sábado, enero 30, 2010

Hermanamietos

Hace ya un tiempo la ciudad de León se hermanó con la francesa Chartres. Muchos eran los motivos que favorecían el estrechamiento de relaciones entre estas dos urbes. El primero de ellos es su origen romano, aunque bien es cierto que el de la ciudad gala se remonta a los pueblos celtas llamados Carnutes, quizá también en eso coincidamos, puesto que son muchos los asentamientos celtas en la provincia de León, eso sí, ninguno en la propia capital.

Otra de las coincidencias entre León y Chartres es su implicación en el Camino de Santiago, del cual a buen seguro, hablaré durante este año, ya que como muchos de vosotros sabréis el 2010 es Año Santo Xacobeo. Pero sin duda, el motivo principal de nuestro hermanamiento es que compartimos dos de las joyas más importantes del arte gótico europeo, nuestras catedrales. Sólo conozco la de Chartres por fotos, pero estoy seguro que cualquiera que visite León, no podrá dejar de asombrarse ante la belleza y majestuosidad de la Pulcra Leonina, sobre todo si se detiene a observarla de noche, cuando la iluminación artificial muestra su impresionante arquitectura recortada en el cielo oscuro.

Y no sólo las catedrales, estoy seguro que más de uno lo discutiría, y si no me creéis preguntásdselo a los burgaleses o a los habitantes del barrio de Notre Dame en París. Pues para todos ellos, decirles que además de la catedral, el último motivo de hermanamiento entre mi amada León y la, hasta ahora, desconocida para mí, Chartres, el motivo que no admite discusión, es que ambas catedrales pugnan amistosamente por ver cual de ellas tiene las vidrieras más bonitas, no sólo de Europa, sino del mundo.

Pues bien, hoy leo en el periódico que con motivo del 1100 aniversario de la fundación del reino de León, se ha propuesto un nuevo hermanamiento. Esta vez la elegida es una ciudad española con mucha historia y que al igual que León, desde mi punto de vista, es una gran desconocida. Estoy hablando de Córdoba, la antigua capital del califato omeya que hoy en día se encuetra olvidada del turista que prefiere conocer Sevilla y Granada cuando visita Andalucía, y sin embargo se olvida de deslumbrarse ante la sala de las columnas de la Gran Mezquita o tratar de imaginarse la inmensidad de la Medina Al-Zahra. De hecho, y me quedo con una cita que no es mía pero bien me hubiera gustado firmar, la imporatancia de ambas ciudades es tal decía un famoso actor que León debería ser el padre de España y Córdoba la madre.

Durante muchos años el califato guerreó contra los pueblos cristianos, entre los que se encontraba el reino de León. Unas veces la victoria cayó del lado árabe como en el caso del arrasamiento y humillación que Almanzor infrigió a la población leonesa, agrandando el territorio califal hasta los límites de la Cordillera Cantábrica. Otras, fueron los reyes de León los que derrotaron al ejército moro, como por ejemplo en la batalla de Simancas donde Ramiro II,al frente de una coalición navarra, aragonesa y leonesa, aniquiló a las huestes de Abderramán III que huyó mal herido permitiendo ampliar fronteras al reino de León, desde el Duero hasta el Tormes.
Hoy ya no es tiempo de batallas, si no de reencuentros. Son muchos los puntos que nos unen con Córdoba y muchos más los que nos separan culturalmente. Ambas ciudades fueron capitales fundamentales en la historia de España, ambas regidas por grandes mandatarios, pero una cristiana y la otra mora. Todo ello ha forjado una diferencia cultural tremenda entre las mismas, pero como digo es momento de reencuetro, de entregarnos al conocimiento de nuevas culturas que sin embargo comparten una historia común a la nuestra. Yo por mi parte, sólo espero que este hermanamiento vaya hacia adelante y que sirva para dar a conocer a la población las increíbles páginas que escribieron en la historia los habitantes de León y de Córdoba durante la Edad Media.
Hoy os dejo con uno de los mejores pipers del mundo. Por cierto ¿quién me invita a 100 con cola? jaja:

1 comentario:

Desde la sombra dijo...

Otra gran lección sobre Historia.Con la Historia tan rica que tenemos tanto a nivel de León como a nivel de España, es una pena que la gente cada vez sienta menos interés por estas cosas. Será que los demás somos unos nostálgicos que nos gusta indagar y saber todo lo que pasó antes de que existiésemos.
Si tengo que comparar Chartres con la Pulchra Leonina, me quedo con la nuestra por un motivo en concreto:es más luminosa la nuestra,tanto por fuera como por dentro.Ambas son preciosas(yo tuve la oportunidad de ver Chartres in situ)pero la nuestra me gusta más porque dentro del gótico es la más pura por su sencillez,la francesa tiene un aire más tétrico.Menos mal que la nuestra cada vez es más conocida,merecido lo tiene.
Un saludo.
pd.¿te importa que ponga un enlace a tu blog en el mío?