viernes, julio 06, 2012

Fin de curso 11/12

Acabaron las clases y las aulas vacías dejan un ambiente enrarecido en el instituto. No se oyen ya los gritos de los adolescentes que corren por los pasillos ni los ruidos y canciones que salen de sus teléfonos móviles. Sin embargo, la tranquilidad que se respira es tan bienvenida como las vacaciones que están a punto de comenzar.

Es día de reclamación de notas y se nota que no hay chavales. Unos se atreven a vestir atuendos veraniegos como bermudas y chanclas luciendo pantorrillas peludas, suceso que no se daría ni por asomo en condiciones normales, y otras acortan sus faldas y alargan sus escotes, suceso que, por desgracia, alguna que otra viene realizando durante todo el año en cuanto aumenta un poco el calor. Hay quien no es consciente de su edad y se disfraza de alumna no sé si por empatizar mejor con ellas o por simple y puro afán de lucimiento.

La mañana transcurre en la sala de profesores entre conversaciones distendidas sobre temas tan variopintos como el verano, la crisis o el futuro de los chicos. Alguien hace un comentario sobre una respuesta dada por un alumno en uno de los exámenes de junio la cual no tiene ni pies ni cabeza. Todos ríen y comienza una batalla por ver quien tiene la respuesta más cómica o más extraña.

En esas estamos cuando uno de los jefes de estudios viene a buscarme y me dice que ha venido una madre de una alumna a hablar conmigo. En seguida me levanto y voy a atenderla, pero al verla no doy crédito, es la madre de una de las mejores alumnas de mi tutoría y no entiendo qué querrá reclamar porque tiene unas notas espectaculares. Le doy la mano y la invito a pasar a la sala de visitas, pero ella rechaza tal invitación y me dice:
- Sólo vengo a darte las gracias.

- ¿Por? - respondo sorprendido.
 
- Por lo bien que has llevado la tutoría, que sé que era bastante dura, y por lo bien que has explicado las ciencias- sigo boquiabierto la argumentación de la madre - mi hija está encantada. Fíjate que me contaba cosas que dábais en clase y que había entendido a la primera pese a la dificultad y..bueno, eso que gracias.

- Bueno, también hay que tener en cuenta que su hija es una de mis mejores alumnas, si no la mejor.

- Algo ruborizada, me dice: - No, no, eso no importa, de verdad. Sólo quería darte las gracias.

Abrumado respondo: - Bueno tan solo he procurado hacer mi trabajo lo mejor que sé, pero de verdad que le agradezco mucho el que haya venido a decírmelo porque me refuerza para el futuro

Me despido de ella deseándole un buen verano y se va. Vuelvo a entrar en la sala de profesores y algunos de los compañeros con los que mejor me llevo me preguntan qué ha pasado. Les digo que me han venido a dar las gracias y me contestan con alguna que otra palmadita de felicitación en la espalda. El resto sigue a lo suyo, ni se han enterado, pero no me importa, a mí me han alegrado el día.

Y cómo hay ganas de fiesta, y siempre que la oigo me vengo arriba, ahí os va: http://www.youtube.com/watch?v=97lZqdc1_2U

No hay comentarios: