jueves, diciembre 06, 2007

Fósiles y pensamientos

Esta semana he estudiado un tema para la oposición que particularmente me apasiona, pero que me ha dejado con un cierto mal sabor de boca. El tema en cuestión abarca la historia geológica de la Tierra, pero por lo que realmente me gusta es por el segundo epígrafe que incluye a la fauna y la flora fósiles. Cuando era pequeño y se estrenó Jurass¡c Park (Parque Jurásico para los de Openning) que supuso una auténtica revolución en mi pequeño mundo, me interesé por el mundo de los fósiles y desde entonces no he perdido ese interés por conocer las fantáticas criaturas que pobleron la Tierra antes que nosotros.

Al principio, como es obvio, los dinosaurios eran la mayor atracción ya que era muy sencillo encontrar reproducciones de tiranosaurios, braquiosaurios o velociraptores en cromos, fotografías e incluso en exposiciones itinerantes con imágenes a escala. Hasta algunas de ellas incluso se movían y rugían, todo un espectáculo para un niño.

Con el paso de los años esa curiosidad por descubrir la historia zoológica más remota me ha llevado a leer algún que otro artículo, y algún libro del hombre de referencia en estos asuntos, Stephen Jay Gould. Incluso he cursado una asignatura de Paleontología en la carrera. Con ella he descubierto la enorme diversidad faunística que se creó en el Cámbrico y la gran extinción de finales del Pérmico. También a valorar más el clima y a apreciar como sus fluctuaciones a nivel global e incluso agentes externos como los meteoritos, han regulado la existencia de unas y otras especies.

Últimamente mis mayores esfuerzos lectores y de enriquecimiento cultural para satisfacer mis ansias de respuestas me han llevado a centarme en la historia del hombre. Su evolución es apasionante, la capacidad de adaptación a distintos ambientes gracias al desarrollo de un órgano hasta entonces olvidado, el cerebro y todas las consecuencias de ese desarrollo. La crecaión de las primeras sociedades, el descubrimiento del lenguaje y de la cultura. En fin, tantas cosas que nos hacen seres humanos.Y como os decía, pese a lo apasionante del tema (al menos para mí) me ha dejado un mal sabor de boca. Dicen que estamos ante la siguiente gran extinción y que una sola especie la está provocando. El planeta sufre por nuestra culpa, somos "su cáncer". Lo curioso es que las anteriores grandes extinciones no las han producido los seres vivos, a excepción quizá de las primeras cianofíceas que cambiaron la composición de la atmósfera dotándola de oxígeno y por tanto de un carácter altamente oxidante y tóxico para los organismos que vivían en ella. Pero nosotros hemos desarrollado nuestros cerebros, somos inteligentes, no somos unas minúsculas cianofíceas. Podemos cambiar las tornas o si no estaremos abocados a la extinción. Y como decía Miguel Delibes de Castro en un artículo que ya he comentado en este blog, no podemos pensar que acabaremos con la Tierra, ella se resarcirá igual que lo ha hecho otras veces a lo largo de su singladura, la cuestión es ¿sobreviviremos nosotros?

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