La cuestión es que, basándose en un aumento de 3 grados en la temperatura media global, por encima de la temperatura preindustrial, la distribución de las poblaciones aviares europeas y norteafricanas sufrirá un cambio espectacular antes de finales de siglo. Los modelos se basan el estudio del "espacio climático" (calidez del clima y disponibilidad de agua), y preciden que una especie típica de Europa se desplazará unos 550 Km hacia el noreste. Así especies como el busaro moro o el halcón borní invadirían nuestro país, mientras que especies mediterráneas como el cernícalo primilla o el abejaruco colonizarían el centor de Europa.
Nó solo eso, esa colonización depende de la capacidad de adaptación de cada especie a los nuevos recursos, lo cual haría bajar las poblaciones entre un 9% y un 40% de media en Europa. En España, la situación es aún peor debido a las características particulares del clima. Se estima que la pérdida de población se situará entre el 50% y el 60%. Pero lo peor es que muchas especies se verán abocadas a la extinción como el águila imperial ibérica, el buitre negro o el alimoche. Otras, como el urogallo o la alondra de Dupont, simplemente se extinguirán.
En fin, las aves no son más que otro indicador del cambio climático. La solución es complicada y pasa por una consolidación de la Red Natura 2000 que ayude a la biodiversidad, pero sobre todo por una mayor concienciación y sensibilización hacia el problema por parte de todos los ámbitos de la sociedad. Quizá si todo el mundo las viera como los aficionados a la ornitología las vemos cambiaría la cosa. Mientras tanto solo puedo asquearme ante comentarios como el que hizo Mariano Rajoy acerca de su primo y que por desgracia proliferan en nuestra sociedad.