domingo, febrero 07, 2010

San Blas

Recuerdo a mi abuela de mil maneras diferentes, enseñándome a leer y a escribir en la galería de la casa vieja, contándome cuéntos y fábulas tradicionales, asando castañas e incluso tirándome el chupete a la lumbre cuando ya "era demasiado mayor para andar con eso en la boca". Pero estos días la ha vuelto a mis pensamientos por otra de sus características, conocía todos los refranes habidos y por haber, y me los iba enseñando poco a poco explicándome con paciencia su significado.

Uno de los primeros que aprendí era éste: "por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres, año de nieves" y lo enlazaba con otro: "año de nieves, año de bienes" Hoy en día esta sabiduría popular ha quedado obsoleta en muchas localidades españolas donde las cigüeñas ya no migran. Tienen el alimento necesario en los vertederos, y los inviernos ya no son tan duros como antaño. Por tanto, pueden críar a sus pollos sin necesidad de irse al Sáhara cuando aquí el frío te parte los huesos. Se han establecido como especies sedentarias en tejados, líneas de alta tensión y campanarios formando parte del paisaje de pueblos y ciudades.

Si bien el refrán ha quedado obsoleto, las tradiciones de la festividad de San Blas siguen muy en boga en el pueblo en el que actualmente vivo (supongo que en muchos otros también) Aquí, en San Leonardo de Yagüe, la fiesta comienza un día antes, con Nuestra señora de las Candelas en la que lo típico es ir al teatro a ver una comedia representada por los propios vecinos, mientras te pones hasta las patas de torta, chorizo y vino. Pero el día grande es el 3 de febrero, San Blas. Ese día la gente se pone guapa, viste sus mejores galas y sale a la calle a disfrutar de las tradiciones.

La mañana comienza con la misa y los danzantes bailando "el paloteo" dentro de la iglesia. Baile que tuve la oportunidad de contemplar en primera fila, gracias a la amabilidad de unos autóctonos (como yo los llamo) que ya se han convertido en compañeros y amiguetes. Me dejaron una capa salmantina y pude entrar hasta el altar donde los danzantes bailan para el santo. Tras los bailes la virgen de las Candelas y San Blas son portados a hombros hasta la hermita de éste último. Mientras la procesión avanza las mujeres ataviadas con el traje típico de serrana bailan una jota marcha atrás para no perderle la cara al santo. En dicha jota acaba participando todo el mundo y hasta éste que teclea, que no tiene ni pajolera idea de bailar jotas, se animó.

Por último hay que besar la reliquia de San Blas. Dicen que protege y cura de los males de garganta y por extensión de todo lo que tenga que ver con el aparato respiratorio. No soy demasiado creyente, pero después de todo lo que he pasado, y teniendo la profesión que tengo, en la que la voz es mi instrumento de trabajo, no está de más recurrir a todo tipo de ayuda, incluso divina.

El día culmina con el café de San Blas y con berbena de tarde y berbena de noche. Entre una y otra se sigue otra tradición muy arraigada por estas tierras, comer y beber a base de bien. Esta gente es amante del buen yantar y en cualquier sitio al que te sientes para llenar el buche disfrutas de una buena comida y de un buen vino. Así que yo, con mi propósito de integrarme en la vida del pueblo, cene como un señor un buen solomillo, haciendo un brindis interno, eso sí, por mi abuela, esté donde esté.

Hoy os dejo con el baile del paloteo, aunque no es lo mismo que verlo en directo. Aguantad hasta el final, espero que os guste: http://www.youtube.com/watch?v=4L1hITb_vD0

P.D. A desde la sombra: No me importa que pongas enlace, aunque sigo sin saber quien eres.

1 comentario:

Minipunk Arias dijo...

Muy interesante, el video le veré ahora.
Las cigüeñas... por la carretera trasera de Trobajo del cerecedo, pasando donde almacenan las basuras, tenemos cigüeñas los 365 días del año.