daría ni por asomo en condiciones normales, y otras acortan sus faldas y alargan sus escotes, suceso que, por desgracia, alguna que otra viene realizando durante todo el año en cuanto aumenta un poco el calor. Hay quien no es consciente de su edad y se disfraza de alumna no sé si por empatizar mejor con ellas o por simple y puro afán de lucimiento.

La mañana transcurre en la sala de profesores entre conversaciones distendidas sobre temas tan variopintos como el verano, la crisis o el futuro de los chicos. Alguien hace un comentario sobre una respuesta dada por un alumno en uno de los exámenes de junio la cual no tiene ni pies ni cabeza. Todos ríen y comienza una batalla por ver quien tiene la respuesta más cómica o más extraña.

En esas estamos cuando uno de los jefes de estudios viene a buscarme y me dice que ha venido una madre de una alumna a hablar conmigo. En seguida me levanto y voy a atenderla, pero al verla no doy crédito, es la madre de una de las mejores alumnas de mi tutoría y no entiendo qué querrá reclamar porque tiene unas notas espectaculares. Le doy la mano y la invito a pasar a la sala de visitas, pero ella rechaza tal invitación y me dice:
- Sólo vengo a darte las gracias.

- ¿Por? - respondo sorprendido.
 
- Por lo bien que has llevado la tutoría, que sé que era bastante dura, y por lo bien que has explicado las ciencias- sigo boquiabierto la argumentación de la madre - mi hija está encantada. Fíjate que me contaba cosas que dábais en clase y que había entendido a la primera pese a la dificultad y..bueno, eso que gracias.

- Bueno, también hay que tener en cuenta que su hija es una de mis mejores alumnas, si no la mejor.

- Algo ruborizada, me dice: - No, no, eso no importa, de verdad. Sólo quería darte las gracias.

Abrumado respondo: - Bueno tan solo he procurado hacer mi trabajo lo mejor que sé, pero de verdad que le agradezco mucho el que haya venido a decírmelo porque me refuerza para el futuro

Me despido de ella deseándole un buen verano y se va. Vuelvo a entrar en la sala de profesores y algunos de los compañeros con los que mejor me llevo me preguntan qué ha pasado. Les digo que me han venido a dar las gracias y me contestan con alguna que otra palmadita de felicitación en la espalda. El resto sigue a lo suyo, ni se han enterado, pero no me importa, a mí me han alegrado el día.

Y cómo hay ganas de fiesta, y siempre que la oigo me vengo arriba, ahí os va: http://www.youtube.com/watch?v=97lZqdc1_2U

martes, junio 12, 2012

La tormenta

Llueve, y esta vez lo hace con violencia. Los goterones golpean con tanta fuerza las tejas y el vidrio del tragaluz que me sacan del profundo sueño en el que, al fin, había caído.

Son las tres de la madrugada y a penas llevo acostado un par de horas. Resignado me levanto de la cama y justo antes de contactar con el interruptor un relámpago ilumina la habitación. El fogonazo ha sido potente, pero prácticamente al instante el ruido producido por el trueno hace vibrar los cristales de la habitación. La tormenta está justo encima de la ciudad, así que esto va para rato.

No entiendo como semejante estruendo no me ha despertado antes, aunque, quizá fuera uno de esos estallidos sonoros el que me soltó del suave abrazo de Morfeo. La incensante lluvia se habría encargado entonces de rematar la faena desvelándome por completo.

En cualquier caso me he despertado y el dulce remanso de paz en el que me hallaba sumido se ha esfumado del todo. No es que estuviera teniendo una visión idílica del paraíso terrenal con una supermodelo acariciándome mientras disfruto de un mojito en una de esas playas de arena blanca del Caribe, ni mucho menos. Simplemente, después de mucho tiempo sin hacerlo, estaba durmiendo tranquila y relajadamente. Todo un logro para mí.

