Ironías de la vida
Pantalón vaquero, camiseta, botas, chupa vaquera y por supuesto, pañuelo palestino. Así iba la mayoría de los días a la facultad, era mi uniforme como decían mis amigos. No es que fuera reivindicando la libe rtad del pueblo palestino, ni un estilo de cowboy americano, simplemente era la ropa con la que más cómodo me sentía y con la que más cómodo me siento. Aunque la verdad es que he cambiado la chupa por una cazadora de pana bastante más elegante, y las botas de montaña por otras mucho más finas, con un aire a lo Clint Eastwood, pero sin el polvo del desierto ni las espuelas. Eso sí a mi palestina sigo siendo fiel. Un día, la fotocopiadora de Biología se estropeó y en vista de el acúmulo de gente que se iba a provocar en las facultades adyacentes (Filosofía y Veterinaria), decidí atreverme a entrar en territorio comanche, la facultad de Derecho. Total iban a ser unos minutillos de nada, no se iban ni a enterar, pero vaya si se enteraron. Cuando entré con mis pintas aquellos extraños s...