lunes, septiembre 10, 2007

Incertidumbres

La palabra clave del día de hoy sin duda alguna es incertidumbre, pero no es la única, está acompañada de agobio y desasosiego. Tres sentimientos que no me gustan nada y que estoy experimentando en mis propias carnes, y lo que es aún peor, en mi propio espíritu.

Todo comienza con la dichosa beca que me han concedido y mi reciente incorporación al departamento en la universidad. Sé de sobra que ser un becario implica sacrificios y malos ratos, en definitiva, pringar como un campeón. Pero también sé que de dicho esfuerzo se obtienen beneficios a largo plazo que no todo el mundo puede alcanzar. Lo tengo claro, sé a lo que me enfrento al haber aceptado la beca de la Junta, y asumo todo lo que la misma implica.

Hoy, después de unos días de aterrizaje en el área de Zoología, de pelear por un rinconcito en uno de los despachos, hoy por fin, me he instalado. Cualquier biólogo con vocación de doctor en mi situación, hubiera vivido el momento de sentarse en la silla y de sentirse uno más del departamento como una experiencia casi religiosa. Pues bien, a mí me ha ocurrido justo lo contrario, me he sentido extraño, como fuera de mi medio vital, parecía como si todo se torciera.

Al cabo de un rato recopilando información acerca de la plaga de topillos que asola los campos de Castilla y que está tan en boga, la sensación de agobio era tan grande que tuve que irme. La cuestión que martilleaba mi cerebro (y que todavia lo martillea) es si la elección ha sido la correcta. No es normal que hable con mis familiares breciles que son maestros y desee estar en su lugar en vez de investigando, que es para lo que he estudiado. Al momento, otra duda aún peor asalta mi cabeza, y la atraviesa como una espada templaria lo hace con el yelmo del infiel venido de oriente, será que la opción que he elegido como profesión no es más que un hobbie ¿Será que lo que realmente quiero hacer es estar rodeado de niños en un aula de un colegio rural?

Ante todas estas dudas y vibraciones neuronales lo único que se puede hacer es recurrir a los amigos para hallar consuelo. Lo bueno de los que tengo yo, es que no solo me consuelan, si no que además de aliviar el desasosiego que inunda mi alma y atasca mis pensamientos, me aportan soluciones. Por eso, solamente puedo dar las gracias, y en especial a mi piccola bambinna, gracias Bea.

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