Supongo que la culpa de todo la tienen los calores de los últimos días (demasiado elevados para la época del año en la que nos encontramos) Toda esa concentración térmica ha terminado por explotar en una tormenta rebelde y tozuda que no me deja dormir. 

Decido bajar a beber agua, con tanta cayendo ahí afuera, me ha entrado sed. Dos vasos de un trago y vuelvo a la cma con la intención de dormir profundamente. De hecho, bajo la persiana y me pongo los tapones de los oídos que siempre tengo a mano, pero la maldita lluvia ha conseguido que mis ojos permanezcan abiertos como los de un cárabo que otea el horizonte nocturno en busca de presas frescas. Sin embargo, la única presa que logro cazar soy yo mismo. Con el desvelo, la tormenta se desata en mi cabeza que comienza a funcionar a todo ritmo. 

Los pensamientos se suceden uno tras otro como en una de esas viejas películas en blanco y negro, esas en las que se aprecia el paso entre fotograma y fotograma: comentarios de mi familia sobre mi edad y mi soledad, incertidumbre sobre mi futuro laboral, recuerdos de mi abuelo, fallos pasados, demasiados errores, análisis de inoperancia e inhabilitación sentimental, ¿huída a través del deporte?, ¿eso es bueno o malo?...Suena el despertador!!

sábado, abril 14, 2012

Prometeo reinterpretado

Siempre me ha gustado la mitología y esta historia en particular, pero últimamente le he encontrado un nuevo significado. 

Cuenta la leyenda mitológica que Prometeo, hijo de Jápeto y Asia, ridiculizó a Zeus y éste enfadado por haber caído en el engaño decidió retirar el fuego de la Tierra dejando a los hombres solos ante el frío y las enfermedades. Prometeo que no temía a los dioses subió al monte Olimpo y robó el fuego del carro de Helios para devolvérselo a los seres humanos. Así este Titán se convirtió en nuestro gran amigo.

Zeus se vengó de la humanidad enviando a Pandora, la cual, insensata ella, abrió la caja que contenía todas las desgracias del mundo. Pero no se olvidó de las afrentas de Prometeo y con él se ensañó de manera especial. Fue encadenado de pies y manos y llevado al Caúcaso, allí el rey de los dioses envió un águila para que comiera el hígado del Titán. Al ser éste inmortal, su hígado volvía a regenerarse cada día y, cada mañana volvía la rapaz para devorarlo.

El castigo debía durar toda la eternidad, pero al cabo de un tiempo, Prometeo fue liberado por Heracles que con una de sus flechas mató al águila. Al ser Heracles hijo de Zeus, éste permitió la liberación del titán a fin de lograr mayor gloria para su vástago. Sin embargo, Prometeo debía llevar para siempre, y como castigo definitivo, un anillo atado en su muñeca con un trozo de la roca a la que fue encadenado.

Lo que no sabemos, y la historia tampoco lo cuenta, es lo que hacen los humanos con el fuego. Unos lo aprovechan para calentarse, cocinar, y vivir bien, pero otros lo utilizan para forjar armas con las que matar a otros humanos. Y al igual que Prometeo, a veces robamos del monte Olimpo que somos nosotros mismos  el fuego para dárselo a algún humano, sin saber lo que va a hacer con él. 

No hace falta ningún dios porque el castigo viene implícito, al igual que Prometeo nos vemos encadenados, pero en vez de a una roca, a una persona. Lo cual en principio no debería ser problemático, bendito castigo, pensaréis algunos, se convierte en un problema que radica en que somos nosostros los que nos vemos encadenados. De nuevo no contamos con lo que va a hacer esa persona con tal apresamiento. Así cuando, con el hígado más o menos maltratado porque el nuestro, pobres humanos, no se regenera como el de los titanes, nos vemos liberados el castigo continúa y esta vez sí que es eterno.

