miércoles, febrero 27, 2008

Murciélagos

Soy un biólogo que se fija en lo que le rodea, y que se sorprende de escuchar en plena ciudad los chillidos de los quirópteros en mitad de la noche, como un canto a la fuerza de la naturaleza, que es capaz de mostrarnos lo pequeños que somos dentro de un planeta que nos soporta como su peor cáncer. Y es que los murciélagos (Orden Quirópteros) me causan una especial simpatía. Aunque, por desgracia el concepto que se tiene de ellos se relaciona directamente con un mundo oscuro y tétrico lleno de leyendas sobre vampiros chupasangre que no son más que cuentos de la profunda y vieja Europa.

La primera de las curiosidades que me fascinan de los murciélagos, es que son los únicos mamíferos que han logrado realizar uno de los sueños más deseados por el hombre desde que apareció sobre la faz de la Tierra, volar. La modificación de sus extremidades anteriores alargando enormemente las falanges y uniéndolas con una membrana llamada patagio, les permite surcar los cielos y volar entre las nubes mientras realizan maniobras imposibles a una velocidad impresionante.

Otro de los logros evolutivos de estos pequeños seres alados es su capacidad de comunicarse mediante ecolocalización. Al igual que los delfines en el agua, los quirópteros en el aire, emiten ultrasonidos que rebotan contra los obstáculos que encuentran a su paso generando un eco que el animal recibe, bien por sus enormes pabellones auditivos, o bien por los pliegues de su nariz. Dichos ecos son integrados por el cerebro que forma una imagen sonora de lo que le rodea. Éste método es tan fino que le permite cazar presas en la noche con una eficacia inusitada.

Las presas que cazan son insectos, a menudo perjuciciales para el hombre. Pero no todos son depredadores, otros son frugívoros y favorecen la dispersión de las semillas mediante la expulsión de las heces. Dichas heces forman guano que es muy cotizado en la industria agroalimentaria por su potente acción fertilizante.

En España hay nada menos que 27 especies, cada una con sus particularidades como las enormes orejas de los individuos pertenecientes al género Plecotus sp. o las enrevesadas narices de los Rinolófidos. Sin duda toda esta diversidad es beneficiosa para nosotros. Por eso desde esta humilde bitácora defiendo a estos maravillosos mamíferos voladores pidiendo su cuidado y protección, y emulando a mi admirado Félix Rodríguez de la Fuente rompo una lanza en su favor, "para que en las noches españolas, no dejen de escucharse, los hermosos, chillidos, del murciélago"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rompes una lanza a favor......no te voy a decir de quién has copiado esa frase...jaja.
Besos