Microeólica
Hace ya unos cuantos años, mientras estaba estudiando en la facultad me apunté como socio en Avafes (Veterinarios para la Atención de la Fauna Exótica y Salvaje) No soy veterinario, pero los cursos que ofertaba esta asociación eran bastante atractivos por sus contenidos y por la adquisición de experiencias nuevas para un biólogo como yo.
Esta asociación no solo organizaba cursos sino también prácticas de colaboración en centros de recuperación de todo el país. Si tenías ganas y tiempo, podías irte como mínimo quince días a trabajar en estos centros y a aprender de primera mano lo que se cuece en ellos, con gastos de alojamiento incluídos (manutención no, eso sí) En fin un chollo para estos centros ávidos de personal barato (gratuíto diría yo) y para los estudiantes a los que se nos daba la oportunidad de conocer la realidad del trabajo de campo.
Los centros más solicitados siempre eran los más grandes y famosos como Grefa o el CRAM, pero a mí por ser un novato me tocó irme a Asturias, concretamente a Luarca, para echar una mano en CEPESMA (Coordinadora para el estudio y la conservación de las especies marinas) Una pequeña organización no lucrativa que trataba de dar a conocer la biodiversidad marina del Cantábrico mediante la sensibilización y el trabajo de recuperación.
Al llegar allí me sorprendió algo que no había visto nunca, el centro de recuperación era autosuficiente energéticamente gracias a dos placas solares instaladas en el techo y a un pequeño molino de viento que había en el patio. Estuve casi un mes trabajando allí, alimentando gaviotas, pardelas y tortugas heridas o deshidratadas. El desastre del Prestige ya había pasado y la verdad es que el curro era muy llevadero. Hasta tuve tiempo de limpiar el esqueleto de una marsopa que había aparecido varada hacía unos meses con el fin de exponerlo en el pequeño museo que tenían en Luarca.
Hoy me acuerdo de todo esto porque ha salido a la luz una noticia que expresa la posibilidad de negocio de la energía microeólica. La instalación de pequeños aerogeneradores en las casas supondría un ahorro energético brutal y a las pruebas me remito. En esos días en CEPESMA nunca tuve un problema con la luz, y eso que había aparatos conectados en el pequeño hospital veterinario.
El problema para este tipo de energía, como siempre, llega desde la administración. No hay una legislación eficaz para ella y por tanto no se le pueden otorgar subvenciones. De hecho está integrada dentro de la energía eólica tradicional, la de los grandes molinos que cada vez proliferan más en los montes. Obviamente estos pequeños aerogeneradores no causan impactos ambientales tan graves como los enormes parques de Tarifa (por poner un ejemplo) Pero su avance se ve frenado, en la inmensa mayoría de los casos, por el laberinto burocrático al que hay que enfrentarse a la hora de su instalación, puesto que éste es el mismo para cualquier modelo de energía eólica.
En la noticia que leí se solititaba una legislación que contemplase a la microeólica como una fuente de energía independiente y yo, desde aquí, espero que no tarde mucho en ser una realidad.
¿Y por qué no ser aire?:http://www.youtube.com/watch?v=0g5jcL5mT3Q
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Saludos!!