Ya no hay fuego en nuestro interior, el Olimpo está cubierto de hielo, las mariposas no revolotean  y multitud de carámbanos cuelgan de los árboles. Como reminiscencia de nuestra triste historia nos queda una pulsera con la que arrastramos  un trozo de la roca a la que fuimos atados, es decir, de la persona a la que entregamos nuestro fuego y de la que ya no podremos liberarnos jamás.

jueves, abril 05, 2012

Paseos primaverales

Sol primaveral luciendo en las alturas y fabricando con su calor una atmósfera de sopor y sudores a la hora d ela siesta. La comida, lo más fresca posible, ha sido frugal debido a la negativa del estómago a admitir más sustento. Es de suponer que el calor es un factor limitante para las células parietales del epitelio gástrico, aunque no para los miocitos de mis piernas que con sus contracciones perfectamente sincronizadas me llevan a la calle.

Bajo un cielo azul de papel celofán en el que ninguna nube se atreve a romper la armonía monótona reinante me reuno con mis compañeros de ruta. Del conjunto de trastornados-aventureros que todos los martes nos dedicamos a caminar por el monte, hoy solamente hemos aparecido cuatro, y rápidamente decidimos que ante una tarde así, merece la pena tomárselo con calma y disfrutar del paisaje.

Un paisaje ciertamente humanizado, en el que la fértil llanura de inundación de un río, demuestra ser el lugar idóneo para plantar patatas, colza e incluso chopos. Pero pese a la insistencia de los hombres por dominar el entorno, éste demuestra que tiene su lado salvaje. Su naturaleza y el alma de su ser, el río, duermen un sueño profundo y tranquilo, del cual sin embargo, pueden despertarse en cualquier momento para grabar en piedra sus pensamientos como demuestran las Barrancas de Santalla y Priaranza.

Esta formación parece ser el resto de diversos aluviones que rellenaron una cuenca sedimentaria datada según varias informaciones consultadas en 35 millones de años. Los limos, arcillas y conglomerados arrastrados y depositados allí han sido erosionados por acción fluvial y eólica dejando ver a las claras las coladas de fango y los paleocanales. El resultado es una catedral natural coloreada de rojo por la oxidación de los compuestos de hierro de los minerales presentes y que muestra las cicatrices de un pasado remoto y turbulento. (ver foto)

Continuamos camino hacia Rimor y la tarde va cayendo poco a poco. Viñas abandonadas salpican el sendero y los árboles lucen su floración temparana con todo su esplendor. Majuelos, almendros y sobre todo cerezos que aquí, en El Bierzo, son un recurso económico importante. Miles de pequeñas y frágiles flores blancas cubren las ramas, todavía desnudas de hojas en algunos casos, adornándolas con un sueve vestido de satén y encajes. Algunas tienen tantas flores que parecen pequeños penachos algodonosos semejantes a una nube dibujada por un niño.

Desde una colina divisamos los campos de cerezos que rodean a la pequeña población de Rimor y el espectáculo que se muestra generoso de color ante nosostros nos llena de tal manera que sin necesidad de ponernos de acuerdo verbalmente todos nos quedamos en silencio disfrutando de la primavera.

Sin duda, un gran momento para ir al monte.

Evidentemente hoy toca Delincuencia: http://www.youtube.com/watch?v=3eQQ_j3z6HM&feature=related

sábado, marzo 24, 2012

Encanto granadino

Resulta que volví, como había prometido regresé a la ciudad de la que hace unos años me enamoré profundamente. Sin embargo no cumplí mi promesa del todo. Había prometido volver y devolverle a aquellos edificios encalados cuyos muros guardan tantas bellas historias el amor que me profesaron cuando los visité, y la única manera que se me ocurrió en aquel momento, fue prometer volver enamorado, para que las calles empedradas y el silencioso río Darro absorvieran parte de ese amor que manaría de mí como el agua en las fuentes del Generalife.

