martes, marzo 19, 2019

nuevos JASP

En el año 1995 un anuncio de televisión sirvió para nombrar a toda una generación de personas jóvenes con amplios conocimientos y titulaciones que no encontraban trabajo. Muchos lo recordaréis como el anuncio del Renault Clío, pero imagino que la mayoría lo recoradrá como el de los JASP:  jóvenes aunque sobradamente preparados.

Imagen relacionadaEn muchas ocasiones me han incluído dentro de esa generación de individuos que dedicamos, según sesudos estudios científicos y multitud de análisis estadísticos, casi un tercio de nuestras vidas a estudiar para después acceder a un puesto de trabajo acorde a nuestras capacidades y formación. El problema es que en un porcentaje muy elevado de los casos la oferta laboral y el sueldo no concordaban con esos títulos, estudios de idiomas y demás que se exigían para el puesto de trabajo. Así pues pasamos de ser JASP a mileuristas, generación Y o incluso millenials.

Hoy en día no sé como se cataloga a los chicos y chicas que se rompen la cabeza en las universidades de España para sacar un título de grado que les servirá para bien poco si no hacen un máster o tienen algún tipo de padrino especial. Lo cierto es que la cosa no ha cambiado mucho, de hecho, si no me lío demasiado, aún se les sigue llamando millenials.

Pues bien, el otro día conocí a tres de ellos en una visita a la Universidad de León con alumnos de 4º de ESO. El objetivo de la actividad era dar a conocer la Asociación de Biotecnólogos de León y hacer una serie de experimentos sencillos con el fin de despertar inquitudes cientificas entre los adolescentes. Cuando entramos en el aula me llamó la tención que absolutamente ningún profesor de la universidad les prestaba apoyo alguno y ellos solitos se lo guisaban y se lo comían. Especialmente uno de ellos fue el que tomó el papel protagonista a la hora de explicarles los conceptos básicos de biotecnología, origen de la misma y sus aplicaciones en la actualidad. Y me sorprendió sobremanera su capacidad de conexión con los alumnos que momentáneamente se habían convertido en sus discípulos. 

Resultado de imagen de universidad de leon edificio darwin 
La capacidad didáctica, la serenidad a la hora de explicar la materia e incluso la retórica y el uso del humor para mantener enganchados a los chicos me pareció excepcional para un chico de tercero de grado ya que por mi profesión sé lo difícil que es conseguir que un grupo de adolescentes en plena edad del pavo te atienda durante 50 minutos, así que valoré mucho que dicho universitario lo hiciera por más de hora y media. 

Más tarde mantuvimos una agradable conversación sobre el estado actual de la universidad de León y de la española en general llegando a la conclusión de que es desastroso (eso dará para otra entrada del blog) Mientras los tres me comentaban curiosidades acerca del profesorado, de las materias y de las posibles salidas laborales, yo me remontaba a mi añorada época universitaria y se me caía el alma al suelo al pensar: ¡qué poco ha cambiado! Ellos siguen siendo una generación JASP y como en un bucle infinito seguimos sin valorarlos lo suficiente. 

Sirva esta entrada para romper una lanza en su favor y desearles el mejor de los futuros

Por si alguno no se acuerda: https://www.youtube.com/watch?v=rJrsUnxLlpo

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