lunes, marzo 05, 2007

REVIENTA VENTA!!!!



Venta de Baños es un pueblo de la estepa palentina, irremediablemente atado al ferrocarril que, en sus buenos tiempos, elevó considerablemente la población activa a cotas que ni los más viejos del lugar pensaron alcanzar nunca. También es conocido por su famosa basílica visigótica y por tener al lado la factoría de automóviles de Renault. Pero no estoy aquí por eso, sino porque Venta es el pueblo de Javi y este fin de semana lo hemos reventado.


Como siempre hubo que planificar la quedada con tiempo, pero al final salió bien, y nos juntamos los amigos. Esos que, con razón, dicen que se cuentan con los dedos de la mano y que valen más que un tesoro. Yo lo he comprobado y día a día lo corroboro.


Llegamos el viernes y después de asentarnos, usurpar la casa de los padres de Javi e invitarles amablemente a que se fueran, nos fuimos a la bodega de la familia para montar una parrillada. Después de tardar un montón de tiempo en hacer brasas, los chorizos y la panceta (invitación de la madre del más famoso cultivador de células de la universidad de León) entraron como el más dulce manjar que ningún califa haya probado. Si a ello sumamos un vinito de Rioja y la agradable compañía de las amigas del anfitrión, pues para que contar más.


La madrugada continuó entre muchas risas, una pocha y varias copas. Sin darnos cuenta el sábado llegó. Pollo a la cerveza para comer, que es bueno para la resaca y timba de póker. Sin malos rollos que para eso estábamos entre amigos. Después yegó la hora de salir de fiesta para reventar Venta. Jugando un quinito a la luz de un eclipse total de luna todos presagiábamos una noche loca. Y pese a la doble baja prematura por motivos físicos y las caras de perro de los meadores de novias, fue una noche cojonuda.


El domingo empezó con una par de huevos fritos con pimentón! y continuó con un ritmo descendente por el cansancio. Después de la obligada visita a la basílica y de recoger la casa nos volvimos a León. Mientras tanto comenzaba a llover, como si el cielo de Venta se entristeciera por nuestra partida.


En fin, dicen que cuando se produce un eclipse ocurren cosas maravillosas y estraordinarias. Y es verdad, ha ocurrido algo magnífico, la unión de cinco amigos (y uno, valenciano de adopción, que no pudo venir) en un pueblo no demasiado bonito, pero que en estos días ha sido como el paraíso.


¡¡¡¡MIL GRACIAS DE NUEVO JAVI!!!!

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