No cumplí esta última parte de mi promesa porque viajé con mi familia a la hermosa ciudad de Granada (como muchos ya habréis deducido) La festividad de San José y la emigración de mi hermana a tierras andaluzas muy próximas a la capital del antiguo reino nazarí fueron la excusa perfecta para líar a mis padres y revisitarla de nuevo.

Es obvio que la perspectiva cambiaba al ir acompañado de la parentela, pero se me antojaba, cuando menos una visita curiosa. Mi hermana lleva allí ya unos meses tabajando y empieza a conocer lugares que por desgracia en una visita fugaz, como la anterior que hice a la ciudad, no pueden descubrirse. Cuando viajas por primera vez a un sitio y tienes un manojo de días, nada más, te centras en conocer lo más representativo del lugar y Granada tiene multitud de lugares y rincones representativos. Simplemente viendo la Alhambra puedes pasarte un día entero, mientras paladeas las yeserías del palacio de los embajadores o la geometría del azulejado andalusí, por no hablar de la magnificencia de los jardines del Generalife o el embrujo místico de las albercas del palacio.

Esta vez, en cambio, no visité la Alhambra, todos la habíamos visto ya y pese a la tentación de una primavera adelantada y florida en el palacio, nos dejamos guíar por mi hermana a fin de desgustar algunas de las mejores tapas de la ciudad. En la taberna Los pescadores disfrutamos de unos rejos y unas albóndigas caseras dignas de mención y en una de las cafeterías/pub que se sitúan en los bajos de la plaza de toros saboreamos unos cafés deliciosos sentados en butacas de diseño exclusivísimas. Lástima de música house que rompía el momento relax.

Tras una comilona el paseo se hace obligatorio y puesto que ninguno de los tres había subido al mirador de San Nicolás, cambiaron las tornas y me tocó hacer de guía a mí. Al llegar comprobamos que el buen tiempo había animado a un número importante de gente, lo cual impedía apreciar el lugar como debe de ser (ventajas de ir en invierno y medio lloviendo, lo tienes solito para tí y para el gitano que se gana la vida tocando la guitarra para los turistas) Con ello me los llevé Albayzin abajo hasta la plaza nueva cayeron unos gin tonics en una de sus terrazas.

Allí, contemplando y escuchando a un grupo de jazz que también trataba de ganarse sus dineros la ciudad me llamó. Sí, sí, me dijo: "déjales un ratito solos y vente a disfrutar conmigo" Como casi siempre, hice caso de la tentación y me fuí Carrera del Darro arriba (la que para mí es la calle más bonita del mundo) para caminar por el Paseo de los Tristes donde la divisé desde abajo. Allí estaba, alzánzose majestuosa sobre su colina, el alma de Granada, La Alhambra. Me senté en un banco simplemente para contemplarla y dejé volar mi mente.

No sé cómo pero las dos veces que la he visitado he acabado paseando sus calles a solas con ella, ¿será que me quiere sólo para sí? Si es así, que sea, eso debe ser amor, porque cuando me llama, voy sin dudarlo y una vez entre sus brazos me siento muy pequeño, pero muy feliz a la vez.

Morente y Tomatito, vaya dos!! http://www.youtube.com/watch?v=fZ4D5p6n0g0

domingo, marzo 11, 2012

Asociaciones interespecíficas

Hace ya unos días explicaba a mis alumnos de 2º de la ESO las bases de la ecología, definíamos poblaciones, comunidades y ecosistemas. En ésta última descricpicón veíamos que la importancia de las relaciones que se establecen entre el biotopo y la biocenosis es fundamental para definir perfectamente el ecosistema. Llegados a ese punto tratábamos de interpretar y entender algunas de las relaciones más comunes entre individuos de la misma o de diferente especie.

