Saint Patrick's Day

Ayer se celebró el día de Saint Patrick, y para un alma irlandesa como la mía, era un día muy especial. Un día de fiesta y celebración, aunque sí he de ser sincero solamente me acordé por la mañana ya que consultando en internet unos asuntos burocráticos me salió un icono recordatorio, que si no...De hecho por la tarde ya ni me acordaba de la festividad, ni de nada porque estaba siendo un día terrible.

El estrés se acumulaba en mi cuerpo y concretamente en mis nervios. Todo se debía a la cantidad de papeles que hay que rellenar para solicitar los derechos de examen en Castilla La Mancha y al inabarcable número de recados que tengo que hacer antes del jueves. Y para colmo tenía que pasar el dichoso trámite de la ITV del coche. En fin, que me acordé varias veces de la familia del que inventó el papeleo, las facturas, los impresos oficiales y la madre que los parió.

En estas estaba cuando llegó la hora de irme a clase de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas. Me vestí a toda prisa y sin pensarlo me puse mi sudadera de la selección irlandesa de rugby. No me dí ni cuenta, pero al llegar al aula mis compañeros y mi profesora si que se percataron de la indumentaria. La verdad es que con las pintas que tengo y ataviado de verde, parecía un auténtico irish.

Nos pasamos la clase hablando de Irlanda y, entre la música celta, las imágenes de los acantilados y los castillos medievales, no sé cuantas veces se me pusieron los pelos de punta. Estoy convencido de ello, pese a que mis apellidos son españoles de pura cepa, tengo que tener algún ancestro de tierras norteñas. Es inexplicable para mí el hecho de que simplemente con escuchar un bodhrán mi mente dibuje hermosos paisajes en los que el azul del mar se mezcla con el verde de la tierra y el rojo de los cabellos de sus habitantes. Si hay irlandeses en norteamérica que celebran este día tiñendo de verde los ríos y con multitudinarios desfiles en los que el instrumento protagonista es la gaita, ¿por qué no iba a haber un irlandés en León?

Al concluir la clase me dije a mí mismo que tenía que relajarme un poquito, y en muy buena compañía me fui a celebrar el día de Sant Patrick ahogando el estrés en una buena pinta de cerveza. Y es que, a veces, un pequeño detalle como ponerte tu sudadera favorita, puede cambiar radicalmente el rumbo de un día aciago.P.D. Os dejo un enlace para que descubráis lo hermosa que es la Isla Esmeralda
http://es.youtube.com/watch?v=2iUPb7y0hgE&feature=related