martes, septiembre 18, 2007

Aranda 2007

Otra envolvente más. Tras una semana repleta de dudas morales y económicas acerca de desplazarnos o no, nos decidimos a rehacer una vez más la mochila, coger la narguile y emprender viaje a tierras burgalesas. Aranda se encontraba en fiestas y la casa de una amiga, que es miembro fundador de la familia brecil, se encontraba vacía. Qué mejor ocasión para ir de berbena y disfrutar de los caldos con denominación de origen, Ribera de Duero. Al llegar el cielo no presagiaba buen tiempo, pero poco a poco las nubes se fueron disipando y dieron paso a una noche muy serena y apetecible, como un reflejo del fin de semana, que empezó con muchas vacilaciones, pero que terminó con un sol radiante que iluminó nuestros corazones.
Después del calentamiento del viernes, el sábado se presentaba como el día fuerte de las fiestas. La bajada de las charangas con las peñas taurinas era la atracción principal, pero primero había que coger fuerzas y no hay nada como una buena parrillada en una bodeguita de pueblo. Los padres de Raquelín nos cedieron amablemente su "merendero", el cual todo dicho sea de paso, estaba decorado con un gusto exquisito, y también nos permitieron probar el vino que ellos mismos elaboraban. Sólo hubo una palabra para describirlo, impresionante. Hasta el mismísimo Baco estaría sorprendido ante tal sabor.

Como digo después de llenar el buche fuimos adoptados por la peña El Cubillo la cual nos acogió en su seno como si fueramos uno más. Una pegatina, una insignia y unos cuantos vasos de vino nos sirvieron para bailar y saltar al compás de la charanga como verdaderos peñistas. La juerga y el cachondeo duró hasta las dos y pico, momento en que los músicos decidieron parar y dejar que nos fueramos a la berbena, donde pese a empujones y caídas de copas varias lo pasamos en grande.

La noche terminó por todo lo alto en los bares arandinos, pero sin duda lo mejor de todo ha sido disfrutar de un fin de semana expléndido que me ha servido para despejar mi cabeza, últimamente demasiado aturullada por los acontecimientos. También para conocer unas fiestas que me han encantado y sobre todo para seguir gozando con la familia brecil. Y es que a veces una decisión que tomas en el último momento puede ser un gran acierto, ya que la vida gira como la rueda de un carro.

Gracias Raquelín

1 comentario:

Anónimo dijo...

verbena, la primera es con "v"