Dentro de las relaciones interespecíficas les explicaba que la manera más sencilla de analizarlas es dar un positivo, un negativo o un cero a cada especie, en función de si obtienen beneficio, perjuicio o les es indiferente el hecho de establecer dichas relaciones. Así por ejemplo hablábamos del comensalismo como una relación +,0 en la que un individuo obtiene un beneficio, mientras que al otro le da igual y poníamos como ejemplo al pez rémora que se alimenta de los restos de comida de los tiburones.

Una vez vista, pasamos a las relaciones interespecíficas +,+ es decir, aquellas en las que ambos individuos obtienen beneficios. Yo les explicaba que extistían dos: mutualismo y simbiosis. En la primera les ponía el ejemplo de la garcilla bueyera que se alimenta de los parásitos de los búfalos de agua y en el segundo caso les ponía el ejemplo de un líquen formado por alga y hongo. Sin embargo, les pedía que pensaran un poco: - "Si sus efectos son iguales ¿cómo es que se llaman de distinta manera?"

Lo cierto es que a los chicos les costó y tuve que echarles una mano. Evidentemente se fijaban en los efectos, no en el interior de la relación, en el análisis de cada especie por separado. Así les expliqué que en el caso del mutualismo hablamos de una relación momentánea en la que cada individuo puede vivir perfectamente sin el otro, mientras que en el caso de la simbiosis es una relación tan estrecha que una especie no puede vivir sin la otra. Y justo cuando terminaba de explicarles esto, una alumna me espetó: - "Entonces, eso profe, es como el amor, cuando te enamoras de un chico no puedes vivir sin él"

Al oírlo mi primera reacción fue reírme, no sé por qué, pero fue así. Me contuve y le hice ver que no era comparable porque chicos y chicas somos de la misma especie, y ella se quedó, a mi juicio, un poco chafada. Supongo que en su bendita inocencia, cree profundamente que eso es cierto y esperaba una respuesta de mí mucho más idílica en la cual le diese la razón, pero también me dió que pensar. Al fin y al cabo el amor, tal y como lo ve la mayoría de la gente, es como una relación simbiótica entre individuos de la misma especie. Los novios no pueden vivir el uno sin el otro, y cuando están separados piensan constantemente en la otra persona poniéndose tristes al no estar a su lado. De hecho nos venden que el amor de verdad es aquel que sientes por una persona de forma tan intensa que cuando no está contigo mueres, como el alga cuando se la separa del hongo.

Por desgracia, mi pensamiento en cuestiones amororosas tiende más hacia el mutualismo en el que la independencia del individuo es fundamental para la buena marcha de la relación. Si la garcilla se alimentara sólo de parásitos lo llevaría crudo para vivir, al igual que el rinoceronte si tuviera que depender de no tener parásitos para sobrevivir. Obviamente la existencia de ambos mejora cuando están unidos, pero sus individualidades enriquecen la misma de forma inequívoca.

Recuerdo que cuando iba al instituto también pensaba en el amor como mi alumna, pero supongo que la experiencia y los años te van haciendo más incrédulo (o más realista, según se mire) Al escribir esto siento cierta tristeza por esa ilusión y esa credulidad perdida, pero me consuela pensar que al menos creo en el mutualismo.

Los pensamientos son incontrolables: http://www.youtube.com/watch?v=tW9fJ8Qd6H4

domingo, febrero 26, 2012

Pal sur

Cada vez que bajo a Cádiz, y van unas cuantas, vuelvo con la firme convicción de que la calidad de vida allí es mucho mejor que la de aquí, que la gente sabe aprovechar el tiempo que tiene y sin embargo, siempre digo que no querría vivir y trabajar en Andalucía ni por asomo. Lo asocio a un destino vacacional y quizá sea por eso que me encanta escaparme al sur.

Podría dármelas de cultureta gafapasta y deciros que viajé a Cádiz con motivo de la conmemoración del bicentenario de la promulgación de la primera Constitución Española. Una constitución, conocida como La Pepa, puesto que se promulgó el día de San José y, que convertía a todos los súbditos del absolutismo imperante en ciudadanos de pro, con sus derechos y sus deberes, y que, además servía para tratar de unir todo un imperio colonial bajo una idea de Estado hasta entonces inédita. Pero el motivo de mi visita fue otro.

