Imilce
Provengo de una estirpe de guerreros africanos, un linaje que remonta muchos siglos atrás. Soy el general en jefe de estas tropas que han de conquistar esta tierra y todas aquellas existentes en el mundo conocido, por Baal, Tanit y todos los dioses cartagineses. Soy Aníbal Barca. Así me presenté ante todos los habitantes de aquel asentamiento hispano llamado Cástulo, y en particular ante aquella mujer íbera que decía ser princesa de su tierra. Ella sonrío y la estancia pareció iluminarse de la misma manera que la luna llena ilumina las noches oscuras. Me miró y se acercó para decirme que se llamaba Imilce, se reclinó ante mí sin dejar de observarme y yo, procurando disimular el temblor de piernas que se había iniciado en el mismo momento en que fijó sus ojos en mi, le devolví un gesto de asentimiento y se retiró a su posición inicial. Después de hablar con mis generales propuse cambiar de estancia a una menos formal con el fin de asentar lazos de paz con aquellas gentes y comer y...