sábado, septiembre 06, 2008

Olores y recuerdos

Hoy me ha vuelto a ocurrir, hoy he vuelto a recordar, y gran parte de culpa la tiene un olor. Los que seguís asiduamente esta bitácora sabéis que tengo una especial sensibilidad hacia los aromas, pero es que este es uno de esos que me ha dejado marcado para siempre. Es un olor intenso y dulce, pero a la vez muy persistente en el ambiente, con lo cual los recuerdos que éste evoca también tardan en desvanecerse entre la bruma del pasado. Y lo malo es que una vez que lo han hecho, basta con que capte una leve brisa que arrastre las partículas cargadas con la química del perfume en cuestión para que un torbellino de imágenes inunde mi mente.

Obviamente el pasado tiene forma de mujer y su fragancia ha dejado huella. Con ella tuve un relación que no sé definir muy bien, una mezcla de todas las relaciones típicas que se producen entre hombres y mujeres. Y de ese revoltijo de clichés surgió algo diferente, algo especial que duró lo que duró, a penas unos meses, pero que sigue apareciendo en mis pensamientos una y otra vez debido a ese olor. Lo bueno (o lo malo, según con el cristal con que se mire) es que los recuerdos que me sobrevienen cuando la pituitaria envía sus señales directamente al cerebro me teletransportan a situaciones maravillosas que vivimos juntos. Los malos momentos que pasamos se han esfumado como los vilanos del diente de león en una tarde ventosa.

Por si esto fuera poco mi área cerebral del recuerdo no se vé solamente estimulada por el sentido del olfato, sino que también el oído pone su granito de arena y se suma al festival de evocaciones. Concretamente una canción es la que en armonía con la fragancia (Amor Amor de Cacharel) provoca e mi mente y en todo mi cuerpo una especie de parálisis, un estado de trance en el que las imágenes se hacen cada vez más nítidas, el resto de mis sentidos se despiertan y perciben sensaciones que parecen reales. Hasta que en el punto álgido de dicho trance puedo sentir incluso emociones vividas con esa chica.

En fin los olores son una debilidad para mí y éste concretamente todavía más. La cuestión es que mi hermana se ha comprado hace poco tiempo el dichoso prefume y todavía no sé que hacer, si tirarselo por el fregadero poco a poco o dejar que lo siga utilizando con las consecuencias que ello conlleva. De momento lo tiene en el baño y lo cierto es que me gusta saber que está ahí y que en cualquier momento se lo puede poner y pillarme por sorpresa.

Os dejo el enlace de la canción
http://es.youtube.com/watch?v=TjetBXDdJCY&feature=related



1 comentario:

Anónimo dijo...

No sólo son los olores, también esas canciones que han formado parte de tu historia, que forman su banda sonora...Cuando suenan, no hay vuelta atrás. La memoria a veces es una gran enemiga.


Me gusta tu bitácora!

Un saludo