martes, diciembre 09, 2008

Ying yang

La semana pasada tuve un accidente con el coche, la nieve acumulada en la carretera y la meteorología invernal se aliaron en mi contra. Un puente, una curva y una placa de hielo fueron el cúmulo de desastrosas casualidades que sirvieron de detonante para que las ruedas de mi coche se deslizaran sin control. Traté como pude de contravolantear para enderezar el coche, pero parecía que el destino tenía la decisión tomada desde hacía tiempo y se había encabezonado con la idea de verme estrellado contra el quitamiedos.



Durante esos segundos no ví pasar ante mis ojos mi vida, lo cual me tranquilizó en cierta medida. De alguna manera sabía que no me iba a pasar nada, al igual que supe cuando salí de Aranda que me iba a ocurrir algo malo durante el trayecto. Ya sabéis uno de esos presentimientos, una corazonada negativa que se vió corroborada por la presencia de pájaros de mal agüero como los buitres durante todo el camino. El caso es que al final el golpe fue considerable, aunque más anímico que físico, me pasé todo el fin de semana analizando segundo a segundo el viaje, sopesando el gasto que me iba a suponer el arreglo y si podría bajar a ver a mis amigos Beto y Álvaro a Andalucía. En fin a pensar en demasiadas cosas que hicieron a esos tres días entrar en el ránking de los peores de mi vida.


Al final decidí que el dinero no era lo importante y este fin de semana, aprovechando el puente de la constitución, me he ido a Arcos de la Frontera con Javi para disfrutar con mis amigos de un fin de semana alargado y la decisión no ha podido ser más acertada. Tras el palizón de viaje y sin tiempo a penas de cambiarme de ropa, nos fuimos a tomar unas copas por Arcos, copas que duraron hasta las 7 de la mañana; momento en el cual nos fuimos a acostar, no sin antes recordar la frase de la noche "Ettthhamo en temporada de flow"


El sábado comimos de tapeo por el pueblo y me enamoré de su casco antiguo. Visitamos la ventana del coño que cuando te asomas no puedes evitar decir coñoo! y por la tarde fuimos a Sevilla para reunirnos con Álvaro y "su familia". Allí tuvimos uno de esos momentazos que te llenan de alegría cuando nos reencontramos en una cervecería de una ciudad extraña y en fechas tan cercanas a la Navidad. Cenamos todos juntos de tapeo y disfrutamos de un café en una terraza (en diciembre!!!) iluminada por las mismas farolas que dan luz y brillo a la catedral y a la Giralda.


Al día siguente y tras una farra brutal por la calle Betis, nos levantamos de resaca con la esperanza de no encontrarnos al tío más lento del mundo, personificado en forma de recepcionista de albergue juvenil. Salimos de allí a eso de las diez y llegó otro de los momentazos, en forma de desayuno con mollete, aceite de Espera y tomate picado, de nuevo sentados en una terraza, aunque esta vez algo menos lujosa.

El culmen a un fin de semana impresionante lo puso la comida en el barrio de Santa Cruz y un partido de fútbol en el que el resultado fue lo de menos ya que, en compañía de amigos de verdad (y eso que faltaban algunos), lo que realmente importaba era pasarlo bien y beber unas cañas a la salud de la amistad, de los viajes relámpago y por supuesto del maehhtro.

Un fin de semana horrible fue eclipsado por otro que sin duda entra en el ránking de los mejores de mi vida. Y es que como dice la canción: "aprendí que la vida por todo lo malo algo bueno te da"
http://es.youtube.com/watch?v=0zJ6hw0b4SY&feature=related
Gracias chicos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Crack!!! Desde Arcos le saluda su familia leonina!!!
Beto y Alvaro a la espera de Barça Vs Madrid :S La que nos va a caer jajaja
Aun así, tal y como pones en el blog... hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual jajjaj
Un besi....y hasta la semana que viene!!!!!!