La firma de San Glorio

Hace un tiempo, al menos un par de años atrás puesto que todavía estaba en la facultad, una noticia corrió por los pasillos como la pólvora. Se había proyectado una estación de esquí enorme en el Puerto de San Glorio. El proyecto en cuestión, era especialmente sangrante para todos los que amamos la naturaleza puesto que ubicaba las instalaciones en el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente de Cobre, lindando con el Parque Nacional de Picos de Europa.

Enseguida aparecieron las clásicas recogidas de firmas para impedir semejante barabarie, y como no, yo firmé. No me parecía lógico que con la excusa del desarrollo socioeconómico de una zona deprimida, construyeran en una zona que posee una belleza natural impresionante, que tiene una figura de protección a nivel nacional y que alberga una de las poblaciones de oso pardo de la Cordillera Cantábrica (sólo es el estandarte de muchas otras especies). Pero al cabo de un tiempo me enteré por un profesor que el proyecto había salido adelante, que estaba "muy jodido hacer algo, pero que bueno que había que seguir intentándolo."

Sinceramente con el panorama que me habían pintado las esperanzas de que se revocara la decisión eran nulas. Una previsión de 100 millones de inversión era una buena razón para pensar que todo estaba perdido. Y es que donde hay dinero no manda marinero (creo que era así el refrán, jeje). La recogida de firmas había sido un éxito y los grupos ecologistas a los que apoyábamos los firmantes se habían movido convenientemente, pero no había dado sus frutos.

Pues bien, esta semana consultando el correo electrónico me encontré con un mensaje de una amiga burgalesa en el que me enviaba una buena noticia: El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León había vetado el proyecto por su inviabilidad económica con el cambio climático. Al leerlo más detenidamente pude encontrar expresiones como "incompatible con la supervivencia de algunas de las especies y vegetación allí existente" ó "al rebajar la protección del espacio natural sin justificarlo, vulneró flagrantemente el plan de ordenación e infringió la Ley autonómica de Espacios Naturales, la Ley estatal de Conservación y la normativa europea sobre la Red Natura 2000."

Sin duda, una batalla ganada. No es el final de la guerra ni mucho menos, aún quedan muchos recursos, resoluciones, fallos judiciales y demás palabrería de abogados, pero algo es algo. Y todo partió de una simple recogida de firmas que todavía queda por someterse a revisión y ver si une fuerzas con las demás protestas realizadas por diferentes grupos (Fapas, SEO/Birdlife, Ecologistas en Acción, etc. De todas maneras quiero creer que si todos nos juntamos podemos hacer cosas grandes. Como comentaba recientemente con los voluntarios de la Nava, a veces no hace falta realizar ninguna magnífica acción que cambie el mundo, simplemente poniendo tu granito de arena, una insignificante firma en un papel, se puede ayudar mucho.