Días de nieve y Lope
Voy al instituto en otro día perro de nieve y hielo. Absorto en mis pensamientos, que son muchos y variados, aunque todos centrados en un mismo tema, me deslizo, y nunca mejor dicho, por la serpenteante carretera de montaña que me tengo que recorrer de lunes a viernes. La conversación de anoche colea aún en mi cabeza y algunas de la s palabras dichas golpean con violencia lo que sea que hay ahí adentro. Pero sin duda lo peor es revivir el batiburrillo de sentimientos que dicha conversación, con sus posteriores cavilaciones, me producen. Otra vez más me pasa lo mismo, no sé ni siquiera describir lo que me pasa. Es tal la mezcla que hasta el campeón del mundo en preparar cockteles sería incapaz de encontrar todos los ingredientes de este asombroso combinado que se encuentra en lo más profundo de mi ser. Continúo el trayecto y la carretera se esctrecha entre la mata de pinos. Alguna que otra placa de hielo me sale al paso, pero las sorteo sin problemas. A diferencia de la velocidad a la q...