miércoles, diciembre 05, 2018

Lecturas que son delicia

Si os digo Humboldt, probablemente algunos recordareis que estudiasteis una corriente peruana que se caracteriza por el ascenso de aguas profundas y frías a superficie, las cuales aportan gran cantidad de nutrientes, haciendo así de las costas del oeste sudamericana un caladero de pesca excepcional. Otros simplemente afirmaréis que nunca jamás habías oído hablar de ese señor, e incluso, los más desinformados pensareis que es algún jugador holandés de fútbol recientemente fichado en la liga inglesa. Pues bien, para todos vosotros, incluso para aquellos que en realidad sabéis quien fue Alexander von Humboldt os traigo una recomendación literaria que cayó en mis manos hace poco.

Resultado de imagen de la invencion de la naturalezaEl libro en cuestión se llama "La invención de la naturaleza" y relata la vida azarosa de este científico total nacido en Berlín. Suena a holandés lo sé, pero en aquella época no existía una ni otra, todo era Prusia. Andrea Wulf, su autora, relata de una forma deliciosa y casi poética las aventuras de este hombre avanzado a su tiempo, que no se conformó con ser geógrafo (su principal denominación en casi todos los documentos sobre su persona) si no que fue un naturalista tremendo, y me atrevo a afirmar sin miedo a equivocarme, que podemos considerarle el padre de la Ecología moderna. Botánico, zooólogo, meteorólogo, montañero y escalador que además desarrolló una faceta humanista muy importante. Como digo, el científico total.

El viaje a Sudamérica es la parte que más se describe en el libro. Asombra comprobar como Humboldt habla ya a principios del sigo XIX de los efectos nocivos para el medio ambiente con la apertura nuevos terrenos de cultivo para las grandes plantaciones de cacao y caña. Menciona palabras tan de moda hoy en día como monocultivo, deforestación o cambio climático. Sin embargo, no solo se queda ahí, en un punto indeterminado de la actual Venezuela, comprobando sus hipótesis. Humboldt demuestra una visión de conjunto sin igual, viaja a Cuba, Colombia, Perú y Ecuador y es precisamente en este último donde demuestra su capacidad de relación. Asciende el Chimborazo, la cumbre más alta del planeta conocida hasta el momento y describe con detalle y armonía la distribución de las plantas en altura. No solo eso, realiza unos dibujos exquisitos mediante los cuales explica cómo ciertos patrones se repiten a lo largo del planeta, es decir, se inventa la Fitogeografía.

Resultado de imagen de humboldtEn sus viajes, Humboldt no solo se dedica a investigar y realizar trabajo de campo, si no que conoce a las más altas personalidades del entorno cercano. Especial mención tiene su relación con Simón Bolívar ayudándole, a través de su conocimiento y de sus libros, a descubir la riqueza de su tierra y a valorar la naturaleza como nunca antes se le habría ocurrido al futuro líder de una revolución que cambiaría el continente sudamericano para siempre. Influye de forma notable en actores tan importantes y dispares de la historia como Charles Darwin, Thomas Jefferson o Goethe con los que mantiene un correo fluido y edificante. Gracias a él John Muir persevera en sus teorías de la protección de los ecosistemas del oeste norteamericano que desembocarían en la formación de los primeros Parques Nacionales e inspiró a David Thoureau a escribir Walden, libro en el que defiende que la verdadera naturaleza del hombre es precisamente esa, la naturaleza.

Hacía mucho tiempo que no me ocurría eso de leer y disfrutar tanto de cada frase, de cada expresión, de cada detalle, que no quería que el libro avanzara. Y a la vez deseaba descubrir cual era el siguiente objetivo, el siguiente destino, la siguiente aventura. Como en una especie de contradicción sin fin mientras paladeaba las páginas acurrucado en el sofá o tirado al sol en el césped del parque. No me sale expresarlo de otra manera, una delicia de libro.









Para degustar también: https://www.youtube.com/watch?v=abGe6uM9Ias

PD. La autora, Virginia Wulf, ha recorrido prácticamente todos los rincones que el mismo Humboldt recorrió en su día y entre multitud de documentos que incluye al final del relato, destacan los impresionantes dibujos que este científico total realizó en su día, intercalándolos de forma audaz entre las páginas sus aventuras.
P.D Por cierto, efectivamente la corriente de Humboldt debe su nombre a este científico, como mucho otros topónimos de accidentes del relieve que desconocemos totalmente.

No hay comentarios: