No le tengo un aprecio especial a este grupo, pero reconozco que esta canción me ha marcado bastante. Hace un tiempo era incapaz a escucharla sin que al menos mi corazón sufriera una sacudida, como un electroshock, mal de amores ya sabéis. ¡Cómo no! resultó ser la canción más pinchada en la radio, y en los bares y pubs de León durante una temporada bastante larga (o al menos eso me parecía a mí). Salir de fiesta con mis amigos y escucharla era como recibir una patada en los mismísimos huevos, así que en muchas ocasiones tomaba la determinación de salir del local en cuestión durante unos minutos hasta que otra canción pachanguera sustituyera a esta.
Después de un tiempo y gracias a un buen amigo y a un verano que cambió mi vida por completo volví a escucharla. Aquella vez lo hice de mil maneras: sentado, tumbado, tomando el sol y rodeado de niños en el campamento, pero los sentimientos seguían aflorando. Alex me obligó a escucharla una y otra vez hasta que empecé a pasar de ella poco a poco. Al principio solo escuchaba pequeños fragmentos, pero a fuerza de insistir la completé. Hasta que ha llegado el momento en que no sólo la escucho si no que la canto y la bailo.
En fin, quizá sea que el tiempo cura todas las heridas o la insistencia de un amigo, o que como dice el refrán un clavo saca a otro clavo. En cualquier caso, una canción que ya no duele. No está mal!
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