Hace unos años mi grupo de amigos se reunió en Cádiz por estas fechas a fin de celebrar los carnavales y sobre todo de hacer una reunión tras la dispersión que supuso acabar los estudios en la universidad y comenzar nuestras vidas laborales. El caso es que por motivos que ahora no vienen a cuento el que suscribe estas líneas no pudo asistir a tal encuentro con la subsiguiente espinita que se le quedó clavada por no haber podido disfrutar de la compañía de sus amigos en un destino que le apasiona.

Sin embargo, a veces la vida te da segundas oportunidades, son escasas y cuando ocurren hay que cogerlas al vuelo. La oportunidad surgió en forma de vacante asignada por la Junta de Andalucía a mi amigo Alberto al cual le ha tocado dar clase este año en Jerez de la Frontera y sin dudarlo hablé con él y solicité alojamiento con desayuno en su casa. Ninguno de mis amigos se animó puesto que o bien ya habían estado allí, o bien curraban, pero cosas del destino, no tuve que bajar solo. Dos amigas de la novia de mi amigo que se encontraba en Jerez con él (os doy tiempo para que os aclaréis) se apuntaron a realizar el trayecto conmigo.

Los carnavales eran la excusa, pero ya que estábamos allí los íbamos a difrutar al máximo. El verdadero sentido del viaje era ver a un gran amigo y desconectar de la monotonía del trabajo y las clases en un lugar que como ya os dije antes, me transporta a un estado de relax vacacional, difícilmente alcanzable en cualquier otro sitio. Coros, chirigotas y mucha cerveza corrieron durante el sábado y al caer la noche llegó el momento de la transformación: magos, mecánicas del amor, ratitas presumidas, mesoneros, viejos rockeros y hasta caperucita roja, que pasaba por allí conformamos un grupo que no por heterogéneo iba a disfrutar menos de la juerga.

Como podéis imaginaros la juerga se alargó hasta las tantas y muchos de los malos rollos que arrastraba se quedaron en la bahía de Cádiz junto a los cientos de los navíos hundidos en diversas batallas que allí han tenido lugar (me pongo otra vez cultureta, paro ya) Al día siguiente y con algo de resaca conocimos Arcos de la Frontera, en mi caso, ya por segunda vez, pero ante un lugar tan hermoso siempre se descubren cosas nuevas y entre ellas un arroz negro que resucitaba a un muerto.

No podíamos irnos de Jerez sin conocer su catedral y el alcázar, que dicho sea de paso, me enamoró. Por supuesto hubo visita a las famosas bodegas de vino fino, y más anchos que largos nos fuimos a la más conocida de todas, González Byass. Nombre que seguramente no os diga nada, pero si os digo que allí es donde se fabrica Tío Pepe, seguro que os suena, ¿a que sí? Visita recomendable, aunque desde aquí lanzo una crítica, que para eso sirve también esta bitácora, el precio está un poco infladito.

En fin, como podéis ver, tres días completitos en los que lo de menos fue el palizón de coche, y lo de más el disfrute de los amigos en un destino magnífico. Desde aquí, gracias a todos los que leais estas líneas y sepáis de lo que en ellas hablo, y en especial a mi amigo Beto que tiene el don especial de cargarme las pilas.

Ni que pintada:http://www.youtube.com/watch?v=hMq-ep1fJmI

Canción en la que aparecían las acacias que en realidad eran jacarandás:http://www.youtube.com/watch?v=UzwraaGDeXY

lunes, enero 30, 2012

Santiago y los osos

Cuando cuento la historia de mi primer día en Cabárceno tengo la impresión de que la gente no termina de creérselo del todo. Les digo que nada más llegar, a las 8 de la mañana, me dicen que tengo que subir al recinto de los osos porque están desbrozando el vallado electrificado para que funcione correctamente. A los operarios encargados de hacerlo les da miedo estar con los plantígrados rondándoles y hay que estar allí con ellos.

