viernes, agosto 26, 2011

El segundón

El segundón se sienta en una mesa rodeado de gente pero no quiere destacar, se ha acostumbrado al refugio que la penumbra le proporciona y ha aprendido que salir a la luz es, a menudo, peligroso. Le pasa como al pavo real, que al lucir las plumas enseña aún más el trasero. Aún así, a veces la tentación se hace fuerte y sin pensarlo se muestra a pecho descubiero para, al final, como siempre, sentirse como el bufón de la corte o lo que es aún peor, como el tonto del pueblo.

El segundón no controla de temas trascendentales y ve películas que a los demás les parecen una bazofia porque no sabe o no quiere saber de guiones complejos y tramas enrevesadas, aunque también le gusten. De hecho no se atreve a calificar lo último que ha visto porque a buen seguro será una cinta sin sustancia, con unos actores pésimos y guiones simplones que no tienen ni pies ni cabeza, con escenas sin sentido y llenas de tópicos.

El segundón escucha música que le hace sentir cosas y le da igual si es de un estilo u otro pero tampoco le place que los demás escuchen "sus canciones" porque siempre son criticadas, ya sea por la simpleza de la letra o por tener pocos acordes, mal puestos y encima mal interpretados.
No quiere que le comprendan, sabe de sus rarezas, sólo pide que le respeten. De fiesta ya no sabe donde ir y se deja llevar por su condición de segundón hacia donde los demás le indican. Ha aprendido a no decir nada, total, para qué.

El segundón no lee libros de los catalogados "imprescindibles", simplemente lee lo que más le atrae ya sea historia medieval o novela de aventuras, y lo que los demás le recomiendan. Para él leer no es más que un pasatiempo que a muchos les parece culto y enriquecedor, pero que no por ello deja de ser un entretenimiento, por eso lee desde textos para la mente hasta textos para el corazón pasando por meras historietas y cuentos para...para nada, simplemente por que sí. Nunca se atrevería a decir que tal o cual libro es una mierda porque entiende lo difícil que es expresar sentimientos, describir situaciones o transportar a paisajes tomando como único vehículo la palabra escrita.

Por supuesto, para las chicas, el segundón pasa desapercibido, los protagonistas siempre son otros y él solo es el payaso de feria con el que echarse unas risas. Tomar cañas es su especialidad, escuchar lo que los demás le cuentan sobre sus problemas laborales y sentimentales. Ha evolucionado desde el café al alcohol del zumo de cebada, al menos así sus neuronas se atontonan un poco y duerme bien, sin meditar en su condición. Se da cuenta de la situación y ya se ríe de sí mismo. Como dice una canción de Delafé ríe por no llorar.

Pero una cosa buena tiene el segundón, tiene aguante. Acostumbrado a ser un perdedor se ha endurecido y tiene los huesos fuertes rodeados de carne de cañón. A veces relaja la tensión que su cuerpo mantiene de forma constante y entonces le golpea la dura realidad que le rodea, pero cada vez el dolor dura menos.

http://www.youtube.com/watch?v=bIhbmRFBngE&feature=related

1 comentario:

mariano dijo...

Prefiero ser segundón que primerizo...