Compromisos
Existen muchas clases de compromisos, de hecho la acepciones que da el diccionario de la Real Academia para esta palabra son muchas y variadas. La mayoría de los compromisos los adquirimos porque nosotros queremos, podemos comprometernos a realizar una acción loable en pos de la mejora del mundo, o podemos comprometernos a contraer matrimonio con la persona que amamos, por poner un par de ejemplos. Y el caso es que en ellos va implícita una ligadura, una atadura que escogemos con gusto. Sin embargo, hay un tipo de compromiso que nos viene dado de serie, por el simple hecho de nacer, y del cual es imposible zafarse. Me estoy refiriendo por supuesto, al compromiso con la familia. Quizá porque hemos recibido una educación basada en la ética y en la moral cristiana, en la que la familia es la piedra angular sobre la que debemos cimentar nuestras vidas, sea tan complicado librarse del yugo que a menudo supone este estamento social. Somos así, pese a que nos fastidia sobremanera cumplir con...