Sin saber que pintaba yo allí ni como iba a defenderles pero con toda mi buena voluntad me dispuse a subir en el todoterreno hasta el lugar indicado. Allí me esperaba Santiago, el jefe de veterinarios y director del parque a efectos. Un hombre de aspecto recio con bigote ampliamente poblado y mirada franca. De esos que deduces que son buena gente sólo con verlos, aunque de primeras parezcan duros como un morrillo. Me echó un vistazo de abajo a arriba y, al verme, por su risilla socarrona, supongo que pensó "puede servir"

Así, comenzó a explicarme mi labor que no era otra que vigilar que no se acercase ningún oso a la zona de trabajo. Para ello abrió el portón trasero del coche y me dotó de un arma defensiva fundamental en el parque, un vara de avellano tan alta como yo que con gentil sutileza depositó en mis manos.
- "Si viene un oso la mueves y le tiras una piedra a los pies" - continuó diciéndome.

Tal debía de ser mi sorpresa y tan abiertos debían estar mis ojos que se apresuró a tranquilizarme diciendo: - "No te preocupes, si se acercan normalmente es para curiosear, si les tiras la piedra y das una voz, normalmente se van" Y añadió bromeando y para picarme un poco: - "Además un cazurro como tú, joven y fuerte, no tendrá miedo de un oso, ¿no?"

De todo lo que dijo, lo que más resonó en mi cabeza fue la palabra "normalmente". Yo me preguntaba ¿y qué pasa si viene un oso y por más que insista no se va? Me sentía como un hombre prehistórico dispuesto a defender mi vida ante las bestias salvajes que me rodeaban con lo que tenía a mano, palos y piedras, pero lo cierto es que no ocurrió nada. Se acercaron un par de osos, y he de decir que uno de ellos lo hizo lo suficiente como para dejarme paralizado, pero una piedra certera le cayó a los pies y se alejó corriendo. Al cabo, mientras volvía a sujetar su vara de avellano con las dos manos, de la boca de Santiago salío un "ay! este cazurro que está dormido, espabila que te van a comer, jajaja"

Pues bien, después de ello las aventuras continuaron durante casi un mes, pero insisto, cuando lo cuento pienso que la gente supone que aderezo el lance o lo que es peor, que me lo invento. Pero el otro día, tras un viaje de domingo de casi cuatro horas llegué a casa y me repanchingué en el sofá. Lo primero que pillé fue a un tristemente famoso leonés apodado Frank de la jungla (supongo que Francisco no es muy televisivo) enseñando animales. Por referencias sabía que el susodicho naturalista (si es que puede llamarse así) había tenido bastante éxito con un programa en el que mostraba la fauna salvaje del sudeste asiático, pero lo que salía por la pantalla de mi televisor era sin duda, fauna ibérica.

Me picó la curiosidad y me quedé a verlo, al parecer ahora se ha venido a España a contarnos lo que hay por aquí, que por otra parte manda narices!! Será que no hay gente preparada en este país, en fin.

El caso es que al cabo de un ratito salió Cabárceno y mi admirado Santiago mostrándole como el parque había sido una antigua mina de hierro y lo que más me sorprendió es que le llevó a ver a los osos y le hizo la misma jugada que a mí, eso sí, con un osezno. No me lo podía creer, y al verle espantar a uno de los grandes con una piedra y a gritos mientras Frank le miraba boquiabierto, no pude hacer otra cosa más que reírme a carcajadas. Maldita casualidad!!


Últimos 6 ó 7 minutos.
http://www.mitele.es/programas-tv/la-selva-en-casa/temporada-1/programa-5/