La cuestión es que estaba de farra y al igual que en una película de ciencia ficción noté como mi alma salía de mi cuerpo y pude verme a mí mismo desempeñando el papel del amigo simpático, el "graciosito" o lo que es aún peor, el majo. Un juglar que entretiene a la masa mientras las tramas importantes del palacio se poducen en otras estancias ajenas a él. Este rol de bufón de la corte no lo he elegido yo, pero entiendo que inconscientemente me sale la vena de payaso frustrado, y por tanto lo asumo. A todo el mundo le gustaría ser protagonista en algún momento. Hasta a Ed Harris, el eterno secundario del que hemos hablado estos días en Noja, y que en la mayoría de los casos borda sus papeles por escasos que sean.
El problema es que en el cine se reconoce el mérito de los secundarios mediante premios en forma de estatuíllas o con críticas favorables. En la vida real, sin embargo, esto no existe y me tengo que conformar con una palmadita en la espalda o un "pero que majo que eres", que duele más de lo que parece. El premio gordo siempre se lo llevan otros. De todas formas no puedo cambiar, soy así, con lo cual sólo me queda resignarme a formar parte de la película.
Como consuelo me queda que al menos dicha película, la que hacemos mi grupo de amigos y yo, la película de la vida es un film que se merece el mayor de los premios. ¿Con eso debería llegarme no?
P.D. Con esta cumplo 100 entradas y como felicitación he pensado en poner el mundo al revés y ser yo el que os regale algo así que, ahí va el enlace. Espero que os guste:
http://es.youtube.com/watch?v=jSMuCe8uBdg&feature=related
1 comentario:
algun dia los payasos dominanemos el mundo!!!!!!!!!!!!!!!!!
naniano naniano
q tal chavalote???
en na estoy otra vez en leon asi q a ver si nos vemos.
vijande.
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