Las Nubes de Magallanes

Cuenta la historia que Fernando de Magallanes patió el 20 de septiembre de 1519 del puerto de Sanlúcar de Barrameda con un objetivo claro, hallar el legendario paso del Sur y abrir una nueva vía comercial con las islas de las Especias, sin interferir con la flota portuguesa. Con cinco naves a su cargo y provisiones para dos años inició un viaje magnífico que si lograba llevar a buen puerto le alzaría como el más importante capitán de navío de la historia, superando así a sus admirados Vasco de Gama y Colón.

El viaje hasta las recién descubiertas Indias fue sencillo y sin sobresaltos. Un buen día en su ruta hacia el Sur encontró un paso que parecía el adecuado y se adentró en él unos 250 Km hasta que descubrió que el agua que se encontraba bajo la quilla de sus barcos era dulce. Sin saberlo se había metido en un callejón sin salida, la ensenada del Río de la Plata. Dió media vuelta, con la complicación que conllevaba manejar aquellas inmensas y pesadas naves y siguió persiguiendo su objetivo.

Cada vez más al Sur, cada vez más cerca de la Antártida, los víveres comenzaban a escasear y la tripulaciónse amotinó para volver a España, pero Magallanes obcecado continuó viaje. Por el medio asesinó a uno de los capitanes sublevados, el capitán Quesada y abandonó a otro, el capitán Cartagena, a su suerte. Con la tripulación otra vez bajo su estricto mando y aunque ésta estaba muy mermada por el escorbuto, logró encontar el mítico paso del Sur que más tarde llevaría su nombre.

Una vez pasó se encontró con un océano inmenso y calmado, tanto que lo llamó Pacífico. Allí, cuenta el diario de abordo, que en lo más profundo de la noche, los marineros veían el cielo como jamás lo habían visto, lleno de estrellas. Incluso se veían dos nubes de estrellas que nunca jamás se habían citado antes por escrito. Sin quererlo, Magallanes en su empeño por dar la vuelta al mundo, por encontrar el legendario paso del Sur y pasar a los anales de la historia como el primer capitán en demostrar que el mundo era redondo, en ese empeño descubrió dos de las galaxias más cercanas a la Vía Láctea, las Nubes de Magallanes.

Y es que a veces, cuando perseguimos un objetivo, sin querer, decubrimos otras cosas que no nos esperábamos.