domingo, marzo 30, 2008

Voluntariado Ambiental

Me he ido unos días y por eso no he escrito. Unos aprovechan las vacaciones de Semana Santa para ir a la playa, pero a mi no se me ha ocurrido mejor manera que realizar un voluntariado ambiental en la laguna de la Nava, y nada menos que como monitor. Lo cierto es que surgió de improviso y no me lo pensé dos veces, pero con el paso de los dias me empezó a entrar el acojone debido a la incertidumbre que me generaba no saber con que me iba a encontrar.

El día que comencé con el trabajo fue el que me despejó las dudas porque la primera impresión fue muy buena. La gente parecía maja y pensé que no iba a haber ningún problema. Lo que no me esperaba era lo que vendría después. En un voluntariado se deben hacer acciones medioambientales durante varias horas, pero una vez acabada la actividad cada uno es libre de hacer lo que quiera, y con gente adulta yo pensaba que cada uno iría a su bola. Nada más lejos de la realidad, con el paso de los días, el grupo se fue asentando todos colaboraban, todos se implicaban y todos lo pasaban en grande (incluidos los monitores).

Para mí han sido 10 días que inicialmente se presentaban como un parón de relajación en las largas jornadas de estudio. Un parón que simplemente me serviría para cargar pilas y ponerme con la recta final al 120%. Pero estos días se han convertido en algo más, en una experiencia enriquecedora de la cual me alegro profundamente de haber formado parte. No sólo eso, una experiencia que ha llenado mi corazón y mi alma de alegría, en la que me he implicado por completo y que me ha correspondido con creces en forma del cariño que me han mostrado los voluntarios.

Ahora sentado aquí en frente de la pantalla, la tristeza me invade y una lágrima intenta escurrirse por el rabillo del ojo. Siento una gran sensación de vacío, quiero ir a hacer el chorzo, a pajarear, a tomar unos "pachis", a lo que sea. Pienso en que esta vida laboral es una mierda, que se me da muy bien trabajar como monitor y que no hay forma humana de vivir de ello, de pagar facturas, de tener una casa, un futuro...Entonces me entran las dudas de si la oposición es realmente mi elección o es la única opción que me quedaba.

Lo único seguro es que pese a todo, sigo queriendo vivir experiencias como esta. Y si es con gente tan maravillosa como la que he conocido en este voluntariado, mejor que mejor. Desde esta humilde bitácora, quiero daros a tod@s las gracias por haber hecho de estos 10 días algo que recordaré siempre.

Un beso enorme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Lo único que puedo decir después de leer tu relato sobre el voluntariado ambiental es que yo siento lo mismo...y ya está. Se me ha hecho cuesta ariba salir del ghetto voluntarial, pero tenemos que volver a la rutina, al día a día porque es lo que tenemos y lo que nos hace personas. Me llevo dentro muy buenos momentos, y los que me quedarán por vivir si no perdemos los contactos.
El tiempo pasa....¿despacico?. Alicia.